PLATAFORMAS VOD: ESTADO DE LA CUESTIÓN (II)

Continuamos con el debate a cinco bandas establecido con los responsables de Filmin (Jaume Ripoll), Márgenes (Diego Rodríguez), Filmotech (Juan Alía) y Play-Doc TV (Ángel Sánchez). Dividimos el artículo, muy largo, en tres partes, para facilitar su lectura. Aquí la primera.

Discutamos las políticas de precios, promociones, y otras estrategias para atraer a los usuarios de las plataformas. Debemos tratar lógicamente el tema de la piratería. Seguramente una legislación que regule mejor el mercado sea necesaria, pero no parece que ésta vaya a cambiar los hábitos de consumo de los españoles. Nos hemos acostumbrado durante mucho tiempo a consumir cine gratis, y es muy posible que quienes suben las películas, siempre encuentren la trampa. ¿Cómo se combate esto, más allá de aprobar una legislación más restrictiva y cumplirla? ¿No se le puede dar algo al público por lo que esté dispuesto a pagar?

Esto nos conduce también a los retos tecnológicos ¿Qué ancho de banda necesita un usuario para ver una película en streaming, por ejemplo? A un servidor le ha pasado incluso, en un par de ocasiones, tener malas experiencias de visionado pagando, y acabar recurriendo a la descarga ilegal (las dos películas eran independientes, y españolas, por cierto), obteniendo una mejor calidad en la copia. ¿Cómo puede ocurrir esto? Hay otros retos importantes. La opción o no de HD, de seleccionar o no subtítulos en varios idiomas, de prohibir la captura de pantalla para evitar la piratería (o añadir marcas de agua, muy molestas), de ofrecer el idioma original junto al doblado… Y no hablemos de la compatibilidad con dispositivos. En nuestra opinión, dista mucho la experiencia de internet, aún, de la de la copia digital, por ejemplo, que acompaña a una edición en blu-ray. Lo ideal sería visionar donde se quiera: tableta, psp, móvil, ordenador, pantalla de televisión o proyector. En definitiva, los retos tecnológicos son muchos, y aún se debe trabajar bastante en ellos. ¿Cuáles pensáis vosotros que son los más importantes y cómo se les pueden dar solución?

Ángel Sánchez: "No me gusta la adquisición de derechos exclusivos de ciertas plataformas cuando se trata de un cine que ya de por sí no tiene mucha visibilidad".

Ángel Sánchez: Nosotros de momento, y durante este periodo de lanzamiento, ofrecemos los contenidos de manera gratuita, pero tiene sus limitaciones: os recuerdo que Play-Doc TV solo es accesible a aquellos que tengan contratados los servicios de R, que es la operadora gallega por cable, tan solo disponible en Galicia. Además solo se puede ver mediante suscripción, y aunque de momento es gratuita, en esta fase promocional y de pruebas, cuando sea de pago será por una cuota mensual que no llegará a los dos euros, algo que podría ser bastante disuasorio con respecto a la piratería. Por otro lado una parte de los contenidos que ofrecemos podríamos decir que tienen cierta ‘exclusividad’ en el sentido de que resulta muy complicado poder visionarlos a través de otra plataforma o encontrarlos fácilmente por la red. Hablamos de un cine que es sumamente desconocido para el público general, hay que estar bastante puesto en el tema para saber quiénes son gran parte de los realizadores cuyas obras y/o retrospectivas ofrecemos, por lo que solo a muy pocos se les ocurriría buscar en la red la mayoría de títulos de nuestro catálogo. También nos preocupa ofrecer la mayor calidad posible de visionado, formatos, subtítulos, contenidos extras, etc…

Jaume Ripoll: Tecnología y legislación o, realidad y deseo

Empezaré por el final. ¿Qué ancho de banda se necesita? 4Mb mínimo, aunque los servicios de CDN españoles en horas punta juegan malas pasadas a todos los que nos dedicamos a esto. Sobre el resto de preguntas tecnológicas, la respuesta es más o menos obvia: todos queremos aplicar los últimos desarrollos en servicios de vídeo pero no siempre es posible. ¿Qué lo limita? Los contratos con las majors, la arquitectura de red de nuestro país y el cash para aplicar ciertas vanguardias. ¿Por qué no se pueden elegir diferentes pistas de subtítulos? Por un lado, por temas contractuales, por otro por incompatibilidad (temporal) con HTML5. ¿Por qué a veces una copia pirata tiene mejor calidad que una legal? Sencillamente porque aquel que piratea no tiene que preocuparse por añadir ninguna medida de encriptación o seguridad que repercute en el rendimiento del ordenador que lo procesa y añade datos a la carga de vídeo que puede impedir (sólo a veces) un correcto visionado. ¿La principal diferencia? La descarga progresiva versus el streaming adaptativo. El primero, Youtube y Vimeo (imposible de aplicar en nuestro caso por temas de derechos). El segundo, el nuestro, el de Netflix, el de tantos otros.

¿Es posible regular el mercado? No sé hasta qué punto es posible pero al menos la obligación de aquellos que nos gobiernan es intentarlo. Llevamos muchos años y nada han hecho. No sé cuál es la mejor forma ni cuánto se reduciría el consumo de contenido no autorizado pero sí sé que la situación de nuestro país es excepcional, que en ningún lugar como en España se descarga tanto pagando tan poco y esto no solo afecta al cine, que también, sino a servicios de música tan ejemplarmente montados como Spotify o Deezer, que en un mercado como este, en el que existen portales que se lucran por contenidos (o enlaces a contenidos) que no son suyos ni voluntad alguna tienen de que lo sean. ¿Qué podemos hacer portales como filmin? Ofrecer un catálogo más amplio (cerca de 5.000 títulos), un precio ajustado (8€ al mes), las opciones de idiomas posibles (VOSE + VE), multidispositivos y campañas ocurrentes para que el amable espectador tenga a bien pagar por algo que podría encontrar gratis a medio click de distancia.

Gracias, Jaume, por tus precisas explicaciones. Solo querría puntualizar una cosa. No todo se encuentra e medio click de distancia. Pienso, en vuestro caso, en el Atlántida Film Fest, entre otros. Iniciativas como esa parecen crear espacio para otro cine, no fácil de localizar en la red. Si llegáis antes que los piratas, desde vuestra experiencia, ¿no creéis que muchos espectadores pagan? Otra cosa ya son los grandes estrenos de Hollywood, pero creo que el cine independiente va a otras velocidades y tiene a otro público, con hábitos de consumo diferentes. ¿Qué opináis?

Jaume Ripoll: Los festivales online "pueden convencer a los espectadores de que portales como los nuestros pueden ofrecerle algo singular que, eso sí, desgraciadamente sigue estando a medio click de distancia de la gratuidad".

JR: Atlántida, filmin music fest, My French Film Fest y Márgenes son caminos que pueden convencer a los espectadores de que portales como los nuestros pueden ofrecerle algo singular que, eso sí, desgraciadamente sigue estando a medio click de distancia de la gratuidad. Nuestra experiencia con Atlántida tiene un lado ciertamente desolador, luchamos para convencer a agentes de ventas y productores que un festival como este es el camino a seguir, conseguimos convencerles y el día después de estrenar la película online su versión no autorizada ha hecho metástasis y puede encontrarse por toda la red acumulando muchísimos más visionados que aquella que se ofrece desde nuestro portal. No Víctor, es necesario intentar regular este hecho para que aquel que hace negocio con algo por lo que no ha negociado no lo haga desde la impunidad más brutal. En caso contrario es más que posible que Atlántida sea un destino compartido.

No decía que no se tenga que regular. Solo apuntaba que, ya que va a ser difícil a corto plazo (hay que seguir intentándolo) lograr verdaderos cambios legislativos, habrá que ofrecer algo que ciertos públicos (los que están dispuestos a pagar) quieran. Recuerdo ver Alps, de Lanthimos, en Filmin, junto con alguna otra, para poder escribir críticas sobre ellas, cuando no podía encontrarlas en ningún otro lugar meses antes. Filmin me dio esa oportunidad, y ojalá lo hubiera hecho antes. Creo que muchos usuarios pagarían de encontrar títulos como estos. Lo que no puede ser es que sigamos esperando títulos de la edición de 2012 de Cannes, cuando ya están disponibles en otros países en DVD. ¿Cómo no va a haber piratería, si ahora con Amazon u otras páginas parecidas cualquiera puede conseguir el DVD, hacer un ripeo y subirlo? No es que defienda estas prácticas, solo digo que son lógicas en el contexto actual, predecibles, y que hay que identificar el problema e intentar corregirlo. Me consta que Filmin lo intenta con vehemencia, y estos festivales que citas son un paso adelante. Resulta muy frustrante el hecho que comentas, que las películas estén disponibles en su versión no autorizada al día siguiente de incluirlas en el festival.

En definitiva, estamos hablando de las compras de derechos de exhibición (¿deben seguir siendo nacionales en un mundo globalizado?) y de las herramientas (técnicas y legislativas) para evitar la piratería. No quisiera hacer sangre con el tema, pero creo que nos encontramos ante una cuestión tan puntillosa como esencial. No por mirar a otra parte y decir que la piratería está mal, y que se legisle, se arregla. Lamentablemente, si esa es la actitud (la que han tenido las distribuidoras tradicionales), creo que estas iniciativas se condenan a desaparecer por inadaptación al medio. Uno que es muy hostil, claro, y seguramente para lograr nuestros objetivos habrá que hacer apuestas, probar mucho, y acertar por prueba y error. Suerte y ánimo con ello.

Pero me gustaría saber qué opinan los demás compañeros de este encendido debate.

La clave para Diego Rodríguez: "Estas plataformas filtran, ordenan, comisarían, en esta era de la sospecha de los millones de contenidos dispersos".

Diego Rodríguez: A mi particularmente todo esto se me escapa un poco. ¿Cómo controlar que estén gratuitos por la red ciertos contenidos que los autores y productoras no quieren que lo estén? No lo sé, imagino que es algo que nos supera a nosotros, que buenamente estamos tratando de generar espacios para el visionado de cine de calidad.

Lo que sí sé es que es fundamental continuar concienciando lo máximo posible sobre la sostenibilidad de nuestro cine, en este país parece que no se cuestiona ningún precio excepto el de la cultura, que siempre parece ser cara. Yo debo de ser imbécil integral porque me han explicado un millón de veces la cultura libre y demás, pero debo de ser de otra generación jurásica y señalada, porque sigo pensando que solo se mantiene un sector como el cine si la gente paga por verlo, un poco, precios muy competitivos, pero algo. Como es absolutamente en todo. En el momento de que exista una verdadera conciencia de este tema, ese problema será el pasado, y no tiene que ver con grandes majors e industrias malignas, hablo de pequeñas pymes, plataformas de visionado, directores de aquí y allá que luchan día a día, pequeñas productoras cargadas de sueños que luchan por ofrecer buenos servicios y con honestidad. Son los grandes damnificados. Lo demás es un cuento chino para no dormir. Y los beneficiados los que ofrecen servicios de banda ancha y los aprovechados de siempre que se lucran con el trabajo de los demás.

Yo llevo haciendo festivales de toda la vida, 20 años en su sala y con el director presente, pero este mundo online es nuevo para todos. Ya veremos por dónde va, pero son 24 horas, 7 días a la semana, tratando de buscar soluciones en un mundo donde todavía no hay manual de instrucciones, que entre todos las vamos creando. Pero prisa, ninguna. Seguiremos buscando contenidos de máxima calidad rodeados de valor añadido impecable, para seguir remando en el ejercicio de filtro en internet. Que es la clave, todas estas plataformas filtran, ordenan, comisarían, en esta era de la sospecha de los millones de contenidos dispersos.

Juan Alía: Siguiendo en la línea de lo que ha comentado Jaume. Desde nuestra perspectiva hay un principio que no se debe perder de vista nunca. Las razones que se proporcionan habitualmente para intentar explicar un fenómeno como la piratería, se desmontan si se trasladan a otros ámbitos distintos de las obras de entretenimiento o culturales. No parece cuestionarse la ilicitud de la apropiación no autorizada de otros bienes ajenos. La piratería no es justificable, y, si bien su existencia se debe a una serie de causas, la principal de todas ellas, es que la utilización de una obra sin permiso y gratis es algo sencillo, al alcance de todos y que puede llevarse a efecto, en el momento, sin mayores consecuencias desgraciadamente. En el fondo y en la base, es un problema de educación y de responsabilidad personal y social.

Por mucha oferta legal que exista, por mucho que se ajusten los precios, por mucho que se protejan las producciones, no se puede ganar la batalla al gratis total, si no existe una clara conciencia de ilicitud y consecuencias suficientemente disuasorias y eficaces.

Juan Alía: "Por mucho que se ajusten los precios, por mucho que se protejan las producciones, no se puede ganar la batalla al gratis total".

AS: Estoy de acuerdo con Víctor con respecto a sus apuntes sobre la piratería, es algo inevitable y hasta cierto punto lógico, hay ciertos filmes que no se pueden ni se podrán ver nunca de otra manera. También estoy de acuerdo con el tema de la compra de los derechos de exhibición nacionales, en un mundo globalizado y con la existencia de la red, y algo que no me gusta es la adquisición de derechos exclusivos de ciertas plataformas cuando se trata de cierto tipo de cine que ya de por sí no tiene mucha visibilidad, es un tema peliagudo, claro, pero por ejemplo, retomando el ejemplo de Yorgos Lanthimos, cuya obra está disponible en Festival Scope, pero que desde nuestro país no se puede ver por un tema de derechos. Yo pago mi cuota en Festival Scope y sin embargo no puedo verla por un tema de derechos nacionales que me obliga a pagar aparte si quiero verla, en otra plataforma. Nosotros no exigimos exclusividad, ni en el festival (jamás hemos solicitado premieres) ni en la Play-Doc TV. Es algo en lo que no creemos y sin embargo siempre acabamos ofreciendo una gran cantidad de contenidos exclusivos, e inéditos en nuestro país. Es una cuestión de perfilar una línea editorial, de tener una personalidad determinada, de ofrecer algo distinto, no por comprar los derechos exclusivos (nacionales) sino por buscar y ofrecer cosas diferentes.

De todas maneras este asunto es muy complejo, pasa igual en otros ámbitos, como en la industria de la música por ejemplo, la tecnología y las formas de consumo cambian tan rápidamente y tan continuamente que la ley se queda siempre varios pasos por detrás y resulta obsoleta, por momentos absurda y casi siempre ineficaz. Sobre todo porque es además un fenómeno universal.

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