CARLO PADIAL (2/2): «SI HAY UNA PELI EN LA QUE PUEDA SALIR MIGUEL NOGUERA, PARA MI ES PERFECTO»

CZjoQ-wWYAAp4Ry

Continuamos la entrevista al día siguiente con Miguel Noguera. Recién llegado al Festival, presenta junto a Padial Taller Capuchoc dentro de una sección del Festival de Cine Europeo de Sevilla dedicada al cine de contra-comedia más arriesgado. Noguera, más conocido por sus libros, Hervir un oso o Ultraviolencia, afronta en esta película una de sus pocas incursiones en el cine.

¿Considerais que haceis un tipo de humor marginal, destinado a un público muy pequeño?

MIGUEL NOGUERA: Es que yo tampoco tengo un planteamiento previo a que quiero hacer. En mi caso hay una voluntad de no ser críptico. De intentar, dentro de lo que yo hago, de llegar a más gente que si hiciera un humor más cerrado. Si que existe, hablo de los libros y del espectáculo, una intención de no caer en puntos donde se le exija mucho al espectador o en experimentos que no se sabe como van a acabar. En ese sentido, aunque yo sepa que lo mío es minoritario, aunque pienso que no es tan minoritario en realidad, hay una voluntad de entretener, de que la gente salga contenta de allí.

CARLO PADIAL: Yo estoy de acuerdo. En mi caso, una actuación, o un guión… no hay una voluntad de estar solo, de hacer algo críptico. Pero, al mismo tiempo, si que creo que la naturaleza de las ideas que tienes son las que son. Uno no puede escoger ser quien es. Ahora, siguiendo esas ideas, hay toda una serie de consecuencias. Si yo hago Nuestro Porno Favorito (2013), pues ya sé que no estoy haciendo un corto que me va a permitir hacer un tipo de peli determinada. Ya sé lo que viene: pero es lo que tengo que hacer. Es lo que me llama la atención. Al final uno no puede ser lo que no es. Es como que tus familiares te dicen “¿por qué no haces Torrente?”, “no te costaría nada hacer un Torrente…”, y siempre es un poco lo mismo.

A mi me flipa Cassavetes, y Lynch, Bresson, Wells. Ver F For Fake (1973, Orson Wells) es lo que me hizo querer dedicarme al cine. Probablemente no pueda aspirar a hacer una peli tan alucinante como esa, pero entiendo de que me está hablando. Conecto al instante y puedo hablar en el mismo lenguaje. Y eso crea un diálogo que, cuando tu te sumas al cine, continua y atrae a más gente. Muchas veces me dicen de broma “me gustaría ver una versión tuya de Barcelona, nit d’estiu (2013, Dani de la Torre)”. Es que si la hiciera yo habría algo en el centro que haría que no fuera esa película, sería algo probablemente más oscuro, más extraño. No lo puedes evitar, es tu estilo. Yo que sé, habría ataques de ira entre esos jóvenes por una camiseta de H&M… No lo podría evitar meter.

¿Cómo te sientes interpretando a Padial en Taller Capuchoc?

MIGUEL NOGUERA: Yo siempre digo que el podría haberse interpretado a si mismo en la película. Entiendo que también hay un problema de fingir que eres uno mismo… No sé realmente si es por no querer estar dirigiendo y actuando al mismo tiempo o por otros temas. Pero claramente se trata de la mirada de él.

Tu actuación dista mucho de la imagen del Ultrashow.

MIGUEL NOGUERA: No, no, claro. Tampoco había lugar a ese tipo de actuación. Era más simplemente estar allí…

CARLO PADIAL: Yo de hecho creo que cualquiera que conozca a Miguel se puede llevar una decepción con la película.

MIGUEL NOGUERA: Realmente si tu esperas algo relacionado con el Ultrashow en Taller Capuchoc… me refiero, el trabajo que yo hago en la película no es que sea propio de mi, es propio de cualquier persona que pongas ante la cámara a actuar.

CARLO PADIAL: Aquí el proceso es que tenía otra peli, que estaba en desarrollo, y no quería esperar. Yo entiendo esta película como una mixtape. Yo que escucho mucho rap, los artistas sacan discos y sacan mixtapes y todo vale igual, no es que lo hagan con menos talento. El disco está más producido, más cuidado… Igual que en ese sentido Mi Loco Erasmus quizá está más producida. Pero para mi, Taller Capuchoc, pese a que quizá porque es más ambiciosa, no acaba de funcionar. Y ya sé que nadie habla en estos términos de sus pelis, pero a mi me da igual. Pero los temas que propone me interesan mucho más. Por eso es una película que me gustaría revisitar: con o sin Miguel. Pero haciéndola otra vez, porque me parece que toca unos temas interesantísimos.

Y a la hora de trabajar las escenas, ¿cómo lo abordabais?

CARLO PADIAL: Era un proceso hipersencillo porque trabajar con Miguel es muy sencillo. Yo agrupaba las escenas que íbamos a grabar y se las enviaba. Y él venía y lo hacía muy fácil, se lo sabía…

MIGUEL NOGUERA: Bueno, no es que yo sea estudioso de nada. Me enviaba un guión que era sencillo y como repetiamos varias veces… Permitía que lo dijera con mis propias palabras. Realmente no supuso ningún esfuerzo. El esfuerzo que supuso era no reír. Para mi es como un problema. Cuando tengo que fingir que estoy serio o afectado por algo, como no soy actor ni me meto en el personaje, me río. Es un bucle del que no puedo salir de él. Así que la principal dificultad era no reír. Y aún así, no lo logré (risas). Tampoco fui capaz de cumplir esa responsabilidad.

CARLO PADIAL: Eso es bonito. Es como en Seinfield (1989, Jerry Seinfield e Larry David) que puedes ver claramente cuando se está riendo del guión. Porque claro, él no era actor, y le pillaba muy de nuevas.

MIGUEL NOGUERA: Pero bueno, yo lo viví como algo sencillo, cómodo. No tuve que, no sé, como irnos al bosque a pasar frío, ni había una tensión muy grande. Era como muy tranquilo. Las escenas se grababan en lugares muy tranquilos. Fue algo muy cómodo.

Llegué a leer que en la librería que grabasteis no sabían que estabais haciendo una película.

MIGUEL NOGUERA: Sí… entraban clientes. Y no sé si llega a salir algún cliente…

CARLO PADIAL: Sí, salen un montón. Había un par que, llegados a un punto, incluso se cruzan delante de la cámara. Les daba igual. Es muy de Barcelona, que no llega a ser Nueva York pero si que en el centro hay como esta gente que les da todo igual. Estaban mirando libros y les importaba una mierda que estuvieras.

MIGUEL NOGUERA: Tampoco es que hubiera mucha maquinaria. Estabamos allí, de repente había alguien grabando, un foco… De entrada pasaba desapercibido.

taller-capuchoc

¿Còmo surge Miguel para el papel?

CARLO PADIAL: Veníamos de Mi Loco Erasmus y yo tenía muy claro que no quería parar. Y tenía muy claro que la siguiente peli iba a ser con Miguel. Era como una cosa de sensaciones. Es una elección de gente que me gusta, de gente que quiero grabar. Me pasó con Josep Mauri y con Didac antes. Y cuando nos tumbaron la otra película, que también protagonizaba Miguel, y que era donde estaba el dinero, pues dijimos “da igual, vamos a seguir”. Y fue un poco eso, el deseo de ver a alguien delante de la cámara.

¿Y cómo es para ti, salir del espectáculo en vivo y entrar en cine?

MIGUEL NOGUERA: Es que para mi, de verdad, mientras no te pidan hacer una película de actor… Todo lo que venga de Carlo, de Venga Monjas, realmente estoy tranquilo porque sé que no voy a tener que hacer algo que no sé. Cuando el me lo pidió y me dijo “no, es un escritor. Todo en Barcelona. Tu apenas tendrás que hacer nada porque es todo bastante pasivo…”. Yo ya fui muy tranquilo al asunto, que es como me gusta. Todo esto de los retos, yo no lo llevo nada bien. Aprenderme un guión, por ejemplo, es muy difícil. O aprenderme un diálogo largo es como “¿por qué tengo que hacer esto? Ya me gano la vida de otra forma, ¿por qué coño tengo que hacer estos deberes?”. Y claro, en este caso, son párrafos que pueden variar, que si surge algo de repente se puede cambiar.

Los dos coincidisteis con Didac Alcaraz. ¿Qué opininais de él?

CARLO PADIAL: Didac es un poeta. Si entiendes eso, entiendes a Didac; si intentas ubicarlo de otra forma no lo vas a entender. Hace mucho que yo lo conozco y es ese tipo de persona que él es alguien que tiene una forma de funcionar que es puramente exclusiva. Yo no conozco a otra persona como Didac. Y ya desde que lo conocí en la Massana, ya me llamó la atención a los pocos días. En un mundo en el que todo el mundo está luchando por distinguirse, es una escuela en la que todo el mundo va con el pelo verde y todo el mundo está frito por marcar su individualidad, por expresarse; Didac, sin hacer nada, era uno de los tíos más diferentes. Él vive de esa forma, el algo que no puedes entender sin ver que es un tío que no se rige por lo mismo que los demás. Y eso te sirve para ver como acomete una actuación. En ese sentido, son casi contrapuestos Miguel y él. Él es como “bueno, hoy va a ser el último día”…

MIGUEL NOGUERA: Hay más dramatismo. Hay una interpretación dramática de su vida, lo que esta pasando. Es muy romántico el tema con él.

¿Teneis pensado una tercera película juntos?

CARLO PADIAL: No sé, igual Miguel está harto…

MIGUEL NOGUERA: No, no. Yo no entro en esto, tu sabes que yo no tengo problema. Si se propone… es cosa tuya, vamos.

CARLO PADIAL: Yo me muevo por sentido común. Mi mantra ahora mismo es que me gustaría hacer una película menos sufrida que Taller Capuchoc. Como que ahí rasqué el metal de la rueda. Y me gustaría no pasar por eso otra vez. Y si tengo que pasar otra vez, atacarlo con una concepción totalmente distinta. Pero si que ya me saltaría toda una serie de cuestiones muy locas. Pero si hay una peli en la que puede salir Miguel, para mi es perfecto. Y, ya lo he dicho muchas veces, cuando haces una peli vas a pasar mucho tiempo con alguien, es mejor que sea alguien con quien te entiendas sin necesidad de mucho rollo. Pero simplemente porque me lo pone muy fácil, porque se que es alguien que va a funcionar en la película.

Comments are closed.