INFORME CINE LATINOAMERICANO RECIENTE: DE HIJOS SIN PADRES Y PADRES SIN HIJOS

DE HIJOS SIN PADRES Y PADRES SIN HIJOS

Cine latinoamericano de relaciones familiares, ritos de pasaje, madurez y rebeldía

El paso de la adolescencia a la madurez, el despertar sexual, los grupos de referencia y de pertenencia, la anarquía, la rebeldía ante el padre y el sistema, la música y el cine, son todos temas recurrentes en las películas ‘teen’. Las dudas y la falta de orientación también, si nos decantamos por aquellas que prefieren retratar la crudeza de un grupo de jóvenes contestatarios y antisistema en tiempos de revolución cultural. Otros prefieren mostrar con dulzura desde una perspectiva más naif y apelando a la nostalgia del espectador que ve cómo memorias encerradas en algún armario de su cabeza cobran vida frente a sus ojos, a oscuras y con una pantalla delante.

Aprovechando su selección en la pasada edición del BAFICI (y añadiendo algunos otros títulos que recupero de mis notas del IFFR de este año) es mi intención pasear por un grupo de películas que abordan la temática adolescente y las relaciones familiares desde ambas perspectivas. Algunas son películas sobre adolescentes y otras sobre adultos que se comportan como tales. Todas ellas tienen en común su procedencia. Saltemos pues el charco.

El lugar del hijo

Película bien construida, pausada, con cierto humor negro y un enfoque sarcástico sobre el movimiento obrero y universitario de su país de origen, El lugar del hijo es el segundo largometraje del realizador uruguayo Manolo Nieto1. El director nos agasaja con el retrato de un ‘estudiante desubicado’ en el que el personaje principal actúa como metáfora de una sociedad entera. Montevideo, año 2002, los estudiantes toman la Universidad como protesta ante la pésima situación económica. Ariel viaja de la capital a su pueblo natal para asistir al entierro de su padre. Al llegar a Salto se encuentra con una casa vieja y un buen puñado de deudas: su legado. Algunas herencias es mejor rechazarlas, pero a veces no se puede. La reacción aburguesada del chico es preguntar ‘¿no hay dinero en una cuenta o algo?’. No lo hay.

¿Cuál es el lugar de Ariel… cuál es el lugar del hijo? Sus compañeros del movimiento estudiantil son poco serios (conciertos, drogas, alcohol y fiestas no son las vías para resolver el ‘problema’). Por otro lado no hay familia. La amante del padre no le recibe con los brazos abiertos, más bien lo ve como un extraño. El escribano de su viejo, un acreedor más, sí que le da bola, pero porque quiere cobrar. Los charros del que es ahora su rancho (una ruina) no le respetan porque no puede hacer el trabajo. No hay un ‘lugar’ para el hijo aquí. Y ese desarraigo es el mismo que el de toda una generación que deberá levantar el país. Estrenada en Toronto en 2013, vista en Rotterdam en 2014 y programada en BAFICI, la película se me ha quedado grabada en la retina por todo lo anterior, pero también por la figura del no actor Felipe Dieste con quien Nieto trabajó el guion, adaptándolo a su personalidad y problemas de habla, y que nos ofrece una interpretación impecable. Ojo a la banda sonora de Genuflexos.

Casa grande

Sin herencia se queda también el protagonista de Casa Grande, la ópera prima del brasileño Felipe Barbosa. Con sentido y bien estructurada, de narrativa clásica, pero con ideas interesantes, la película programada en BAFICI en la sección Panorama es la ‘triste balada’ balada de Jean, un adolescente acomodado que se enfrentará a un brutal cambio de status social debido a los problemas económicos de su padre. Una mansión, dinero ilimitado, colegio privado, chófer… Todo un espejismo, el de la clase alta brasileña, que se viene abajo poco a poco. Al principio a espaldas de la familia, después de forma evidente. Barbosa se vale de los elementos visuales con los que cuenta: el espacio, la casa en sí, sus habitantes y los nexos entre estos. De tener un personal de tres, a dos, a ninguno. Y en medio el pobre Jean, que se enfrenta a las dudas y presiones que depara el camino a la mayoría de los adolescentes: dónde y qué estudiar, buscar novia o novio, el choque generacional, etc.

Jean es el nexo que une a la élite de Río de Janeiro (sus padres y compañeros de clase) con la sociedad marginada (la criada a la que quiere seducir y una chica que conoce en el autobús y que le hace tilín). El chófer de la familia es su confidente, y sustituto del padre, le da consejos sobre chicas y sobre el forró2. La película es un constante baile de personajes enfrentados, un juego de contrastes que el realizador extiende a la hora de grabar escenas en interiores y exteriores, en la ciudad alta y en los bajos fondos. El viaje del héroe que comienza en su interior, en sus ideas y personalidad, pasa a extenderse a un viaje físico con un final inesperado.

depois da chuva

También en el programa de BAFICI, nuevamente dentro de la sección Panorama, encontramos otra joya brasileña que lleva por título Depois da Chuva. Versión ‘teenie’ anarquista de un Brasil metido de cabeza en las ‘sospechosas’ elecciones de 1984 tras veinte años de dictadura militar. Nuevamente una asamblea de estudiantes, una que se forma por primera vez. Elecciones en la calle y en el bachillerato. Falta orden, sobran ideas. Caio, un jovencito con inquietud por la música, amante de los Sex Pistols, no es ajeno al movimiento social que clama la democracia en su país. De hecho él tiene amigos mayores que fuman droga, cantan canciones, beben, emiten programas en radios piratas y cargan pistola. Es difícil ser joven cuando te llega el momento de tomar decisiones serias. Optar por vivir, por pasar el rato con la chica que te gusta, nadar con la ropa puesta. Por otro lado, entrar en el juego de la política siendo (como quiere ser él) un anarquista, o militar con fervor y sin miedo al sacrificio por una causa. ¿Qué prefieres Caio, ser joven un poco más o convertirte en un hombre?

Ópera prima de Cláudio Marques y Marília Hughes, Despois da Chuva consigue hacer de la vida de este adolescente un reflejo de la situación del país. Una especie de Fevre do Rato (Cláudio Assis, 2011) con un toque (salvando las distancias) de Bus Palladium (Christopher Thompson, 2010) y, si los buscamos, ciertos vínculos (restando unos años a los protas) con El Estudiante (Santiago Mitre, 2011). A la receta se añaden ingredientes que activan el interés como las imágenes del archivo histórico televisivo de la derrota del movimiento Diretas-Já o la muerte del presidente Tancredo Neves que no llegó a ejercer el cargo; o pasajes de contracultura musical en forma de punk (el género de la resistencia desde los 60) en conciertos escolares o al aire libre, entre las ruinas de una antigua fábrica. Todo ello se combina con sobrada suficiencia convirtiendo a la película en un ‘must’ para los que tengan oportunidad de verla en algún festival o en cines (aunque en España está difícil).

club sandwich1

Valiéndose de semillas inmortales como el ‘chico conoce a chica’ o el complejo de Edipo, el mexicano Fernando Eimbke ofrece en Club Sándwich una visión más dulce de una adolescencia desprovista de elementos sociales o políticos. Una madre soltera, aparentemente liberal, y su hijo de 14 años pasan el tiempo junto a la piscina durante unas vacaciones en un hotel cerca de la playa. Si tuviesen la misma edad se diría que son novios, o amigos con derecho a roce. El niño ve en su joven mamá a una musa para esos momentos a solas con su sexualidad. La madre ve en su hijo a un sustituto del cariño masculino que echa de menos. El tercero en discordia, mejor dicho la tercera, una ‘teenager’ coqueta y muy avispada a pesar de su corta edad, será el detonante de una serie de cambios en estos dos personajes (para mal, y luego para bien). El hijo ya no se fijará en su madre y sentirá atracción por la chica, mientras que la madre desarrollará una serie de celos in crescendo que culmina evidenciando su frustración.

Eimbcke no tiene miedo a incluir un poco de picante en la historia que nos quiere contar pasando del juego de las manitas a algo más. Sin embargo no se recurre a la imagen explícita, eso es pasto películas como Kids o Ken Park, con objetivos bien distintos. Aquí se juega a la insinuación con el ‘dentro/fuera’ de campo y el ángulo de la cámara como herramientas principales. Se agradece porque son muchos los que directamente te dan el desnudo integral y el sexo explícito, pero en este caso el realizador prefiere que esos momentos (primeros momentos) de un niño con su despertar sexual sean dulces, inocentes (hasta dónde puedan seguir siéndolo) y no descarnados y básicos. Y eso favorece que el espectador se identifique con él, pues todos hemos tenido un amor de verano a los 12, 13 o 14 años que nos ha cambiado la vida. Club Sándwich no estuvo en la pasada edición de BAFICI porque fue seleccionada en 2013 en Mar del Plata, pero yo la vi en Rotterdam.

Hasta aquí los largometrajes. Hay muchas otras películas que me gustaría incluir en este pequeño artículo, pero para ello tendría que dar un rodeo o emplear las típicas ‘pinzas’ del ‘cogido con…’. No obstante, por si pudiese despertar el interés del lector diré que merece la pena seguirle la pista a Matar a un hombre del chileno Alejandro Fernández Almendras. Un thriller basado en hechos reales en torno a la historia de una familia acosada (bullying) por un grupo de maleantes que tienen dominado el barrio y que fue Gran Premio del Jurado ‘World Dramatic Cinema’ en última edición del festival de Sundance.

por las plumas

Otra película recomendable, también programada primero en Rotterdam y luego en BAFICI, es Por las plumas de Neto Villalobos. La historia que nos cuentan aquí es la de Chalo, un guardia de seguridad que se encapricha con un gallo de pelea. El protagonista busca ganar un dinero extra llevando al gallito a las ‘riñas’. Por el camino conoce a quiénes se convertirán en sus nuevos amigos: un alocado compañero de trabajo, una trabajadora doméstica que vende productos de belleza en sus ratos libres, un chaval regordete sobrino de un frutero, y el gallo ‘Rocky’. Con estos personajes Villalobos construye una suerte de fábula apta para toda la familia que no deja de lado otras posibles lecturas quizá más políticas sobre la Costa Rica de hoy.

Ahora tres cortometrajes (brevemente). En 2013 BAFICI programó La playa de México, en enero de este año se pudo ver en el IFFR. Los realizadores Gastón Margolín y Martín Morgenfeld nos muestran en esta película el reencuentro de dos hermanas que están pasando la tarde en los alrededores de un complejo residencial en el que vivían cuando eran niñas. Con diálogos sinceros, desprovistos de sensiblerías innecesarias, las chicas intercambian memorias del pasado y así nos enteramos de que los padres están separados, del motivo de la ruptura, de las fobias de las protagonistas, su estado emocional, los juegos de la infancia (de miedo). Una especie de diario a dos voces en el que la tensión va in crescendo y en el que las escenas parecen sacadas de un sueño de esos en los que nos visita un pariente que perdimos hace mucho.

solecito

Y ya para acabar: Solecito. Película del colombiano Óscar Ruiz Navia también seleccionado en el festival bonaerense y ganadora de la competición nacional del Bogotá Short Film Festival. Merece la pena hablar de este corto porque es bonito, y ‘bonito’ en cine cada vez se encuentra menos. La historia arranca con dos entrevistas. En la primera escuchamos a una chica hablar del colegio, de sus notas, de cómo pasa los días y finalmente de su exnovio. La chica no tendrá más de 13 años, pero habla de la relación como si fuera un adulto. Por corte vemos la entrevista del exnovio: un crío con alma de galán. En unos minutos conocemos todo sobre la infidelidad, la ruptura y la nostalgia que envuelve a estos personajes.

Automáticamente al espectador no le queda más remedio que volver la vista atrás y recordar su primer amor, el del instituto, cuando todavía se escribían cartas a escondidas, se daban regalitos cada día, se celebraban los semanarios (es decir, aniversarios por semana), etc. De las entrevistas pasamos a ver a los protagonistas por separado en su rutina diaria (jugando al fútbol, haciendo natación, en casa castigados), y terminamos con el reencuentro (otro reencuentro). Realidad en la ficción, ficción verosímil, la cámara sigue a los personajes en la segunda parte, se pega a ellos de forma pasiva, pues en este segmento, a diferencia del primero, los protagonistas no miran al espectador de frente. En cualquier caso, este ‘no cine’ es un ‘mucho cine’: hay un guion, una estructura narrativa, una planificación y se busca esa emoción, ese guiño al espectador. Difícil de recuperar, a menos que el director lo cuelgue en su canal de Vimeo.

Dudas, rebeldía con y sin causa, el primer cigarro, el primer encuentro sexual, la primera noche fuera de casa, sin dinero, sin norte… El primer amor. Adolescentes. Hombres. Mujeres. Adultos. Películas de adolescentes, con adolescentes, o con mayores que parecen adolescentes, de trama familiar, de relaciones entre padres e hijos, hijos sin padres… padres sin hijos.

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1 Asistente de dirección de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella en 25 watts (2001) y Whisky (2004), Manolo Nieto dirige en 2006 La Perrera, su primer largometraje, galardonado en Rotterdam con un Tiger Award.

2 Para saber más… Wikipedia. Eso sí, en inglés http://en.wikipedia.org/wiki/Forr%C3%B3

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