MÁRGENES 2019: UN ARCHIVO, DISTINTOS SIGNIFICADOS

Justo a tiempo para poder formar parte de las compilaciones del mejor del año, el Festival Márgenes vuelve a inundar los hogares con un cine independiente que lucha para poder tener espacio en las salas. Quizás por esta lucha, el espacio que reclama Márgenes es el de la web; así, toda la selección de filmes de la Sección Oficial del festival se encuentra disponible en su web en el período entre noviembre y diciembre. Nueve ediciones donde el público puede, desde la comodidad del hogar, acceder a los márgenes de un cine que busca nuevas formas de expresarse a través del archivo, el documental o el remontaje de imágenes apropiadas. Una selección libre de películas que insistimos en intentar unir alrededor de diferentes temas, como puede ser el archivo de recuerdos, imágenes, etc.

Alrededor de la familia, El hijo del cazador (2019, Federico Robles, Germán Scelso) realiza un duro ejercicio de recuperación de recuerdos familiares y político-históricos partiendo de la historia de Luis Quijano, hijo de uno de los militares torturadores de la dictadura de Videla. La narración, dura por momentos, recoge el testigo de quien era un adolescente colaborador con la persecución política; ahora, ya en la etapa madura, Luis es un desterrado de su propia familia por denunciar las torturas paternas de forma pública. El documental parece ser una compilación de documentos personales que ayudan a acompañar la voz de Luis en esta reconstrucción de un pasado que nadie quiere compartir. Sin embargo, en la segunda mitad de éste, Luis empieza a ganar protagonismo sobre su pasado, mostrando una personalidad turbia que recuerda, inevitablemente, a la de Fred A. Leuchter en el retrato que Errol Morris le hizo 20 años atrás. No solo por la opción de filmar con ese estilo tan propio de Morris, donde el protagonista mira directamente a la cámara, sino esa extraña sensación de compasión por alguien tan complicado y con el que existe una distancia abismal en la forma de pensar.

De una forma más mística, Millions (and millions) of Memories (Laura Rius Aran y Carlos Solano, 2019) también habla de la reconquista de la memoria. La película comienza con la recuperación de las imágenes filmadas por Carmen, una mujer que, ante la muerte de su marido, busca en su nieta (Circe) una compañera para embarcarse en diversos cruceros. El espacio que antes ocupaba su marido es ahora un espacio ocupado por una persona joven, un soplo de vitalidad que acaba por romper el formato documental. En la mitad del filme, Carmen desaparece y Circe coge el peso del filme. Esta repentina desaparición nos hace pensar en la nieta como un alma atrapada en esas travesías a lo largo del Mediterráneo, con la esperanza de volver a encontrar a Carmen. Sin embargo, es Ulises, un chico de la edad de Circe, el que aparece repentinamente dando lugar a una posible trama amorosa donde apenas hay historia, pero sí sensaciones, emociones, recuerdos.

De Barrio (Xurxo Chirro, 2019) vuelve a transitar caminos muy conocidos por el director gallego. De barrio combina un doble archivo: el de los recuerdos recogidos a través de voces grabadas con anterioridad, como la entrevista que su hermano le hizo a una vecina de A Guarda, con la recreación in situ de esa propia memoria. La voz es aquí la protagonista, puesto que es la que activa una memoria que, de no ser por la propia acción de filmar el documental, se habría desvanecido y desaparecido sin que nadie se diese cuenta. Sin embargo, la apuesta cinematográfica no llega a trascender, dando como resultado una película que dialoga muy bien con el lenguaje propio de Youtube, pero que languidece a la hora de programarlo dentro de una Sección Oficial como la de Márgenes. No obstante, es necesario exaltar el trabajo de Chirro que, a lo largo de su obra y también a través de las acciones que lleva a cabo dentro del Proyecto Socheo, destaca por apostar por el cine no solo como un medio de expresión artística, sino como una videoteca donde almacenar los recuerdos de una comunidad y abrirlos al mundo entero. En coherencia con esta forma de pensar, gran parte de la obra del director guardés se encuentra disponible en su propia web.

Los Pilares (Raúl Vallejo, Javier Cástor Moreno, Lucía Touceda e Claudia Negro, 2019)

Cerramos este recorrido por diferentes formas de afrontar el archivo con la que, posiblemente, sea la mejor obra de la selección. Los Pilares (Raúl Vallejo, Javier Cástor Moreno, Lucía Touceda y Claudia Negro, 2019) es un hermoso trabajo a ocho manos sobre la obsesión de Antonio García Zarandieta por filmar absolutamente todo. Lo que parece comenzar como el proceso de documentación de la construcción de la piscina familiar, acaba por convertirse en un rito que se repite día tras día, filmando desde las uvas de fin de año, hasta la poda de los árboles de la hinca. En un rato, la mujer le pregunta por qué sigue filmando lo que ya grabó, Antonio responde: “Porque nunca lo grabé en el día de hoy”. Esa pulsión de Antonio se contrapone a la actualidad, donde filmamos más que nunca pero nunca revisitamos las imágenes que captamos. Antonio graba por querer dejar constancia de la realidad que vivió, del propio momento. Un retrato sencillo pero lleno de hermosura, que nos hace conectar con Antonio a un nivel casi familiar, como si toda la vida estuviésemos allí con él: en la fiesta de cumpleaños, en las discusiones entre copas y amigos, en aquella navidad donde solo estaban su mujer y él.

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