SEFF 2022 (I): Las películas de otras

Los hijos de otros (Rebecca Zlotowski, 2022)

Los hijos de otros (Rebecca Zlotowski, 2022)

El Festival de Sevilla arrancó su decimonovena edición proyectando Los hijos de otros (Les enfants des autres), quinto largometraje de la parisina Rebecca Zlotowski. Más allá de su precisa elección como película inaugural, el nuevo trabajo de la directora de Une fille facile (2019) evidencia las limitaciones de cierto cine académico para dar auténtico relieve a sus personajes, allí donde todo aparece medido para representar problemáticas concretas, incluso cuando lo hace bajo el clásico paraguas de la observación cotidiana. En este caso, Zlotowski evoca su propia relación pasada con el cineasta Jacques Audiard a través de la ficticia Rachel (Virginie Efira), profesora de instituto en crisis a la que el nuevo enamoramiento confronta con una realidad compleja: por un lado, empieza a vivir sus últimas oportunidades para ser madre biológica mientras encara el fantasma de la suya propia; por otro, asume la necesidad de conectar con los hijos de su pareja Ali (Roschdy Zem).

Sin contar con nada verdaderamente reprochable y hasta en momentos puntuales de inspiración, la caligrafía de las imágenes de Zlotowski, mucho más calculadas que espontáneas, hace evocar películas recientes de Mia Hansen-Løve (L’avenir) o incluso Justine Triet (La bataille de Solférino), más ingeniosas a la hora de retratar el vaivén de sus protagonistas y, en el caso de la ejemplar Mia, también desbordantes en lo emocional. La previsible buena interpretación de la omnipresente Efira, rostro ya cerca de representar una corriente de cine francés en sí mismo, casi como lo fue el de Vincent Macaigne en la década pasada, no acerca esta obra a la fértil escritura del complejo personaje de Léa Seydoux en Un beau matin (2022), una de las grandes películas de este año.

Tout le monde aime Jeanne (Céline Devaux, 2022)

Tout le monde aime Jeanne (Céline Devaux, 2022)

En una de esas oportunidades, a veces más intencionadas que otras, que ofrecen los festivales tan amplios de poner los títulos programados ante un revelador espejo, el film de Zlotowski fue seguido casi de inmediato por Tout le monde aime Jeanne (Céline Devaux), incluida en la sección Historias Extraordinarias. Se trata de una película igualmente imperfecta como corresponde a su naturaleza, pero mucho más viva y grata que aquella a la hora de retratar una serie casi idéntica de conflictos personales. La extraordinaria Blanche Gardin (Borrar el historial, 2020; France, 2021), sin duda una de las mejores actrices cómicas del cine francés reciente, da vida a la mujer del título, una científica en graves apuros profesionales que escapa hasta Lisboa —ciudad retratada sin intención alguna de postal, que de hecho vemos amenazada por el turismo de masas y la especulación inmobiliaria—.

Al igual que la Rachel de Los hijos de otros, Jeanne se nos presenta en constante movimiento, acechada por el fantasma de la ausencia materna y marcada por la posible relación incipiente con un hombre (Laurent Lafitte), padre de dos niños. Pero la personalidad de la película de Devaux no solo está en el arrollador carisma de Gardin, sino sobre todo en la continua descripción en pantalla de sus neuras mediante una suerte de eco mental animado. Por encima de la puntual irritación que pueda causar la insistencia en este recurso, Devaux, animadora responsable de cortometrajes como Gros Chagrin (2017), también centrados en traumas sentimentales, y que aquí dirige actores por primera vez, demuestra una firme voz propia para narrar esta encantadora comedia romántica. 

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