Curtas Vila do Conde 2023: Otros caminos

Terra Mater, de Kantarama Gahigiri (2023)

Terra Mater, de Kantarama Gahigiri (2023)

Formas de un cine militante

Encontramos, en la competición internacional del Curtas Vila do Conde 2023, varias películas que se sitúan en los márgenes de la ficción para abordar de forma directa una serie de temas de carácter político. Su afinidad no surge tanto de esas formas híbridas o imprecisas, sino de un espíritu militante que explora activamente maneras de concretarse en la materia cinematográfica.

Entre ellas está Fala da terra (Benjamin de Burca/Bárbara Wagner, 2022), una suerte de película-manifiesto que presenta las reivindicaciones del Movimento Sem Terra (MST) en Brasil. Fundado en los años 80, se trata de un movimiento de inspiración marxista que aboga por una reforma agraria que garantice una distribución justa de la tierra, a la vez que recurre a la ocupación de tierras improductivas para implantar modelos de vida sostenibles y autosuficientes. La película de Wagner y de Burca, desarrollada conjuntamente con un grupo de teatro perteneciente al MST, es un artefacto fílmico interesantísimo que mezcla el musical, el teatro de raíz brechtiana y el registro documental para componer una suerte de presentación —tan creativa como didáctica— de las luchas del movimiento.

Otra forma posible de un cine militante la encontramos en Terra Mater (Kantarama Gahigiri, 2023). Atravesada igualmente por un ritmo musical, la película de Gahigiri se adentra en un gran vertedero por donde deambula una suerte de espíritu de la basura —tal vez una diosa de la tierra herida —de inspiración afrofuturista. Las implicaciones del escenario son claras: desde la sobreexplotación de los recursos naturales hasta las dinámicas colonialistas que siguen rigiendo el mundo, materializadas en las montañas de residuos tecnológicos que llenan el paisaje africano, todas esas cuestiones son condensadas en una serie de proclamas cantadas o declamadas. La estructura abstracta de la película, fuertemente basada en la espectacularidad de sus imágenes a cámara lenta y en la repetición de consignas reivindicativas, hacen de Terra Mater un híbrido de documental y ciencia-ficción que deja una cierta sensación de videoclip.

En una línea muy diferente está Contadores (Irati Gorostidi, 2023), que aborda las negociaciones sindicales por un nuevo convenio del metal en la Guipúzcoa de 1978. La película se centra casi por completo en las asambleas, así como en la redacción y la manufactura de las octavillas, como si se tratara de la minuciosa recreación de un evento histórico. Tal vez la clave de la película se encuentre precisamente en esa idea de la recreación, puesto que Contadores parece más el resultado de una investigación historiográfica que no una aproximación ficcionada a los eventos que narra. Sin embargo, su calculada puesta en escena contradice por medio del artificio toda sensación de documental, generando una tensión donde la película se hace fuerte.

Contadores, de Irati Gorostidi (2023)

Contadores, de Irati Gorostidi (2023)

Reformulaciones del archivo

La programación del festival también dio cuenta de un interés creciente por el cine hecho a partir de material de archivo. A través de las distintas secciones, encontramos propuestas de naturaleza muy distinta: desde las reflexiones históricas de Radu Jude, que trabaja con yuxtaposiciones comparativas (The Marshal’s Two Executions, 2018) o disyuntivas (Punish and Discipline, 2019), hasta la ficción minimalista de Natalie Cubides-Brady en The Veiled City (2023). 

Esta última recupera imágenes de la Gran Niebla de Londres, que cubrió la capital inglesa en diciembre de 1952, para hilar un relato distópico de catástrofes medioambientales al que da forma mediante una voz en off. Es interesante ver cómo la fórmula se repite en varias películas del festival: la fantasía que surge del extrañamiento de unas imágenes de carácter documental, propias o de archivo, integradas en un relato de ciencia-ficción. El ejemplo más interesante es Bloom (Helena Girón/Samuel M. Delgado, 2023), una búsqueda sensorial de la mítica isla de San Borondón, que supuestamente aparece y desaparece en algún lugar del archipiélago canario. Entre la mezcla heterogénea de materiales que Girón y Delgado utilizan, encontramos registros de expediciones científicas en el fondo marino, que toman un carácter fantasmagórico bajo el signo de la isla misteriosa. Si Bloom destaca entre estas películas de fantasía minimalista es precisamente porque dicha fantasía emerge de sus imágenes, a diferencia de otras películas que construyen su juego casi enteramente desde la narración en off; en esta línea, a la ya citada The Veiled City podríamos añadir And so it Came about: a Tale of Consequential Dormancy (Charlotte Pryce, 2023) o The Secret Garden (Nour Ouayda, 2023), cuya tensión entre la banalidad cotidiana de las imágenes y el relato fantástico de la narradora es interesante, pero insuficiente. 

Sobre las prácticas del cine de archivo reflexiona Home, Revised (Inês Pedrosa e Melo, 2022). Presentada en la competición estudiantil, la película ahonda con voluntad ensayística en los problemas y desafíos de trabajar con películas caseras, tanto propias como ajenas. La estructura teórica de la obra, desgranada por una voz en off, incluye entrevistas con otras cineastas y se interesa tanto por la poética de estos materiales — que “parecen insectos atrapados en ámbar” — como por su valor histórico y social, sin olvidar el factor económico que determina la producción de estas imágenes. Frente a la precisión de su discurso verbal, la propuesta visual de la película es bastante más difusa: a pesar de un interés manifiesto por distintas temáticas (desde las imágenes costumbristas hasta la Revolución de los Claveles) o posibilidades estéticas (por ejemplo, las filmaciones desenfocadas), a menudo da la sensación de que Home, Revised delega el peso de su discurso en la palabra, sin llegar a arrancar las imágenes de un plano más bien ilustrativo.

Home, Revised, de (Inês Pedrosa e Melo (2022)

Home, Revised, de Inês Pedrosa e Melo (2022)

Un caso diferente de reapropiación de materiales es el que proponen dos películas como Erotics of the Kitchen (Juliana Julieta, 2022) y Flyby Kathy (Pedro Bastos, 2023), ambas basadas en una relectura de películas pornográficas. La película de Julieta recurre al lado más material del cine para mezclar una cinta erótica con una grabación casera en la que aparece una mujer cocinando; se trata de una película sin cámara, hecha a partir de múltiples técnicas manuales que imprimen un ritmo veloz y una serie de texturas en las que ambas acciones se diluyen. En el caso de Flyby Kathy, Bastos adapta un podcast que explora la misteriosa desaparición de la actriz Kathy Harcourt, y lo hace remitiéndose también a la base material del cine: en una sala oscura, acompañado de varias cámaras y pantallas, el cineasta examina una copia en 35 mm de la última película en la que participó Harcourt. Como sucede con la obra de Julieta, que reactiva un cierto erotismo al disolver la exposición descarnada de la cinta original, también Bastos evita los puntos más explícitos de la película, centrándose sobre todo en el rostro de la actriz y en las incógnitas que rodean su vida.

Otra relectura bien diferente es la que propone Sandro Aguilar en Exotic Words Drifted (2023), que toma como material de base la película de John M. Stahl Leave Her to Heaven (1945). Aguilar selecciona una serie de fragmentos en que los personajes, siempre a punto de hablar, buscan formas de romper el silencio, pero no deja que lleguen a encontrar las palabras. En esa especie de incomunicación constante, insiste en la alteración de las imágenes, que aparecen casi siempre en negativo: los puntos más oscuros desbordan una luminosidad extraña —el pelo castaño de Gene Tierney aparece como una maraña de hilos dorados— y, a la inversa, los paisajes radiantes de Stahl lucen opacos y sombríos, como si una tormenta estuviera al caer. Entre el cine experimental y el videoensayo, Exotic Words Drifted juega a abrir caminos dentro de una obra clásica, y apunta a las infinitas posibilidades —tanto lúdicas como ensayísticas— que se esconden dentro de nuestras películas favoritas.

La película que clausuró esta 31.ª edición del Curtas Vila do Conde fue el largometraje Retratos Fantasmas (Kleber Mendonça Filho, 2023), otra película surgida de un amor profundo por el cine y compuesta mayormente por material de archivo. Como si fuera un contraplano de Goodbye, Dragon Inn (Tsai Ming-liang, 2003), el cineasta brasileño nos traslada a comienzos de siglo para registrar la decadencia y el cierre de los grandes cines de su ciudad natal, Recife. Su gran pulso narrativo y un espíritu lúdico hacen emerger, en el interior de este documental de carácter íntimo, muchas otras películas: una de espías, un western, otra de aventuras… y en todas ellas, la presencia de los fantasmas que habitan la pantalla y esa suerte de templos, frágiles y maravillosos, donde se les conjura.

Retratos Fantasmas, de Kleber Mendonça Filho (2023)

Retratos Fantasmas, de Kleber Mendonça Filho (2023)

Comments are closed.