BALADA DE UM BATRÁQUIO, de Leonor Teles

El siguiente texto es obra de uno de los participantes del Workshop Crítica de Cinema realizado durante Curtas Vila do Conde – Festival Internacional de Cinema. Este taller ha consistido, por una parte, en un conjunto de clases magistrales y debates con invitados internacionales, y por otra, en la producción de textos críticos sobre los filmes exhibidos durante el festival, que fueron publicados, periodicamente, en la página Público, en el blog Curtas Vila do Conde, y en las revistas Á Pala de Walsh y A Cuarta Parede. La versión original en portugués de este texto se encuentra aquí.

La Porcelana de la Familia

Después de Rhoma Acans (2013), ganador del concurso Take One! en Curtas Vila do Conde 2013, Leonor Teles usa de nuevo su genealogía para una rebelión personal. El modo en el que lo hace es ligero, conciso e inteligente. Partiendo de una fábula, toma al espectador como un niño al que se le quiere enseñar algo, sin que, aún así, caiga en la trampa del paternalismo de prescribir una «moral».

Ambientado en un tiempo lejano, en el que animales y plantas vivían en paz, el pequeño cuento que abre Balada de um Batráquio (2016) no se utiliza, naturalmente, para explicar una superstición, pero para definir como centro de la narrativa (y para, en cierto modo, cambiar) la costumbre, no circunscrita a Portugal, de colocar sapos de porcelana en los escaparates o en el interior de tiendas y de otros establecimientos con el fin de alejar a los clientes de etnia gitana.

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En aquel tiempo pre-humano, el sapo surge como la imagen de la discordia, de la exclusión – renegado, contamina con su veneno la harmonía entre los seres, irremediablemente separados como los habitantes de Babel. Así, el anfibio, ser «intermedio», que no pertenece ni a la tierra, ni al agua, ni al aire, se convierte dn el símbolo de la propia genofobia. Teles comenzará entonces un periplo destructor del símbolo material de aquel odio, respondiendo al ataque que los otros animales lanzan al sapo – «eres feo» – con un ataque igualmente violento – «eres horrible».

Si formar parte de un grupo no es condición necesaria (y mucho menos suficiente) para decir sobre él algo acertado, Balada disemina la voz de una comunidad desde el interior de la misma. El punto de partida de Teles son imágenes de fiestas gitanas y de la voda de sus padres, que, por si solas, constituirían un conjunto más pacífico, y mucho menos interesante. Junto a estas imágenes, coloca otras de sus incursiones a aquellas tiendas donde un muñeco de porcelana encubre el prejuicio contra todo un grupo. Entra, agarra los sapos y, a la luz del día, sonido alto y fuerte, los rompe contra el suelo. La película es así doblemente emancipatoria – artística y socialmente.

La vitalidad que pone el dedo en la herida, se debe, sobretodo, a como efectivamente actúa sobre lo real – este es uno de los lados más interesantes de Balada de um Batráquio, que, en ese sentido, va más allá que su primer corto, Rhoma Acans, inscribiéndose en la tradición del cine de guerrilla, que, en el actual «panorama nacional», no cuenta con muchos militantes.

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La cineasta no se limita a describir la mirada que se lanza sobre los gitanos, pero vandaliza, como una chica insolente, esa herencia, recordando que, «La Discriminación es Falta de Educación» (el título de una exposición fotográfica presentada en la Universidad de Porto, en abril, sobre los prejuicios contra la comunidad gitana, en el año en el que asistimos a la crisis de los refugiados y al inesperado desmoronamiento de la UE después del Brexit.

2016 es también el año en el que Leonor Teles, hija de padre gitano, trajo a Portugal un Oso de Oro y en el que la victoria portuguesa en el Campeonato Europeo de Fútbol debe mucho a jugadores de barrios marginados y de etnias que a diario son objeto de discriminación (un gitano de Casal, un negro de Musgueira, un brasileño nacionalizado portugués, un inesperado goleador originario de Guinea-Bissau, solo para mencionar los casos más notorios). 2016 se rebela como un buen año para repensar el modo en el que hacemos las cosas.

Leer la versión original en portugués

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