DE CARA AL 20D, POLÍTICAS CINEMATOGRÁFICAS

Después de que el cine llegara a España en el año 1896, el régimen franquista creó el Departamento Nacional de Cinematografía, que controlaba y censuraba las producciones. No fue hasta el año 1978 cuando el Congreso Democrático de Cine unió a los creadores que reclamaban la fundación de un Instituto del Cine, un organismo autónomo que formara parte del Ministerio de Cultura. La primera Ley del Cine fue hecha en 1980 por el gobierno de Adolfo Suárez, y el Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) se formó finalmente en 1985. A partir de ese momento tanto los directores del ICAA como las políticas cinematográficas fueron cambiando acorde lo hacía el gobierno español.

En la teoría

La última Ley del Cine fue publicada en el año 2007, pero tachada de inservible e ineficaz por muchos, fue modificada de nuevo este año. Esta reforma identifica y configura nuevos instrumentos de apoyo a las políticas públicas de fomento de la actividad cinematográfica, pero está destinada a la creación de un cine más comercial. Se introduce una nueva línea de ayudas anticipadas a la producción de largometrajes, que substituye y elimina las ayudas a la amortización hasta ahora predominantes.  Las nuevas ayudas permiten el financiación progresiva de las producciones cinematográficas durante su desenvolvimiento y no una financiación posterior que hacía depender del número de espectadores y de la recaudación obtenida, rozamiento que funcionara más como un aval que como un instrumento de promoción. Además, la concesión de estas ayudas anticipadas se realiza mediante criterios objetivos y atendiendo a diferentes aspectos entre los que destacan la solvencia técnica del beneficiario, la viabilidad económica y financiera del proyecto, su difusión, su relevancia cultural española o europea, su carácter innovador y también el impacto socioeconómico de la inversión que se espera en España.

En la práctica

A pesar de estas modificaciones, el IVA cultural sigue a estar en el 21%, cuando en el resto de Europa se mueve en una media del 7%. España tiene, en deducciones fiscales, uno de los porcentajes más bajos del mundo, y un IVA cultural de los más altos, lo que hace del cine un producto de lujo y de la cultura una cuestión de élites. El IVA hunde tanto la asistencia a las salas de cine como la recaudación, consecuentemente cae el número de pantallas, el número de cines y también la cuota de películas nacionales. El escaso apoyo de la administración, la presión fiscal y la piratería ahogan el sector cinematográfico que se encuentra condicionado por la colonización de las grandes distribuidoras de EEUU, que imponen la compra de sus grandes éxitos y se hacen con los derechos de las películas de éxito. El difícil acceso de las empresas productoras a los mecanismos gubernamentales de financiación acentuó el decaimiento del sector cinematográfico español, que destaca por el pequeño tamaño de sus empresas, por la baja producción media, por la subcapitalización y por una alta dependencia del financiamiento de terceros. Con esto se acrecientan también las dificultades para la promoción nacional e internacional de las películas producidas, que en los últimos años vieron caer la recaudación media obtenida por cada cinta, así como también el descenso del número de espectadores, en un contexto cada vez más complejo para competir con las producciones cinematográficas no europeas.

640616494_3b08720adc_b

Las nuevas propuestas

Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, las políticas culturales se encuentran en el centro de todos los debates, pues es una de la líneas de acción determinantes de los programas de los diferentes partidos. La cultura juega un papel muy importante en el desarrollo de toda sociedad, por eso el tratamiento de la misma nos permite ver hasta que punto un partido político está a favor de un proceso de transformación social.

En el programa cultural del PP se nombra la necesidad de la internacionalización de la cultura nacional, así como un nuevo Plan de Mecenazgo y la digitalización de contenidos culturales, de manera que estos sean de mayor accesibilidad. Al mismo tiempo se habla de la presentación de una Ley de Economía Creativa centrada en las Industrias Culturales y Creativas, en tanto que promueva su crecimiento. Al sector cinematográfico se le dedican 8 líneas de texto que se limitan a prometer potenciar el rol de España en el sector cinematográfico internacional. A parte del texto dedicada a cultura es general y escueta (como el resto del programa) obviándose temas de gran importancia como son el IVA cultural y las enseñanzas artísticas.

El programa de Ciudadanos cuenta con varios apartados dedicados al sector de las industrias audiovisuales y uno que, brevemente, se centra en el ámbito cinematográfico. Aquí se habla de la promoción de planes de asistencia al cine desde el ámbito escolar, implantando tarifas de cine para los más pequeños. Además proponen una política de degradaciones fiscales que promueva los rodajes tanto de producción nacional como extranjera, impulsando la imagen del país como un escenario con numerosas localizaciones e infraestructuras atractivas que la Spain Film Commission pueda poner a la disposición de las productoras. En lo concerniente a promoción exterior se habla de la necesidad de difundir las cintas nacionales en el extranjero mediante la creación de eventos que propicien la exhibición. Por otro lado el partido propone bajar el IVA cultural del 21% al actual 7%, pero pretende eliminar las subvenciones gestionadas por el ICAA que van destinadas directamente a la industria del cine español. De nuevo, la parte del programa dedicada al sector cultural es muy breve; y las propuestas poco específicas.

Podemos presenta diversas líneas de actuación en cuanto a las políticas culturales, estas son más claras y visiblemente más amplias, además de proponer varias reformas y novedades a nivel administrativo, cosa que los dos partidos anteriores obvian por completo. Primeramente, se habla de la creación de un nuevo Ministerio de Cultura y Comunicación que tendrá como labores el desarrollo de planes culturales así como asegurar los medios para su realización, supervisión y evaluación. Además, Podemos hace alusión al ICAA en tanto que propone la dotación de una mayor autonomía al mismo y, a diferencia de Ciudadanos, alude a una reestructuración de su funcionamiento con el propósito de cambiar su «inmobilismo» y los «modelos obsoletos de actuación«. En otro apartado se menciona la necesidad de aprobar una Ley de Enseñanzas Artísticas Superiores y la creación de Universidades de las Artes equiparando la importancia de estos estudios con las demás docencias universitarias. En el texto también se cita la creación de una Asamblea de Profesionales de la Cultura y el Observatorio Ciudadano de la Cultura, que están integrados en ese nuevo Ministerio de Cultura y Comunicación. Además, la Plataforma Pública de Cultura Abierta se propone como mecanismo que fomente el uso de herramientas digitales y la disposición en streaming para el público de todo tipo de creaciones culturales, citándose expresamente la digitalización de los fondos de centros de documentación y difusión públicos tales como la Filmoteca Española. El partido se compromete además a bajar el IVA cultural a un 10%; y a crear un Estatuto del Artistas y el Profesional de la Cultura que atienda a todas las actividades culturales realizadas por cuenta ajena o propia, aplicando una fiscalizad y tributación específicas. En el programa se contempla también la creación de una nueva Ley de Mecenazgo y Patrocinio, pensada para fomentar la financiación de la cultura de particulares y empresas mediante la instauración de un Fondo Social de la Cultura que se gestione a través del Ministerio de Cultura y Comunicación. En cuanto a la propiedad intelectual se propone una nueva ley más sostenible y justa. Otros apartados del ámbito cultural incluyen un Plan Operativo de Fomento de la Difusión e el Acceso a la Cultura Digital, un Plan Operativo de Acceso y Disfrute de la Cultura, una campaña para una audiencia activa y una Escuela de Espectadores que funcione como un sistema de mediación cultural y formación del público. Se proponen también un Plan Operativo de Fomento de la Diversidad Cultural, un por la Igualdad en la Cultura, otro proyecto alude a la Inclusión Social en Materia Cultural y finalmente un Plan Operativo de Internacionalización de la Cultura Producida en España. El texto de Podemos, a pesar de no tener un apartado específico dedicado al sector de la cinematografía, sobresale por su extensión y detalle en comparación con los dos anteriores.

En cuanto al PSOE, el programa cultural también es completo, contando además con un apartado dedicado al cine y al audiovisual. En líneas generales, se propone un Acuerdo Social y Político por la Cultura con el fin de lograr una mayor cooperación entre instituciones. Se manifiesta la necesidad de crear un Consejo de Cultura que evalúe y supervise el sector así como la necesidad de incrementar la partida de Cultura en los Presupuestos Generales del Estado. Al igual que Podemos, el PSOE también propone una nueva Ley de Mecenazgo, que estará más encaminada a la promoción de las obras en el exterior, y también se habla a otras herramientas de micro-mecenazgo como el crowdfunding. Cabe destacar que a o largo de todo el texto se señala la necesidad de una mayor colaboración con las Comunidades Autónomas y también con los Ayuntamientos. De un modo similar que el programa de Podemos, el PSOE apunta en su texto una serie de medidas que faciliten el acceso a los servicios culturales. Aquí se propone la elaboración de una Ley sobre el Derecho de Acceso a la Cultura, así como también un Programa de Apoyo a la Red Básica de Acceso a la Creación Cultural. También se le presta atención a las enseñanzas artísticas así como a la necesidad de apoyar la creación de nuevos públicos para las diferentes disciplinas artísticas. En el texto se destaca además la precisa internacionalización de las obras españolas con el propósito de que estas tengan una mayor presencia en el extranjero, por lo que se habla de la aprobación de una Estrategia para el Desarrollo de las Industrias Culturales y de la Creatividad. Del mismo modo que el partido de Pablo Iglesias, el PSOE propone la creación de un Estatuto del Artista que atienda de un modo específico a la profesión cultural, señala imprescindible el establecimiento del IVA cultural en el 10% y la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, así como también la promoción de la igualdad de género en el ámbito cultural. Por último, en el apartado específico de Cine y Audiovisual se señalan diferentes obligaciones en cuanto al cumplimiento de la Ley del Cine y el apoyo a la industria, mediante el cambio del sistema de ayuda públicas y el establecimiento de un sorteo de Lotería Nacional destinado de manera específica a la financiación del cine y otras industrias de carácter cultural.

Izquierda Unida también contempla la necesidad de reformas a nivel administrativo, como la creación de un Ministerio de Cultura y un Estatuto del Artista que especifique aspectos fiscales y de representación sindical y laboral. El partido propone una bajada drástica del IVA cultural hasta el 4% además de crear una nueva normativa de ayudas e incrementar en un 100% las subvenciones culturales. Al igual que en el programa del PSOE y Podemos se habla de las enseñanzas artísticas en tanto que consideran necesaria la creación de una Universidad Pública de las Artes. Una vez más se propone la renovación de la Ley de Propiedad Intelectual, y como novedad, Izquierda Unida plantea la creación de empresas públicas o cooperativas autosugestionadas que oferten productos culturales. A partir de estas líneas generales, el partido de Alberto Garzón le dedica un apartado a cada una de las artes; cine, danza, música, etc. En lo concerniente al cine, este es el único programa en que se destaca la preocupante incursión de producciones norteamericanas, para lo que se propone la potenciación de la cultura nacional y la creación propia con medidas económicas y fiscales, además de fijar cuotas mínimas de pantalla que garanticen el patrocinio del cine español y europeo, tanto en las televisiones públicas como en las privadas. Se manifiesta la necesidad de elaboración de una nueva Ley del Cine en la que se contemple la excepción cultural para el cine español así como también el obligatorio incremento del Fondo para la Cinematografía del ICAA y de las CCAA. Por último, IU propone el desarrollo de una red de espacios públicos para la exhibición de cine donde se garantice la programación de cine español, así como la recuperación de salas de cine privadas y nacionales y la promoción de la constitución de empresas españolas para la distribución.

A modo de recapitulación, se puede decir que las propuestas culturales del PP y Ciudadanos destacan por su brevedad y superficialidad en comparación con los otros tres partidos, que cuentan con textos más amplios así como también más específicos. En cuanto a la Ley del Cine y el ICAA, el PP no los cita en ningún momento en su texto y Ciudadanos pretende suprimir las ayudas directas que el Instituto concede a la cinematografía nacional, siendo el PSOE, Podemos e IU los únicos que señalan la necesidad de actualizar el sistema de ayudas con el propósito de que estas seas más eficaces. Si bien el texto de Podemos es el más extenso y completo en cuanto a líneas de actuación en lo relacionado a políticas culturales, el programa de Izquierda Unida es el que le dedica una mayor atención al sector cinematográfico propiamente dicho. Decir que, la única propuesta de ley cultural del Partido Popular está relacionada con las industrias creativas y su crecimiento, propia de las políticas neoliberales que buscan la economización de la cultura, del mismo modo que el PSOE también hace alusión en numerosas ocasiones en su texto a las industrias culturales y la necesidad de fomentarlas.

Es que la erosión del Estado de Bienestar afectó especialmente a la cultura; al ser considerada por mucho como un servicio no esencial. El Fondo de Ayuda a la Cinematografía se desplomó en los últimos años, desde 89.3 millones de euros en el 2010 hasta 36.5 millones en el 2015. La cinematografía es interpretada por las administraciones como tan solo una herramienta con la que competir en el mercado global, pero es precisamente esta una de las industrias más dependiente de las políticas de fomento. Una política fiscal adecuada y ajustada a la realidad del sector cinematográfico permitiría un mayor desarrollo de la industria, tanto en la producción como en la competitividad. Es por eso necesaria una reestructuración de los métodos de financiación estatales así como la reducción de las cargas fiscales con el propósito de beneficiar el cine español, en tanto que favorezca al creador, al distribuidor y al mismo tiempo al espectador.

_________

photo credit: <a href=»http://www.flickr.com/photos/12505664@N00/640616494″>Metropolis Queue</a> via <a href=»http://photopin.com»>photopin</a> <a href=»https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/»>(license)</a>

Comments
One Response to “DE CARA AL 20D, POLÍTICAS CINEMATOGRÁFICAS”