ROTTERDAM DÍA 1: DEL «NUNCA DIGAS NUNCA» AL «SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ»

Me gustaría empezar esta crónica hablando de mi viaje, de aeropuertos, de malos vuelos y otros sacrificios personales por los que el crítico de cine normalmente tiene que pasar para llegar a puntos de encuentro donde disfrutar (o renegar) de nuevas y tentadoras propuestas audiovisuales, pero no puedo. Tengo el lujo de vivir aquí. Ésta es en efecto esa ciudad cosmopolita y moderna de la que todo el mundo habla, donde se fusionan una gran variedad de culturas, de estilos y tendencias. Un modus vivendi que impregna a su festival y que se hace patente en una programación con forma de mapamundi: Islandia, Canadá, Argentina, Rusia, Corea del Sur, Estados Unidos, China, Brasil, entre otros, están representados en Rotterdam.

Con más de 550 cintas para exhibir en 12 días, el IFFR auspicia 114 estrenos mundiales, 89 premières internacionales, una arriesgada selección de operas primas en la Tiger Competition, el resumen de lo mejor del año en su sección Spectrum (Le Havre, A Dangerous Method, Play, Iceberg… sí, Iceberg) y su ya tradicional apuesta por lo extremo en los ciclos de Signals (una retrospectiva del finlandés Peter von Bagh, un compendio de cine erótico brasileño tipo hardcore en ‘The Mouth of Garbage’, ejemplos del audiovisual egipcio y sirio en ‘Power Cut Middle East’). La sección Bright Future, con un 20 por ciento menos de títulos es, en palabras del director del certamen, Rutger Wolfson, la que más ha sufrido los recortes por la reducción presupuestaria en Cultura que ha aplicado el gobierno holandés. Ello no ha impedido que Andrés Duque vuelva a la ciudad como uno de esos realizadores con un “futuro brillante” para presentar Ensayo final para Utopía, después de que su anterior filme Color perro que huye apareciese en un gran número de listas que recogían lo mejor de 2011.

El resto de presencia española se reparte por distintos carteles, por desgracia no en la competición central pero sí (por ejemplo) en CineMart, ese espacio para la industria que cumple 28 años y al que acuden proyectos con miras a incrementar su presupuesto vía co-producción. En este exclusivo mercado del audiovisual ha superado el primer filtro Manuel Martín Cuenca para defender aquí su próxima película Caníbal. El director de La flaqueza del bolchevique y Malas Temporadas compartirá mesa con Ruben Östlund y su siguiente producción Tourist, Kelly Reichardt con su proyecto Night Moves o el ruso Alexei Popogrebsky, al que conocemos vía How I Ended This Summer. Como apuntaba más arriba, de España a Holanda también viaja el realizador salmantino Gabriel Velázquez con el estreno internacional de Iceberg. Y, cómo no, Isaki Lacuesta se trae sus Pasos dobles todavía refulgiendo con el oro de la Concha que se llevó en San Sebastián.

Una de las grandes propuestas de Rotterdam es el CineMart, donde acuden films en busca de financiamiento mediante un régimen de co-producción. FOTOS: TITO RODRÍGUEZ

Por la noche se han proyectado dos películas, el Kick-Off para el público, King Curling, del noruego Ole Endresen, y la inauguración para la los invitados 38 témoins, de Lucas Belvaux, que yo tendré que esperar a ver probablemente el lunes porque no me han dado entradas (se ve que no somos “prensa especial”, como la llaman en la organización). Tal y como comentaba con Laura, la delegada del Press Desk para los que hablamos español (cuando le he dicho que venía de A Cuarta Parede ha pensado que me refería a una película), hoy es más bien un día para preparar la agenda de visionados, solicitar entrevistas, enterarse de rumores y cotillear por De Doelen, donde se concentra la mayor parte de la actividad de la prensa internacional. Tras perderme en el edificio nada más entrar, he conseguido llegar al tercer piso y recoger mi acreditación y un bonito catálogo cuya portada se remite al cartel de esta 41 edición del festival neerlandés y que recoge una larga lista de calificativos que pretenden describir el certamen: “extraño”, “raro”, “enfermo”, “hilarante”, “poético” y “arriesgado”.

Todo esto hace que me entren ganas de sentarme ya en una butaca del Jurriaanse Zaal o el Willem Burgerzaal y darle al botón del Play. Mañana comenzamos. En la sesión matinal tengo la intención de ver Clip, de la serbia Maja Milos, que tras once cortometrajes presenta a competición un primer largo que promete sensualidad y violencia, en un ir y venir de situaciones complejas propias de la adolescencia. Acto seguido me atreveré a visionar A Fish (Corea del Sur), la primera propuesta en 3D que pasa por las pantallas rotterdammers, producto del director novel Park-Hong Min, y que los programadores locales califican de “misterio metafísico multidimensional”. Y como postre, ya por la tarde, Ensayo final para Utopía, diario de Andrés Duque en su viaje a Mozambique.

Me remito a las líneas anteriores como declaración de intenciones personal, a la que debo añadir que no me quedarán horas por matar, ni aguas que probar. Vengo abierto a todo (cinematográficamente hablando) y a darle a cada una de las películas una primera, segunda o tercera oportunidad. Espero no defraudar, ni que me defrauden.

Por cierto, este primer día amaneció gris, descanse en paz Theo Angelopoulos.

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