“EL CINE NECESITA IMAGINACIÓN”. ENTREVISTA CON DOMÉNEC BORONAT, PROGRAMADOR DE CINECIUTAT

El cierre de una sala de cine es siempre un acontecimiento triste, porque supone la desaparición de un lugar de memoria. Por eso, la rebelión ciudadana contra el cierre de los Cines Renoir de Palma de Mallorca fue un acontecimiento insólito que invita a la esperanza. Doménec Boronat, uno de los miembros del comité de contenidos de Xarxa Cinema, la asociación que gestiona ahora estas salas, nos habla de su experiencia, que confirma la posibilidad de desarrollar un modelo de exhibición cinematográfica basado en el compromiso y en la participación del público.

¿En qué consiste vuestra propuesta?

Cineciutat es el nombre con el que se rebautizaron los antiguos Cines Renoir de Palma de Mallorca, que cerraron hace un año. Una fuerte movilización ciudadana impulsó una plataforma que bajo el nombre de Xarxa Cinema consiguió aglutinar un proyecto asociativo refundador de dichas salas. Así pues, este es un cine de sus socios (pero abierto a todos los públicos), y son ellos los que transmiten y proponen títulos a una comisión de contenidos integrada por voluntarios. Un año después, nuestro proyecto sigue gozando de muy buena salud, financiándose únicamente con un régimen anual de cuotas y la venta de entradas

¿Qué tipo de películas programáis?

Únicamente cine en versión original. Ésta fue la apuesta inicial y el primer objetivo del proyecto: seguir con las versiones originales que, tras el cierre de los Renoir, habían desaparecido de la ciudad de Palma. No hay que olvidar, además, que Baleares (y Mallorca en particular) es la comunidad autónoma con mayor índice de población extranjera de todo el estado: muchos de los socios que forman parte de esta iniciativa son extranjeros, principalmente ingleses y alemanes, y en menor medida franceses, holandeses o escandinavos. Por ese motivo, Cineciutat intenta siempre equilibrar sus títulos atendiendo a sus demandas.

Por ejemplo, la película más vista en nuestras cuatro salas desde que se inauguraron el verano pasado ha sido un documental: Searching for Sugar Man (Malik Bendjelloul, 2012). Las tendencias las marca así la temporada. Nosotros intentamos respetar una seria de principios de programación, que implican la elección de películas y documentales en versión original de calidad contrastada y de cualquier procedencia. Apostamos siempre por los estrenos, pero también hemos comenzado una línea de re-estrenos con los que procuramos atender una demanda creciente, lo que nos permite jugar de manera más flexible con los precios.

Movilizaciones contra el cierre de los Cines Renoir de Palma de Mallorca

Es curioso que desde la comisión hayamos detectado que la mayor parte de veces el éxito viene determinado por el género de la película: las tragedias no gustan. Ha habido incluso semanas en las que hemos tenido que compensar la cartelera tirando de re-estrenos de comedias, pues la distribución de dramas y tragedias es exponencialmente mayor que las comedias, y el público no quiere sufrir: el espectador medio prefiere comedias o dramas ‘de perfil bajo’, es decir, sin consecuencias trágicas irreparables. Desde Cineciutat, no obstante, intentamos abrir el abanico de títulos lo máximo posible, ya que tenemos un público de cine independiente en versión original y otro que prefiere títulos comerciales más accesibles, pero siempre en versión original.

¿Cuál sería entonces el perfil más habitual entre vuestros socios?

Nuestros espectadores suelen ser gente de mediana edad, exigente, que ama el cine de calidad y a ser posible en versión original. Un perfil de espectador/a que acude regularmente a las salas, que está formado e informado, que sabe lo que va a ver y decide cuándo y cómo lo quiere ver. Entre ellos, un elevado porcentaje está compuesto por gente a la que la revolución digital les ha pillado algo tarde, y por tanto no saben o no quieren consumir cine a través de pantallas individuales, se resisten a ser desplazados de las salas de exhibición.

¿Cómo es vuestra política de precios?

Dentro de la programación regular tenemos un precio de taquilla por los estrenos, otro por los re-estrenos, y un tercero para los documentales, precios todos ellos que se han consensuado previamente con las distribuidoras. Los socios tienen un descuento por cada entrada (aparte de una entrada gratuita al mes), que se modifica en función de si se trata de uno de los tres casos anteriores. Hay también una promoción para los no socios que consiste en un bono de diez pases a cuarenta euros.

¿De qué medios y equipos técnicos disponéis?

Tengo que reconocer que el apagón del 35mm está dándonos muchos problemas, básicamente de financiación. Inicialmente contábamos con 4 proyectores de 35mm (hace un año), pero ahora tenemos dos proyectores de 35mm y dos de Blu-Ray FullHD de alta gama, aunque seguimos sin poder contar con ningún DCP. Las gestiones para poder conseguir uno son intensas, pero su elevado precio y la falta de competencia en el sector hace imposible poder adquirirlo sin asumir un riesgo económico muy alto.

¿Tenéis algún acuerdo con asociaciones o particulares para ceder vuestras salas a otro tipo de eventos o proyecciones?

Cineciutat goza de mucha difusión tanto en el campo cinematográfico como cultural. Nuestras salas dan cabida a todo tipo de propuestas que giren en torno al ámbito cinematográfico: por ejemplo, los miércoles, que es el día que no tenemos proyecciones regulares, acogemos estrenos, ciclos, presentaciones, charlas, etcétera. Varios autores y realizadores de Baleares y de fuera ya han aprovechado estas salas para presentar sus trabajos.

Además de sus proyecciones regulares, Cineciutat acoge también todo tipo de eventos cinéfilo-culturales

Otros colectivos colaboran con nosotros en la organización de ciclos de clásicos del cine en versión original (CineClàssics) o de sesiones infantiles, mientras que la OCB (Obra Cultural Balear) da un soporte económico a estrenos y re-estrenos de películas en versión original en catalán o con subtítulos en este idioma. Hemos sido ya sede alternativa de diferentes festivales de cine, como MARE MOSTRA o la SICE (Semana Internacional de Cine Europeo), y actualmente estamos en contacto con el Festival de Cine de Autor de Barcelona para programar alguno de sus ciclos.

¿Qué opinas de la idea de que el modelo de negocio de la proyección pública de películas en sala está agotado?

Yo distinguiría entre “modelo de negocio” y “proyección en salas”, porque creo que son aspectos muy diferentes. Como espectador y amante del cine me resisto a pensar que las salas tengan sus días contados. A los que durante años hemos asistido de manera casi litúrgica a las salas para poder disfrutar en silencio del placer del cine nos gustaría imaginar que eso seguirá siendo posible, pese a que los indicadores digan lo contrario. A la caída de espectadores por distintos motivos –IVA, piratería, etc- habría que añadir el progresivo alejamiento de la gente más joven de las salas, especialmente de la salas en versión original. No cabe duda de que todo lo anterior agudiza la dificultad del negocio, o al menos del negocio tal y como lo hemos entendido hasta ahora.

En este contexto, Cineciutat posibilita un modelo alternativo, un modelo de participación ciudadana en un proyecto colectivo: el cine es de todos y somos nosotros quienes tenemos que mantenerlo vivo. Abre una puerta a la esperanza para todos aquellos aficionados y espectadores que ven cómo los cines de sus ciudades están cerrando. Ahora, más que nunca, el cine necesita imaginación, y no únicamente en las pantallas, sino también en sus formas de distribución, exhibición y proyección.

 Entrevista realizada por email entre los días 20 y 23 de mayo de 2013

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