LARGA VIDA AL CORTO: CORTOMETRAJES EN CANNES

Uno de los mayores empeños del Festival de Cannes durante sus últimas ediciones ha sido el de estimular y respaldar la creación de los nuevos realizadores y avalar la exhibición y distribución de la producción de cortometrajes. Con este propósito, en la edición de 2011 la organización del certamen decidió aunar fuerzas e integrar en torno a la Cannes Court Métrage dos secciones que hasta ahora habían convivido de modo independiente, la Competición Oficial de Cortometrajes y el Short Film Corner.

La primera lleva celebrándose paralelamente a la categoría reina del festival desde 1947 y cuenta en su palmarés con piezas tan notorias como Coffee and Cigarettes (Somewhere in California) (1993) de Jim Jarmusch, Peel (1986) de Jane Campion o la célebre Le Ballon rouge (1956) del francés Albert Lamorisse, un director que había ganado ya el Grand Prix en la misma categoría dos años antes con Crin Blanc, Cheval Sauvage. Otros conocidos cortometrajes premiados en esta categoría son Omnibus (1992) de Sam Karmann, The lunch day (1990) de Adam Davidson o An Occurrence at Owl Creek Bridge (1964) de Robert Enrico.

Le Ballon Rouge de Albert Lamorisse, gañadora da Palma d'Ouro á mellor curtametraxe en 1956

Le Ballon Rouge de Albert Lamorisse, gañadora da Palma d'Ouro á mellor curtametraxe en 1956

Si echamos un vistazo al palmarés de esta sección a lo largo de la última década podemos descubrir a un puñado de cineastas que lograron dar el salto al largometraje tras el éxito de sus cortometrajes en Cannes, como es el caso del argentino Juan Diego Solanas, ganador del Premio del Jurado en 2003 por su corto L’Homme Sans Tête y que repetiría en la cita gala dos años más tarde con su largometraje Nordeste (2005), programado en Un Certain Regard. Otro cineasta que también logró un importante impulso gracias al éxito de su trabajo en corto es el rumano Marian Crisan, quien dos años después de ganar la Palma de Oro al mejor cortometraje por Megatron (2008) debutó en el largo con Morgen (2010), presentado en Locarno.

Uno de los cineastas que comienza a ver su carrera afianzada tras triunfar en Cannes en el terreno del cortometraje es el también rumano Catalin Mitulescu, quien, tras ganar el máximo galardón con su corto Trafic en 2004, ha dirigido el notable largometraje Como celebré el fin del mundo (2006), premiado en Sundance y en la Seminci, al que sucedió Loverboy, presentado este mismo año en Un Certain Regard. Otros de los cineastas que se abrieron camino en el panorama cinematográfico internacional tras su participación en la competición de cortometrajes son Xavier Giannoli, Nuri Bilge Ceylan o Lynne Ramsay.

'Cross', da ucraína Maryna Vroda, gañadora da Palma d'Ouro á mellor curtametraxe deste ano

'Cross', da ucraína Maryna Vroda, gañadora da Palma d'Ouro á mellor curtametraxe deste ano

En la edición de este año, el jurado presidido por Michel Gondry y del que también formaba parte el portugués João Pedro Rodrigues concedió la Palma de Oro al mejor cortometraje a la ucraniana Maryna Vroda por su pieza Cross, mientras que el premio del jurado recayó en Swimsuit 46, del belga Wannes Destoop.

Este mismo jurado es también encargado de premiar los proyectos que participan en la Cinéfondation, una sección que nació en 1998 y que tiene como objetivo brindar espacios de formación a jóvenes estudiantes de cine de todo mundo. Una iniciativa de futuro de la que han salido cineastas como el británico Asif Kapadia, director de El guerrero (2001) o la reciente Senna (2010), o el rumano Corneliu Porumboiu, autor de Politist, adjectiv (2009) y 12:08 East of Bucarest (2010), ambos presentados en Cannes. Durante sus trece ediciones, la única realizadora española premiada por la cinéfondation ha sido la barcelonesa Celia Galán Julve por Historia del Desierto (2003).

El Short Film Corner, por su parte, es una iniciativa creada en 2004 como punto de reunión para productores y directores de cortometrajes, en el que además de los encuentros diarios entre representantes de diferentes ámbitos de la industria se imparten talleres y conferencias. Este espacio es ante todo un magnífico escaparate para jóvenes realizadores que pueden hallar en Cannes una excepcional vía de ingreso a diversos festivales internacionales, entre ellos certámenes dedicados exclusivamente al formato corto, como el Tropfest o el portugués Vila do Conde, considerado una de las principales citas del mercado del cortometraje a nivel mundial.

La creación este año del Cannes Court Métrage tiene el objetivo de centralizar y focalizar en el propio Palais des festivals todos los cortometrajes que pasan por el festival, que este año tuvo que gestionar hasta 1.900 piezas inscritas procedentes de todo el mundo. Así, el Cannes Court Métrage congrega a todos los cortos de la Sección Oficial, el Short Film Corner y la Cinéfondation, pero también los pertenecientes a la Quincena de los Realizadores y la Semana de la Crítica.

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