Intersección 2022: Super-8, formato doméstico

En uno de los focos organizados durante la última edición del festival Intersección, el fotógrafo Daniel Blaufuks presentó dos trabajos en Super-8, formato doméstico por excelencia de los años 70 y 80.

Family Films (2022), parece el material en bruto de una película amateur que registra tiempo de ocio o un viaje. La meta: la playa, una playa atlántica. El sonido del proyector me evoca el momento en el que la familia se sentaba a ver lo que habían filmado. Blaufuks, de mano (no notamos la edición de montaje) y voz invisibles en esta película, lleva este material privado a un terreno público mostrándose como una ficción. La mujer en pantalla contiene una épica, contemplamos un arquetipo de mujer protagonista de una fábula mientras camina decidida por el paisaje en soledad.

Family Films (2022)

Family Films (2022)

En Judenrein (2018) no hay playa, ni pícnic, ni turismo que hacer. Es también una película anónima en Super-8 que Daniel Blaufuks compró por Ebay o encontró en un mercadillo, no lo recuerda bien. El hecho de no ser una película amateur convencional genera un aura misteriosa.

El dispositivo y la edición es visible y de lo más interesante: una voz en off (la de Blaufuks, imagino) nos explica cómo pudo llegar la película a sus manos y todas sus interpretaciones o, más bien, sus incógnitas e hipótesis.

El archivo es tocado, manipulado; ralentiza la velocidad de las imágenes y, sobre todo, las cuestiona. Lo que llegamos a saber es que estas imágenes son las de la población polaca de Klimontów en los años 80, no muy lejos de donde procede la familia de Blaufuks (judíos que emigraron a Portugal).

No obstante, las imágenes, explica Blaufuks, parecen de tiempo atrás y quien las filma un extraño al lugar, por la reacción que vemos en los rostros de los habitantes de Klimontów. Blaufuks se pregunta: ¿Estoy viendo demasiado en estas imágenes?

Judenrein (2018)

Judenrein (2018)

Judenrein, título de la película, es una palabra fuerte. Significa “limpio de judíos”. Era un término usado por los nazis para decir que toda traza de sangre judía había sido purgada. La voz en off nos cuenta el exterminio llevado a cabo desde los años 30 hasta 1946 en este pueblo en los años 20, más de la mitad de la población era judía y, consecuentemente, disponían de librerías, sinagoga, escuelas, hospitales y otras organizaciones. Los hechos narrados van desde manifestaciones hasta matanzas salvajes, acompañadas del sonido del proyector ralentizado, otorgando tensión y suspense.

Estamos ante un archivo revelador por todo aquello que no puede aparecer en las imágenes y en los sonidos. La historia de los judíos está en su ausencia, entre cada frame, reflejada en los lugares, en los cuerpos y en los rostros que nos miran a través de esta película en Super-8.

Judenrein es un trabajo de memoria, de extracción de memoria, a través de unas imágenes sin autoría, sin protagonistas, sin hechos y sin pruebas. Es un deber de memoria (como Primo Levi) judía olvidada en los años posteriores al exterminio, donde las escuelas comunistas se focalizaron en el martirio polaco y donde nadie se acordó ni reclamó que las propiedades polacas habían sido una vez (no mucho tiempo atrás) judías; pues aunque hoy no haya ninguno, una vez hubo judíos en Klimontów.

Judenrein (2018)

Judenrein (2018)

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