FESTIVALES DE CINE: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN (III)

Tercera parte

Las finanzas de un festival

Javier Angulo: Me parece que habéis puesto el dedo en la llaga. No podemos comportarnos como eventos estrictamente comerciales, que sólo buscan audiencias y hacer negocio. Siempre he pensado y creído que los festivales de cine, por su propia naturaleza, no tienen lo que se llama ‘afán de lucro’ y tienden a ser deficitarios, máxime ahora que las instituciones públicas están en retroceso en lo que toca a inversiones en festivales y cultura, en general. Para nosotros la taquilla supone algo más del 15% de un presupuesto de cerca de 2 millones de euros, y el Consejo Rector lo tiene asumido. El resto debe llegar por patrocinios, sponsoring y aportaciones.

José Luis Cienfuegos: Creo que el objetivo es que la taquilla del festival esté a partir de ese 15% del presupuesto global que planteaba Javier. En mi anterior etapa de Gijón, llegamos a esa cifra (en torno a los 135.000€; en 2012 han recaudado 90.000€). Sevilla está aún muy por debajo. Manteniendo precios de 2011 hemos aumentado un 40% la taquilla, pero estamos incluso por debajo del 10%.

José Sánchez-Montes: El porcentaje del presupuesto que viene de la taquilla en Cines del Sur se ha multiplicado por diez en nuestro caso, pero sólo porque nos han reducido el presupuesto un ¡¡¡90%!!! En cualquier caso está claro que es una cantidad bastante ridícula, ya que no cobramos por las proyecciones en la calle que, como os decía, forman parte de una estrategia de implantación del festival en la ciudad. La estrategia marcada en Cines del Sur no contempló jamás un asentamiento que permitiera dar más pasos hasta que no pasaran al menos 8/10 años, por eso estamos intentando «atraer, educar, animar, atrapar» ciudadanos de Granada que sustenten el Festival. Gracias a esa estrategia Cines del Sur ha sobrevivido en un momento tan duro como este y acaba de confirmar su séptima edición. Nadie se ha planteado la posibilidad de su desaparición, pese a lo ‘elitista y cultureta’ que pueda parecer su programación. Eso se debe a la aceptación por parte de la ciudad, creo yo.

Àngel Sala: Los ingresos por recaudación de Sitges son prácticamente nuestra segunda línea de ingresos. Reducir el precio de las entradas implicaría bajar el presupuesto y recortar el festival interna y externamente, además de los obligados recortes a los que nos obligan la situación de las subvenciones o ayudas. Es decir, inviable hoy por hoy. Y creo que en el futuro más o menos cercano.

Josetxo Cerdán: Punto de Vista, directamente, no tiene beneficios. El porcentaje de dinero que se obtiene en la taquilla es ridículo para un festival que ya tiene un presupuesto muy ajustado (nada que ver con la situación que plantea Àngel, aunque hoy cualquier ingreso es bienvenido, claro). Sé que esta es una queja generalizada y que todos la podemos entonar en los últimos años: la crisis ha provocado un recorte generalizado de presupuestos, cuando no la desaparición de los eventos. En nuestro caso, al tener un presupuesto tan ajustado desde un primer momento, incluso en los pocos años de vacas gordas que vivió Punto de Vista, no hay posibilidad de recortarlo. Así que cuando la crisis muestra su peor cara, lo único que nos queda es convertirlo en cita bienal, con todos los problemas que eso implica.

José Sánchez-Montes: "No cobramos por las proyecciones en la calle (...) forman parte de una estrategia de implantación del festival en la ciudad".

José Sánchez-MontesUna cosa es lo que se quiere o debe y otra es la que se puede. Nuestro festival nació con una muy mala costumbre: tenía un solo primo de Zumosol pero aportaba un presupuesto muy potente. Por esa razón no tuvimos necesidad de buscar muchos complementos financieros, aunque sí el de la AECID para la plataforma de festivales. En mi opinión esa aparente bonanza no resultó nada beneficiosa. Lo que vino después es fácil de imaginar, ahora tenemos un 12% del presupuesto inicial. Estamos buscando financiación exterior con muy buenas perspectivas. El proyecto del Festival como puente está bien visto en algunas instituciones y empresas árabes y asiáticas que están dispuestas a colaborar financieramente en él; hemos establecido también contactos iniciales en Latinoamérica y creemos que podremos arrancar buenos fondos en el Programa Media Mundus y similares. El problema para asegurar esta financiación es contar siempre con una base mínima de la Junta de Andalucía. En cuanto a financiación local privada… Granada es una ciudad sin industria, poco más que decir.

Javier Angulo: Yo tuve algo más de tres millones y medio de presupuesto en 2009, mi segundo año al frente de SEMINCI, por lo que además de una completa selección de películas pude permitirme una retrospectiva de toda la obra de Saura (todas las películas, incluidos los cortos) en dos teatros y la exposición de obra fotográfica, gráfica y pictórica en tres salas del Museo de Arte Moderno. Y un concierto estrenando la primera película de la historia con partitura musical en proyección simultánea: ¡Eran otros tiempos! Había financiación pública (ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, ICAA, AECID, etc.) y privada (básicamente bancos).

En 2012, en cambio, el presupuesto ha sido de algo más de dos millones de euros. Quiere decirse que he perdido millón y medio en tres años. Este año tendré el mismo presupuesto que me permite financiar las actividades de un festival internacional, intentado no ahorrar en la calidad de las películas de las secciones en competición (Oficial, Primeras Películas y Documentales), pero he tenido que recortar en derechos y en número de invitados, en algunos servicios, echar mano de becarios en algunos puestos en los que antes había profesionales con experiencia… Nada grave que pueda afectar al espectador pero es todo mucho más difícil y exige el doble de esfuerzo y dedicación.

A lo que voy es que estamos jodidos si ante el retroceso de la inversión pública (la mayor parte de ayuntamientos y comunidades están quebrados) no se anima la inversión privada, y en este país no hay tradición de inversión privada en cultura (sí en Deporte). Y mientras no se aprueben leyes que faciliten importantes desgravaciones fiscales al capital privado, como existen en Francia y otros países de la UE, lo tendremos cada vez más difícil. ¡Ah! y se me olvidaba citar la famosa y ofertada Ley del Mecenazgo, que no acaba de llegar al Congreso. Se decía que establecía desgravaciones fiscales por inversión en eventos culturales, entre los que destacaban… ¡los festivales! O ponemos velas a todos los santos locales, provinciales y nacionales o hacemos presión para que esas leyes se tramiten cuanto antes.

Josetxo Cerdán: Hay, y siempre habrá, iniciativas que no van a atraer nunca financiación privada: las más arriesgadas y radicales. Esas iniciativas van a necesitar siempre la ayuda pública, y si esta desaparece, directamente, esos eventos desaparecen. Cuando tuvimos nuestra particular crisis hace ahora 14 meses las opciones eran reducir el festival a la mitad (y no tener invitados) o hacerlo bienal. Yo creo que no se puede / debe hacer un festival sin invitados, por lo que optamos por lo segundo, y por inventarnos otra cosa (seminario lo llamamos) para los años que no había festival. Esa es mi visión: del mismo modo que defendemos esa función social y esa importancia cultural (yo lo de la C mayúscula es que lo llevo mal, lo siento) de los festivales, creo que tenemos que asegurarnos de que éstos cumplan unos mínimos. No sé cuál es el caso de Cines del Sur, no sé qué significa en cifras ese 12% actual respecto a los primeros años (y reconozco que eso tiene que hacer mucho daño), pero en el caso de PdV sencillamente no se podía hacer algo llamado festival con el 50% de prepuesto.

Àngel Sala: Respecto a los problemas que puede plantear una nueva oleada de recortes, yo tengo muy claro que los mismos no tendrán que afectar a la estructura de personal o infraestructura del certamen, ya históricamente muy estrechas ambas. Deberemos redimensionar la programación sin decepcionar al público ni la prensa, distribuyendo recortes en todas las secciones pero sin eliminar nunca o reducir totalmente bloques completos. Nosotros tampoco podemos reducir más el presupuesto de viajes para talentos si queremos un mínimo de impacto mediático, con lo que habrá que racionalizar alojamientos para industria y quizá algún tema de dietas. Aun así, será difícil encajar ya más esfuerzos, y hay un mínimo del que no se puede ni debe bajar.

Javier Angulo: Estoy de acuerdo con Àngel, no hay que ahorrar en los contenidos ‘básicos’ de un festival (secciones en competición y retrospectivas); es lo que llamo la ‘columna vertebral’ de un festival y es en ese capítulo en donde se puede resentir su calidad y nivel artístico. No hay que reparar en los costes que eso conlleva, máxime siendo un festival internacional.

Nosotros los sacrificios provocados por los recortes los hemos hecho en personal externo contratado para la edición (con rebajas a los profesionales y ampliación del número de becarios, con lo que eso lleva de riesgo), reduciendo mucho las actividades paralelas y en menor medida los derechos y presencias de invitados no participantes. Hemos ahorrado en ese capítulo este año pero hemos llegado a la conclusión de que no compensa, porque esos invitados dan ‘ambiente y atmósfera de cine’ a un festival, que debe ser también un encuentro de profesionales, desde los directores de cortometrajes a los profesionales reconocidos.

El DJ David Holmes, habitual colaborador de Soderbergh, en la última edición del SEFF.

José Luis Cienfuegos: Lo importante creo que es conocer la verdadera dimensión del festival que diriges.

Dos casos muy diferentes: uno, Gijón, con un presupuesto estable a lo largo de los años, creciendo poquito a poquito (por cierto, espero no toméis a mal el comentario: qué injustas son a veces las inercias a la hora de conceder subvenciones, cómo cuesta que te aumenten ‘un poquito’ a pesar de hacer un buen certamen, sobrio y con contenidos potentes). El caso contrario, Sevilla, que llegó a tener el doble del dinero con el que yo he trabajado este año.

Pues bien, hemos tenido que realizar una labor de mentalización de prensa y espectadores: ‘tenemos un festival MODESTO presupuestariamente, ambicioso en la programación’. A partir de ahí, hay que gastar evidentemente en lo que hay que gastar. Y como bien dice Javier, qué peligro no poder contar con buenos profesionales (debemos de una vez por todas decir NO a los voluntarios), o que las empresas que subcontratan al personal lo hagan por mucho menos dinero que en años anteriores (mismas personas, misma función, menos sueldo…).

José Sánchez Montes: Sobre la decisión que nosotros tomamos en su día de mantener el festival en tiempos de crisis planeaba siempre una máxima: las películas que verán los granadinos son imposibles de ver (incluso en el resto de España), y deben ser las mejores. Si se programan cuarenta es mucho más de lo que teníamos antes, y si programamos ochenta es un lujo. Esto es lo que nos ha animado a continuar, sobre todo con la esperanza puesta en algo que dicen los cubanos: «mucha insistencia, poca resistencia» (aunque nosotros hemos encontrado siempre mucha resistencia, que seguimos confiados en vencer).

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