ENTREVISTA A MARGARITA LEDO

«DEBEMOS APRENDER LA ALTERIDAD, LA OTREDAD A TRAVÉS DE LAS IMÁGENES»

Margarita Ledo es una de esas personas que siempre desafían a sus interlocutores. Esos desafíos son lances constructivos, puentes que nos llevan más allá de nuestros límites, suministrándonos de conocimiento y sugiriéndonos aquello que no sabíamos cómo expresar. Escuchar a Margarita, por lo tanto, enseña y ayuda a pensar, y no sólo a sus alumnos, que escuchan por primera vez en sus aulas muchos nombres de teóricos y artistas que ella poco a poco irá convirtiendo en cotidianos, sino también a sus colegas de profesión e incluso a sus rivales.

La trayectoria vital de Margarita Ledo da una idea de la evolución de nuestro país: aquella joven de la Terra Chá tuvo que emigrar en dos ocasiones a la misma gran ciudad, Barcelona, primero como estudiante de periodismo y después como profesora de la Universitat Autònoma, donde trabajó entre 1983 y 1991. Entre una estadía y la otra en la capital catalana pasó un par de años exiliada en Portugal al final de la dictadura franquista, y después participó en la transición política desde las páginas de A Nosa Terra, semanario que dirigió entre 1977 y 1980. Su vuelta definitiva a Galicia coincidió con la apertura de la Facultad de Ciencias da Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde trabaja como profesora desde 1991.

El periodismo y la fotografía primero, y la comunicación audiovisual y el cine después, guiaron su actividad docente e investigadora a lo largo de cuatro décadas, como prueba su elenco de publicaciones, eje de un trabajo incansable que sigue creciendo año tras año: O diario postelevisivo (1993), Documentalismo fotográfico: éxodos e identidad (1998), Del Cine-Ojo a Dogma 95 : paseo por el amor y la muerte del cinematógrafo documental (2004), Comunicación local no espazo lusófono (2007) ou Do bucle e da fenda: para un ensaio crítico sobre a cultura galega (2009). La teoría, entonces, parece su principal campo de acción, pero una de sus mayores virtudes es su habilidad para pasar a la práctica, para llevar adelante aquello que sólo existía como proyecto, sea un plano de estudios… o incluso un film.

Su documental Santa Liberdade (2004) mostró que ella, la teórica, podía cruzar sin problemas la línea que la separaba de los ‘creadores’. En los años siguientes, dirigió otro largometraje, Liste, pronunicado Líster (2007), y algunos cortometrajes más, como Manuel María: Fala e terra desta miña terra (2005) o Cienfuegos 1913 (2008). Margarita Ledo ya había sido ‘creadora’ muchos años antes, escribiendo y publicando varios volúmenes de poesía y narrativa, pero su paso a la dirección cinematográfica confirmó que era posible, para ella y para cualquiera, practicar aquello que se enseña. Es más, en este 2011 ha estado trabajando en el que será su primer film de ficción, A cicatriz branca, otro salto hacia delante para hacer más completo su modelo.

En las líneas que siguen, Margarita Ledo explica, de vuelta a la perspectiva docente, los objetivos y problemáticas de la enseñanza de cine en las universidades, contrastando las propuestas existentes en el actual plano de estudios de la USC con aquéllas que podrían ayudar a mejorarlo.

Existen asignaturas de cine desperdigadas en planes de estudio de diversas carreras y facultades, pero, ¿por qué no existe una facultad de cine?

Más allá de cuestiones de la intrahistoria universitaria y de su estructura pesada, desde la Comunicación se argumenta la necesidad de relacionar y no de fragmentar el aprendizaje; de preparar para soportes diferentes; de ser conscientes de la necesidad de desenrollar la capacidad de ver el joven, sobre todo cuanto a consumos culturales.

¿Qué factores debe tener en cuenta un estudiante que dude entre estudiar cine en la universidad o en una escuela profesional? ¿Qué ofrece una opción frente a la otra?

En lo que se declara, la universidad tiene más que ver con el conocimiento y la construcción del pensamiento crítico que con habilidades profesionales, aunque la imbricación de estos tres puntos es fundamental. En la práctica, la cultura ambiente y el espejismo de la competitividad han llevado a extremar cierto grado de formación técnica, con escasa relación con la teoría y la investigación.

La carrera universitaria que ofrece la formación más completa en cine es la de comunicación audiovisual, pero esta modalidad es muy heterogénea debido a su naturaleza híbrida. Aun así, ¿cree que esta carrera puede satisfacer las inquietudes y necesidades de los alumnos que quieren estudiar cine?

Si se siguen racionalmente los itinerarios propuestos -del lenguaje, el guión o la producción hasta la dirección- creo que puede acercarse bastante. Quizás el problema esté en la necesidad de acompañamiento, lo que ahora llaman tutorización personal. No tenemos aún esa cultura, el procedimiento necesita tiempo y medios -y se habla continuamente de coste cero- y las y los estudiantes quieren finalizar la carrera enseguida.

¿Cuál es el balance que se puede hacer de estos primeros cursos luego de la implantación del Plan Bolonia en la facultad de comunicación? ¿Que transformó, facilitó o dificultó esta reforma?

Como sesgo distintivo se definió un tipo de formación individualizada, se articularon talleres en pequeños grupos, se programaron actividades complementar y la exigencia de lecturas comentadas… Pero la universidad recorta personal, aumenta cargas rutinarias al cuerpo docente -por ejemplo en trabajo administrativo-, sube las tasas que los proyectos de investigación pagan a la propia institución que las entregó, desde hace años, a la banca privada. Pienso que es urgente que repensemos modos y objetivos con los medios a bordo, con independencia, sin servidumbres éticas y/o estéticas.

Desde el punto de vista de la facultad de comunicación, ¿como deberían definirse las sinergias entre universidad, industria y empresas?

Creo que debemos ser conscientes de que cada uno de estos ámbitos son sociedad y tienen responsabilidad en el bienestar/malestar social. Si cogemos un campo tan representativo de esa posible relación como es el de las Industrias Culturales, podemos observar, por una parte, las políticas públicas al respecto, si los objetivos que se definen tienen correspondencia en el sector productivo. Y por parte de la universidad, si el pensamiento, capacidad crítica, analítica y reflexiva van a la par de conocimientos expresivos y técnicos que se aplican. En la letra, el título de Comunicación Audiovisual debe abarcar procesos de creación y difusión, es decir, tener en cuenta al/los público(s), así como las interrelaciones entre los sujetos varios de la comunicación: autoría, instituciones, empresas, medios, soportes y receptores.

¿Que lugar considera usted que debería de ocupar el audiovisual en los planes de estudio de enseñanza obligatoria? ¿Que se está haciendo mal o no se está haciendo todavía?

Aprender a ver es una experiencia larga y contradictoria que debe comenzar al abrir los ojos hacia cualquier imagen fabricada. Aprender a ver desde una cultura y en relación con las culturas en las que se produce cada imagen. Aprender la alteridad, la otredad a través de las imágenes. ¿Cómo se puede erradicar esta experiencia de los niveles educativos fundamentales? Hay países, como Francia, que ya incorporaron el cine y el audiovisual a la escuela. Es una cuestión, como todas, política.

¿Como debe ser un modelo efectivo de pedagogía de la imagen?

Por seguir con el ejemplo de Francia, me remito a las propuestas de Alain Bergala en La hipótesis del cine: pensar en los diferentes escalones y elecciones a los que obliga un acto creativo como el cine. Desde la idea hasta su ejecución, hace falta tomar una serie de decisiones, y para poder decidir hace falta saber. A partir de ahí podemos entrar en la fase de experimentar, intentar hacer imágenes, analizar la distancia entre el deseo y lo real, entre la imagen pensada y la imagen realizada. Un viaje pasmoso que como toda viaje transforma a la persona que la emprende.

Este texto forma parte de la serie de entrevistas realizadas a docentes que iremos incluyendo a lo largo de este mes en nuestro especial sobre cine y educación. En consecuencia, los asuntos abordados son esencialmente los mismos con todos los participantes, con el fin de ofrecer diversas perspectivas sobre una misma cuestión.

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