VILA DO CONDE 2013: CONAKRY

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Una lección de historia y de cine. Sobre todo de cine. Esto es lo primero que sugiere la película de Filipa César presente en la competición nacional de Curtas Vila do Conde 2013. Conakry (Filipa César, 2013, 11 min) es un simple plano-secuencia filmado en la Casa de las Culturas del Mundo en Berlín con la participación de la escritora portuguesa de ascendencia santotomense Grada Kilomba y la periodista radiofónica norteamericana Diana McCarty. La narración del corto se componen básicamente de estas dos intervenciones, que acompañan a una serie de imágenes inéditas del archivo cinematográfico de Guinea-Bissáu recién restauradas por la artista y cineasta portuguesa Filipa César.

Estas primeras imágenes guineanas fueron rodadas en 1972, durante ‘La Semana de la Información’, una exposición organizada por el Partido Africano para la Independencia de la Guinea-Bissáu y de Cabo Verde (PAIGC) de Amílcar Cabral que se desarrolló en el Palacio del Pueblo de Conakry, capital de la Guinea vecina, con la intención de informar sobre la situación de la guerra iniciada en la década anterior contra la administración colonialista portuguesa. Sus autores fueron José Columba Bolama, Josefina Crato, Flora Gomes e Sana Na N’Hada, cuatro jóvenes aspirantes a cineastas enviados por Amílcar Cabral a Cuba para estudiar en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) entre 1967 y 1972, de donde volvieron con la idea de convertir el cine en un medio revolucionario al servicio de la descolonización de los pueblos guineano y caboverdiano. Diana McCarty es la encargada de narrar toda esta información histórica, así como de contextualizar también el trabajo de conservación y restauración del archivo guineano por parte de Filipa César.

Después, a Grada Kilomba le toca desarrollar un ejercicio complementario y más arriesgado: narrar lírica y ficcionalmente las imágenes que son proyectadas sobre su propio cuerpo. El corto consiste así en un encuentro feliz entre lo objetivo (las imágenes del newsreel) y lo subjetivo (la lectura dramática de esas mismas imágenes, la interpretación de sus intenciones o de sus gestos), y sobre todo en la explotación de esa dialéctica. La ausencia de banda sonora -el proceso de restauración del sonido se ha dejado para una segunda fase- acentúa aún más el ejercicio subjetivo de ficcionar o dramatizar las imágenes en cuestión, de la misma manera que la ‘interferencia’ del cuerpo de la performer entre el proyector y la pantalla acentúa la intervención subjetiva y lírica de la cineasta sobre las imágenes.

Hacia la mitad de la película, una frase revela su discurso: el cine es un acto descolonizador. Ese era el deseo de Amílcar Cabral cuando decretó el cine como un importante medio revolucionario, importante para una independencia del gesto y de la mirada, y también para la construcción de la memoria. En este sentido, el cine fue -y es- un medio fundamental en el proceso de devolución de la memoria de la lucha de liberación y emancipación de un pueblo y de la independencia política de un país, una memoria que se aviva ahora con imágenes y sonidos que estuvieron olvidados e ignorados durante décadas, con un potencial histórico y conmemorativo insustituible.

Junto con Cacheu (Filipa César, 2012, 11 min) y Cuba (Filipa César, 2012, 11 min), Conakry integra la trilogía de ensayos cinematográficos A Loita Ca Caba Inda (La lucha aún no ha terminado, Filipa César, 2012-2013) sobre el expolio fílmico de Guinea-Bissau. Cine y historia continúan unidos en un trabajo de evaluación permanente del trauma y de las heridas coloniales en la memoria colectiva e identidad nacional tanto guineanas como portuguesas. Ese ejercicio tiene que ser permanente, porque esos procesos están en constante mutación, acelerada por documentos como los que Filipa César restauró para devolver a la memoria y a la historia. Quizás por eso es por lo que Conakry termina igual que una clase, con una frase simbólica de Grada Kilomba: “¿Hay preguntas?”. Al igual que las buenas clases, las buenos películas no son aquellas que dan respuestas, sino aquellas que despiertan muchas preguntas.

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