La fascinación de lo cotidiano

Esta pieza ha sido elaborada durante el taller del Seminario de Crítica Feminista que organizamos en Play-Doc, Festival Internacional de Documentais de Tui 2018

En el año 1975 la realizadora belga Chantal Akerman logró lo impensable: que lo invisible resultase esencial. Jeanne Dielman marcó un antes y un después en la historia del cine, ofreciendo una representación absolutamente revolucionaria de la rutina cotidiana y el trabajo doméstico a través de la mirada femenina. Más de 40 años después, su repercusión e influencia resultan incuestionables, llegando a manifestarse en obras aparentemente tan alejadas como Trinta Lumes, de Diana Toucedo.

Esta pieza busca crear un lugar de encuentro entre los dos filmes y sus creadoras, una conversación a través del espacio y del tiempo que conecte los diferentes niveles de presencia de la mujer en el audiovisual:

Por una parte, la autora detrás de la cámara. Dos maneras de filmar y aproximarse a lo filmado que, más allá de sus diferencias técnicas y formales, comparten una visión que trasciende el propio lenguaje cinematográfico.

En segundo lugar, la mujer representada en la pantalla. Personajes de diferente edad y condición llevando a cabo acciones cotidianas, parte integral de su historia personal. La rutina diaria de sujetos activos, reconciliados mediante la yuxtaposición de imágenes. Un puente que logra conectar distintas épocas, lugares y culturas.

Finalmente, el papel de la espectadora frente a la pantalla, la importancia de su mirada a través de la historia. La necesidad de reivindicar imágenes y perspectivas que logren generar empatía. Representar todo aquello que fue obviado y despreciado, para que observar lo cotidiano nunca deje de ser fascinante.

Filmes citados:
Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Chantal Akerman, 1975)
Trinta Lumes (Diana Toucedo, 2017)

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