CARLO PADIAL: «HE HECHO TALLER CAPUCHOC CON LO QUE TENÍA EN ESE MOMENTO PORQUE NO PIENSO PERMITIR QUE ME PAREN»

carlo-padial

En la pasada edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, Carlo Padial presentó uno de los seis diferentes montajes de Taller Capuchoc (2014), su última película. Acompañado de Miguel Noguera, protagonista de la misma, su película era la joya de una sección centrada en un cine diferente y rompedor. Temática, puesta en escena, texto… todo juega un papel muy importante en el cine de Carlo Padial donde, más que el continente, lo que importa es el contenido.

Como planteas hacer una película?

Juan Cavestany dice una cosa muy guay que es hacemos estas películas pequeñas porque tenemos miedo a que se nos pase la vida esperando a levantar la película que sea que tienes con la productora grande que sea. Y es totalmente cierto. Quien no ha pasado por el proceso no lo puede entender. Si tu planteas cierto tipo de historias o tienes cierto tipo de ideas, por fuerza vas a pasar un poco por lo que pasa Juan, o por lo que pasa Canódromo Abandonado, o por lo que pasa Venga Monjas… A la que no quieres hacer un determinado tipo de cine, o que no es el cine que te sale aunque te encante, por fuerza va a ser muy complejo levantar una película así. No solo en España, con el tiempo voy descubriendo que es en todas partes igual. Pero en España es doblemente difícil, por todo lo que ya sabemos. Tu ya sabes a que juegas, si planteas ciertas ideas ya sabes lo que te espera. Y entonces, en mi caso particular, yo venía junto con Carlos de Diego, que es quien suele producir las cosas que hago, veníamos de Barcelona Televisión, y antes del cómic… Fuimos aprendiendo sobre la marcha, con lo cual somos unos salvajes auténticos, hemos aprendido con cada proyecto. Y de manera natural, cuando ya llevabamos mucho tiempo, compramos nuestras oficinas, nuestro equipo y decidíamos como eran las series y lo que hacíamos sobre la marcha y bajo nuestras reglas. Vivíamos en una irrealidad, también porque creo que en aquel momento económico era posible. Cuando salimos de Barcelona Televisión nos encontramos con que habíamos vivido en una situación muy privilegiada. Empezamos a tener reuniones con productoras que querían levantar un guión nuestro y empezo un poco el infierno.

Es un proceso cansado…

Sí. Y a ese le encadenamos otro proceso. Nosotros empezamos a trabajar en una productora muy conocida de Barcelona, que es mejor no decir el nombre, y estuvimos 3 años desarrollando proyectos de los cuales no se hizo ni uno. También dirigimos un piloto, aparte de los guiones y biblias que escribíamos para series, escribimos una TV Movie… Y en un punto piensas, “¿qué estoy haciendo? ¿Me estoy pagando el alquiler? Sí, ¿pero qué sentido tiene esto?”. Y en parte yo creo que si mis productos no salen cuando los intento hacer de un manera mainstream es porque hay algo, en el seno del proyecto que propongo, que va en contra del propio proyecto. Hay como una hostilidad y desconfianza hacia esa forma de producir. Como espectador no la tengo, pero a la hora de hacer cosas creo que debo cargar al proyecto de algo que, al llegar a las personas a las que les tiene que llegar, sea como “Wow! ¿Qué mierda es esto?”. Hay como algo ahí metido…

En mitad de todo ese clima, que duró muchos años, vimos que ese modelo de “Tú dame el dinero que volveremos con algo que esté bien” ya se había acabado. Tuvimos que encontrar otra fórmula. Y… no sé si te respondo a la pregunta, pero la razón por las que hacemos estas películas pequeñas es porque esa otra forma se complica de esa manera. Y después de Mi Loco Erasmus (2012) ha vuelto a suceder, me contactó una productora para escribir otro guión de una película grande, mucho más grandes que las mías. Y aunque las circunstancias son otras, a partir de que alguien te pide un guión después de ver Mi Loco Erasmus y le gusta, hay un problema que es que cuesta horrores levantar una peli diferente en España. No pasa nada, asumámoslo. No es una crítica, es una realidad. Y aunque ese proyecto era una comedia normal, no era nada normal.

Me gusta que digas que te llamaron para hacer una película “normal”

[risas] Sí, yo quise hacer una película normal pero lo que me sale es… Además, ya de manera natural, ahora ya la gente ya no te vienen a pedirte que hagas La boda de mi mejor amigo (1997, P. J. Hoogan). No tiene sentido. Sería un auténtico zumbado [risas]. A mi me gustaría, igual es la fórmula: empezar a hacer películas totalmente normales que sabes que no te van a salir y que el resultado va a ser muy extraño. Pero quizá es mejor que partir de estas ideas locas que tengo y que luego me siento muy mal porque ya sé lo que viene: vienen muchos problemas. No puedes pasarte la vida esperando y que yo ya no sirvo para eso. Yo soy una persona que entiendo el audiovisual como está sucediendo y no como en la época de Max Ophuls, que es como lo vive la mayoría de la gente. Y está sucediendo aquí, en tu móvil. Tiene que ser más fluído esto, tiene que ir más rápido. Porque sino pasa eso que me citabas antes. Y es una de las cosas que más miedo me da de hacer un proyecto normal. Para cuando se apruebe, si es que se aprueba, todavía hay que rehacer esa película y estaré totalmente desconectado.

Es una elección el low-cost o una imposición del modelo de producción?

El tema de si una película es barata o si es cara, esa especie de animadversión que genera a veces este tipo de cine, Dispongo de Barcos (2010, Juan Cavestany), Diamond Flash (2011, Carlos Vermut)… es como que no hay nivel suficiente para asimilar que significan estas películas. Es la realidad. La gente se obceca con el contenedor cuando debería pensar que significa que aparezcan estas películas. Es completamente estúpido que yo te plantee una película totalmente brillante como La Tumba de Bruce Lee (2013, Canódromo Abandonado) y a ti lo que te obsesione es si suena bien todo, o si en un punto está un poco desenfocada, o si en el post-screening lo único que te pregunta es con que cámara lo hiciste… Pues tu eres un absoluto imbécil. Con que la has grabado y cuanto te costó es lo que siempre te preguntan.

Justo eso te iba a preguntar: ¿cuánto costó Taller Capuchoc?

Claro, claro. Pero es que es una obsesión eso, y es una obsesión equivocada. Lo que tienes que plantearte es absorber el talento. Es muy sencillo. Si tu no quieres que exista este tipo de cine, hazlo con más dinero. Y el problema es que no sabes como hacerlo porque eres un inepto. Y estás atado a un sistema antiguo que no funciona pero del que sea ha sacado, y se sigue sacando, mucho dinero. ¿Cómo va a ser una mala noticia el talento? Es ridículo. Uno de mis estilos favoritos de expresión artística es el rap. La mayoría de gente se graba en su puta casa con un micro. No hay ningún problema. Mañana los llevas a Nueva York al Electric Lady Studios y los grabas bien. Da igual. No te plantees “sí, cantas bien… pero ese micro era una mierda o qué?”. Es como ver a Notorious Big rapeando 15 minutos en un parque con 14 años y obsesionarte con que el tío lo estaba grabando con un micro de mierda. Eres un imbécil. Lo que tienes que hacer es lo que hizo Puff Daddy: coges a este tío y te lo llevas a un estudio.

Y sí a ti te llegase ese productor que te diera todo a cambio de sacrificar la libertad que te dan cosas como Go, Ibiza, Go…

Sí. Igual que te digo esto, te digo lo contrario. Hay autores muy interesantes que no tienen ningún problema en manejar presupuestos grandes. Juan Antonio Bayona es un director y hace sus pelis con más dinero. Y ya está. Es el tipo de historias que el ha elegido contar y que le ha llevado a ese método. Pero él es un autor que cuando hablas con él tiene las mismas preocupaciones, lo único que el maneja millones de euros y tu lo haces con nada. Lo que quiero decir, y es algo muy central que no se lo he leído a nadie, es la ceguera de una industria que no es permeable, que no es meritocrática, que no avanza. Y si tú tienes mentalidad de funcionario, que es lo que tiene la mitad del cine español, así van las cosas, y así tienes el cine que tienes que no lo quiere ver casi nadie. Pero no pasa nada, es la realidad. Y la gente se convierte en funcionarios, o en obsesionados del mercado… No hay nada peor que ir a un festival de cine y sentarte con alguien del cine que solo habla del mercado. Es algo muy raro eso. El cine ha caído en el mismo fallo que ha caído el arte contemporáneo, que se ha alejado de su público. Tu te sientas a hablar con artistas contemporáneos, yo estudié Bellas Artes así que conozco ese mundo, y solo hablan de mercado. Porque se han convertido en expertos de mercado. Pero no es interesante. Hablame de ideas. Taller Capuchoc es casi una mixtape, no es una película. Si la quieres hacer bien, la hacemos, yo la he hecho con lo que tenía en ese momento porque no pienso permitir que me paren. A mi todas estas reuniones de mierda con toda esta gente que no entiende nada, gente muy mayor que tiene una idea equivocada del cine y que además no tiene las películas potentes para apoyar sus tesis. A mi me viene Scorsese y me dice algo y me callo como una perra; pero si me vienes tú, cállate tú, no sabes nada. Es ridículo. El problema es ese. Tu deberías plantear una, dos, tres películas como esta y ser absorbido con total naturalidad. Y en lugar lo que pasa, y lo que parece que les da argumentos a quien no quiere que exista un cine diferente, es que como nadie se interesa por nada, el nivel de interés es mínimo y la masa crítica sois cuatro. La gente se cansa, y se vuelve amarga o agria. Es tristísimo, yo cada vez que veo un director de talento que lo deja… es terrible eso. Es una pobreza absoluta.

Decías Scorsese, pero claro, el era el alternativo de su época…

Claro. Y ellos han dicho como se hacía el cine, y yo te estoy diciendo como se hace el cine hoy. Así que cállate y escuchame. Y claro que hago cosas raras, es normal. Yo vengo con cosas de Youtube, con cosas de hoy. Mi puesta en escena es como graba la gente con un móvil, las conversaciones se superponen, nadie escucha, hay ruído… Es lo que estás viviendo. Déjame que te hable. Deja que te hable Canódromo, que te hablen Venga Monjas, Luís López Carrasco, Carlos Vermut. Ellos te van a decir cómo es el cine, no me digas a mi cómo es el cine. Y no me intentes alisar hasta que te venga con una peli costumbrista de mierda española con un fondo social progre… déjame en paz.

Por ejemplo, Carlos Vermut ahora está siendo absorbido…

Y es algo maravilloso.

Pero habitualmente se juzga, no vuestros mensajes, si no “es que esto está hecho fatal”.

¿Pero qué es fatal para ti? ¿Para ti está bien el 80% del cine que consumimos, que es televisión filmada con dinero? Es cobardía eso, es pobreza. Y te lo digo totalmente sincero. Me dan igual las entrevistas, te lo digo como si no fuera a leer esto nadie. Porque es la verdad, es muy pobre la propuesta cinematográfica en España. Tienes el cine industrial, que está muy mal hecho excepto tres o cuatro personas, entre ellos Jota (J. Bayona) que para mi es el mejor; pero en conjunto es un cine mal hecho y acomplejado que importa formas cuando ya están totalmente trilladas. O bien tienes un cine que está totalmente fuera del mercado, un cine de festival. Que es un cine que a mi tampoco me interesa, es un cine aburrido, hecho por estudiantes de Bellas Artes o de Cine, que ahora para el caso es lo mismo; con gente que va a acabar dando clases. Es como quedar con un amigo para contarte chistes entre vosotros. A mi no me interesa tampoco eso, y te lo digo con total sinceridad. Y lo potente de toda una gente que no nos conocemos, no somos amigos, nos hecho amigos por hacer esto. Yo pensé que estaba totalmente solo en Barcelona y de golpe vi que no. Que en Barcelona había otros locos como Venga Monjas que pensabamos lo mismo, aún haciendo vídeos muy diferentes y no teniendo nada que ver.

Pero tenemos una cosa en común: todos grabamos porque lo sentimos de verdad. Casi ninguno nos presentamos a concursos de cortos. No lo digo con demérito de quién lo haga, porque es otra vía; pero quiero decir que es interesante. Nosotros nunca hablamos de cortos, hablamos de vídeos. Es como lo normal. Si llamo a Xavi (Daura) está grabando, si me llama estoy grabando, estoy editando. Porque es lo que haces. ¿Si no de que coño sirve esto? Si ruedas tan poco, ¿qué sabes? Toda la gente que te gusta, desde Buster Keaton, rodaron la hostia. Y eso es de lo que va. Al final, ¿para qué te dedicas a esto? ¿Para ser una especie de opositor? Es que es ridículo.

maxresdefault

«Cada vez que veo un director de talento que lo deja… es terrible eso. Es una pobreza absoluta»

Y crees que existe una actitud de “hago cine porque hay ayudas”?

A mi hay una cosa que me dijo un director, que tampoco quiero decir el nombre para no comprometerlo, que está bien: “hay un dinero, cógelo”. No me lo decía estricamente a mi, pero me decía que esa era su lógica. La comparto, está bien. No es una actitud no ayudas no, crowdfunding si. No lo sé. Nada es sí ni no. Por ejemplo, a mi el crowdfunding no me gusta, pero Pablo Hernando ha hecho uno y le ha ido muy bien y gracias a un crowdfunding tenemos La Tumba de Bruce Lee que para mi es una de mis pelis favoritas de los últimos 20 años.

¿Cómo valorais el éxito sin tener “cifras de recaudación” o demás?

Yo no soy el típico personaje de Internet como si son Xavi y Esteban (Venga Monjas), en el sentido en que si te paras a mirar mis vídeos, o los vídeos que he dirigido para Pioneros… En realidad no hay tantos vídeos hechos expresamente para Internet. La única cosa que hemos hecho para Internet y pensando “sí, esto queremos que esté en Internet” es Go, Ibiza, Go. Con lo que tampoco soy la persona más indicada para contestarte a esto.

Una vez dicho esto, ¿cómo mediría el éxito? Es muy relativo. Con mis editoriales de Playground tengo muchísimas más reproducciones que con Go, Ibiza, Go, y, sin embargo, a mi me consta, que Go, Ibiza, Go es más influyente. Es muy relativo. Muchos de mis vídeos favoritos de Internet tienen mil reproducciones. ¿En qué mides el éxito? Yo en mi caso no contabilizo reproducciones o cuanta gente compra un libro. Aunque eso también es fundamental, porque si haces un pase y no viene nadie, tambien es significativo. Yo lo mido el éxito en sentirme muy afortunado de… tengo 38 años y llevo 10 años dedicándome a esto sin trabajar de nada más. Eso es el éxito. Cada semana, cada mes que pueda mantener esto es una maravilla. Pero no como que pueda levantarme “eh, no tengo nada que hacer! Voy a comer Doritos” [risas], sino porque puedo dedicarme a perseguir las cosas que me interesan. Y eso es alucinante. O, yo que sé, si hago Mi Loco Erasmus puedo estar un año encerrado con Dídac Alcaraz en un sótano trabajando. Y eso para mi es una maravilla. Para mi, el éxito es que constantemente me llaman la atención cosas y puedo convertir esas ideas en textos o vídeos. Mientras pueda hacer eso, es increíble.

Comments are closed.