LAS NUEVAS DAMAS DEL CINE INDIE DOMAN A LOS TIGRES DE ROTTERDAM

Entrega de premios de la 41 edición del Festival Internacional de Cine de Rotterdam. Después de nueve días en los que he vivido para comentar películas, hoy voy a hacer algo distinto. Ocho de la tarde, Arcadis Zaal del centro de operaciones De Doelen. Máxima expectación ante la inminente entrega de los tres Tigres de este 2012 que ha empezado con mal pie para los certámenes de cine (ayer me enteraba de que también se han cargado el REC de Tarragona). Los representantes de catorce de las quince delegaciones en la competición central (los deTokyo Playboy Club ya se han marchado) esperan el momento mágico en el que el presidente del jurado y también cineasta Eric Khoo lea el nombre de las obras agraciadas con 15.000 euros. Yo pienso en mis nominadas, aquellas que ayer defendí con mimo y que escogí más por intuición que por criterio (de tener alguno debería agradecérselo a otra fiesta del cine que ahora sufre, el Festival Internacional de Cine de Gijón). Veo pasar a Mia Hansen-Løve, no me reconoce aunque estuve dándole la vara hace menos de dos meses para cerrar entrevistas con los invitados del FICXixón. Comienza la gala y yo sigo deseando para mis adentros que Clip se lleve algún premio. Flashforward. Maja Milos sube entre aplausos a un escenario que llena desde el mismo momento que uno de sus pies toma la tarima. Está exultante, yo sonrío.

Maja Milos exultante ao gañar o seu Tigre. FOTO: TITO RODRÍGUEZ

Flashback. Es 26 de enero y con la mirada ingenua del novato que soy me meto en la sala 3 del multicine Pathé. Hoy hago por primera vez algo que desde la facultad venía deseando. Cinco años después la pantalla cobra vida para dejarme fisgar en lo último del cine europeo, incluso adelantándome a la première mundial de la cinta. Se trata de Clip, y hoy ha ganado en Rotterdam. Se me hace un nudo la garganta, mis dedos no paran de tocar la pantalla del móvil para hacer público en Twitter el resultado de la decisión del bendito jurado que me ha emocionado. Todavía guardo esa sensación mientras escribo esta crónica. Milos ha pasado en un instante de ‘gran promesa’ a ‘enfant terrible’ del cine contemporáneo del viejo continente. Y lo hace sosteniendo con firmeza el estandarte de la generación del 83, la mía y la de la mayoría de mis compañeros de la universidad. Su mirada a una juventud dejada de la mano de los padres que busca reconfortarse en la exploración del deseo le ha valido un merecidísimo reconocimiento.

Le doy la mano cuando todavía no ha bajado del escenario, le acompañan los dos talentos principales: Isidora Simijonovic y Vukasin Josni (que como no podía ser de otra manera graban todo con la IXUS Canon que utilizaron para las tomas subjetivas de la película). Me grita ¡Fuck Facebook! Yo le contesto ¡Fuck America! Citando ambos una frase característica de la que seguramente se convertirá en película de culto (si se distribuye en Holanda tendrá los subtítulos en neerlandés pagados, porque también ha sido la favorita del Círculo de Periodistas de este país del norte que le han otorgado el KNF Award).

Las tres ganadoras de los Tigres sosteniendo sus premios. FOTO: 31pictures.nl / (c) 2012

Dos estatuillas por entregar. De jueves a domingo, de la realizadora chilena Dominga Sotomayor, se lleva la segunda. Dos de dos. Empiezo a creer que lo mío es algo más que suerte. Su aprovechamiento del encuadre y su habilidad para contarnos el drama de una familia que se desintegra desde los asientos de un coche que circula por las carreteras del su país de origen ha calado hondo en los jueces. La sentencia, el logo del IFFR en metal para que lo lleve a todas partes con mucho orgullo. Sotomayor sube al escenario y se limita a felicitar al equipo y sobre todo a los niños que “dedicaron un mes de sus vidas al proyecto”. Su trabajo con la cámara es excelente, pero también lo es su manejo de los actores. En un encuentro de hace dos o tres días reveló que la niña que encarna a la protagonista recibía nociones del contenido del guión a medida que avanzada el rodaje. Así se aseguró la chilena de que las reacciones de la protagonista fuesen naturales y auténticas. De diez.

La sorpresa me llega cuando cierra la terna Egg and Stone, por primera vez en la historia de esta cita los tres premios tienen signo femenino. Sorpresa, debo matizar, agradable. Paréntesis. Mientras me bebo un vino con lo que queda de la delegación española pasa la directora Huang Ji junto a su marido. La china le ha agradecido en su discurso el haberle cedido el presupuesto del que iba a ser su primer largometraje (el de él) diciéndole “ahora tengo algo que darte a cambio”. Una pareja que, valga la redundancia, dará de que hablar en los próximos años, pues en esa breve charla me revelan que la ganadora es la primera de una trilogía en la que seguirán abordando el tema de la mujer en China. “En esta quisimos mostrar a una niña de catorce años, en la siguiente tendrá 17 y en la última 21”, me dice el estupefacto cónyuge que todavía no se cree lo que acaba de pasar. Para colmo, los dos son encantadores. “En este festival de cine lo primero que hice fue comprar una camiseta para el bebé que llevo en el vientre, el segundo regalo me lo ha dado el IFFR con este premio”, dijo Huang Ji al recoger al bigotón de las manos del máximo responsable del certamen, Rutger Wolfson.

'Sentimental Animal' se llevó el premio NETPAC al mejor filme asiático. FOTO: IFFR

Neighbouring Sounds ha recibido el beneplácito del jurado FIPRESCI por su “apuesta por el sonido para retratar un vecindario de la ciudad de Recife”. Kleber Mendonça Filho se lo ha agradecido de la siguiente manera: “Yo dejé la crítica cinematográfica para hacer la película… así que este premio, viniendo de mis colegas de profesión, me llena de orgullo”. El último reconocimiento, en realidad el primero en el guión de una gala muy ‘gezellig’ (una palabra que utilizan mucho los holandeses y que significa ‘acogedor’), lo lleva de vuelta a casa otro creador de China, Wu Quan. Su primer largo, Sentimental Animal, rodado en poderoso blanco y negro, es una obra crepuscular del cine negro asiático. Subidón. Otra de las que me habían dejado huella los primeros días.

Mañana os hablaré en mi despedida sobre las películas que he visto hoy. Me voy a la cama lleno de orgullo y con la cabeza dándome vueltas después de descubrir que estoy más enamorado de lo que imaginaba de esto que han dado en llamar séptimo arte.

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