A SPELL TO WARD OFF THE DARKNESS, de Ben Rivers e Ben Russell

LA MELANCOLÍA PRIMITIVA

Los dos Ben se conocieron en 2006 en Brigthon. Russell estaba de tour por Europa y Rivers llevaba una especie de cinemateca con unos amigos desde hace 10 años. Llamaron a Russell y a su amigo Jonathan Schwartz para que presentasen sus películas allí. Rivers y Russell se cayeron bien y se hicieron amigos. Más tarde, harían un tour conjunto por Nueva Zelandia y Australia. Cada uno presentaba cinco películas y hablaban sobre ellas. El programa se titulaba We Can Not Exist in This World Alone. Finalmente, decidieron unirse y hacer algo juntos: A Spell to Ward Off the Darkeness (2013). La película es un ingenuo alegato primitivista (la arcadia hippy, el ermitaño, y el grupo esencialista de black metal) que además comparte el mismo `picnic estético´ de cierto cine documental contemporáneo (llámese lento o contemplativo): es romántica, primitiva y antimoderna. La obra es un tríptico que condensa y fusiona perfectamente las preocupaciones y los estilos de ambos: el rollo trance espiritual de Ben Russell con la utopía primitiva de Ben Rivers. Por lo tanto, a la ya habitual sarta de cursilerías sobre lo inefable, lo sublime, lo indecible de la naturaleza y el paisaje de muchas películas (y directores) tenemos que sumarle una retórica de la pureza primitiva y primordial como un espacio utópico, espiritual y trascendente secularizado.

Filmada en súper 16 mm, cada una de las tres las partes está vinculada únicamente por la presencia de un mismo actor (el músico y artista Robert AA Lowe) envuelto en tres situaciones y momentos totalmente distintos que, sin embargo, exploran y transmiten lo mismo: una melancolía por lo primitivo sustentada en una visión trágica del presente. En la primera parte los dos Ben nos muestran una comuna neohippy que viven aislados en la isla de Vorsmi en Estonia. Un espacio edénico y utópico tan vomitivo como la Isla de Aldous Huxley filmado con un estilo parecido al de Crónica de un verano (Jean Rouch y Edgar Morin, 1961) o Milestones (Robert Kramer y John Douglas, 1975). Aunque los dos Ben hayan intentado dejar fuera los dogmas de la comuna, lo cierto es que la mayoría de las conversaciones trasmiten tufillo new age que se esparce por toda la película. En este lugar todo es amor, paz y tranquilidad. Las madres cuidan de sus hijos y dan de mamar a sus bebés en un ambiente comunitario y libre; los padres se bañan en pelotas y comentan sus experiencias en fántasticas y estupendas orgías en las que antes de que te des cuenta tienes un dedo, o dos, metidos en el culo (literal)…. Gracias a todas estas edénicas imágenes de felicidad colectiva huxelriana, que durante casi un mes filmaron Ben Rivers y Ben Russell, podremos comprender aquella repetida queja de Cartman a lo largo de la serie South Park: ¡Putos Hippies! (Véase E2S09, Muere Hippie, Muere).

En la segunda parte, Robert AA Lowe, que en la comuna aparecía muy brevemente como una especie de líder, es un ermitaño que vive en una cabaña aislada en los bosques de Finlandia. Es la típica figura que aparece en muchas de las películas de Ben Rivers (A World Rattled Of Habit, 2008; I Know Where I’m Going, 2009; Two Years at Sea, 2012). Un hombre que ha decido refugiarse de la modernidad y el mundanal ruido para vivir solitariamente en contacto directo con la naturaleza sublime; un Walden nórdico que ha renunciado a las comodidades y a la familia en busca de una espiritualidad esencial que solo se encuentra cuando uno rema en una canoa por un lago, pesca salmones, recoge setas y enciende un fuego -¿con dos piedras?- a la noche en medio de la naturaleza salvaje. Si este tipo de personajes en las anteriores obras de Rivers habitaban en una especie de futuro primitivo donde todavía mantenían un contacto mínimo con la sociedad a través de sus restos (objetos, maquinas, basura), el barbudo negro nórdico parece completamente decidido a romper todos lazos con la civilización corrompida, y, ni corto ni perezoso, prende fuego a la cabaña y a sus escasas pertenencias; dispuesto, suponemos, a vivir en plena naturaleza como un noble salvaje. El gesto, aunque algo trágico y violento, nos parece acertado. Max en Vapor o Buñuel en Simón del desierto nos mostraron lo difícil que es recluirse y alejarse completamente de la modernidad. Allá donde huyas siempre habrá algo que te tiente y alguien que te intentará tocar las pelotas para fastidiarte tu particular búsqueda espiritual.

En la tercera, el anacoreta de los bosques forma parte de un grupo de black metal que van pintados como vikingos y que actúan frente a un público que parece inmerso en un estado de trance inducido por la música elemental y atávica que tocan. Los seguidores de Russell detectarán enseguida la mano del cineasta en esta última parte, ya que las vinculaciones con su pieza Black and White Trypps Number Three (2007) son más que evidentes. Rivers y Russell eligieron el black metal porque, según ellos, este tipo de música mantiene una relación “pagana” con el paisaje y la naturaleza escandinavas que conectaba muy bien con lo que intentaban trasmitir con la película: “La relación de los músicos black metal con este lugar tiene que ver con que vivir en algún lugar donde tú te sientas en armonía con los elementos. La naturaleza esta encima de ti, alrededor de ti, algo de lo que formas parte y no algo que quieras conquistar o controlar”1. Por eso, aunque el atavismo de la actuación de la banda noruega de black metal nos pueda parecer alejada de la arcadia de la comuna y la espiritual soledad del ermitaño, al final conecta a la perfección con el alegato utópico-primitivista-trascendental de A Spell to Ward off the Darkness: la música como ceremonia tribal que provoca una experiencia hipnótica y transcendental que nos reencuentra con nosotros mismos a través de los otros. No obstante, no conviene abusar de estos éxtasis de trance colectivo musical: ya saben «¡Química, música, sudor y amor! ¡Qué subidón! ¡Estoy arriba, tío! ¡Os quiero a todos!« El tortazo contra el suelo ser gordo y si no vean el que se mete el pobre Nicodemo en Vapor.

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1 Gratza, Agnieszka (2013) “Interview: Ben Rivers & Ben Russell” en Frieze blog, 1 de octubre de 2013 http://blog.frieze.com/interview-ben-rivers-ben-russell/

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