RAMIRO LEDO: DEL CINECLUBE DE COMPOSTELA A NUMAX

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Foto: Tamara de la Fuente

Ramiro Ledo Cordeiro (Lugo, 1981) fue cofundador y director hasta 2007 del Cineclube de Compostela, hoy es socio trabajador fundador de NUMAX, S. Coop. Galega, donde es responsable de la coordinación general y del cine NUMAX. Atendiendo a la petición de A Cuarta Parede, Ramiro accedio a hablarnos de su transición de una organización independiente situada fuera del circuíto comercial como el Cineclube de Compostela hasta la apertura de NUMAX, uno de los proyectos más innovadores de la actualidade cinematográfica.

Era por 1999. Yo llegué a Compostela a estudiar medicina. Me cuadró una época personal en la que el cine y la literatura me hacían reconsiderar todo el tiempo lo que hacía. Hubo una serie de libros y películas que me hicieron cambiar de planes: descubrí a Beckett, Kafka, Ferrín, Kundera, Faulkner, Nubes pasajeras de Aki Kaurismäki, Ghost Dog de Jim Jarmusch, Monas como Becky de Joaquían Jordá y desde ahí comencé a tirar hilos hacia atrás: Bresson, Dreyer, Godard, Mizoguchi, Robert Frank, Ozu, Rosellini, Cassavetes. Decidí estudiar periodismo al año siguiente por hacer algo que me permitiese dedicar la mayor parte de mi tiempo a ver películas.

Al final del verano del 2000 conocí a Jordá en un curso que organizó mi tía Margarita en Pontevedra y no empecé las clases en mi nueva facultad hasta después de una semana.

Sentía la necesidad de enseñarle a todo el mundo una serie de películas que me parecían excepcionales: La chica de la fábrica de cerillas (Kaurismäki), Shadows (Cassavetes), El hombre de la cámara (Vertov), Videodrome (Cronenberg). Escribí y maqueté unas hojas de sala para cada una de estas películas y les propuse a una serie de colegas de la facultad, muchos compañeros de clase, organizar unas proyecciones donde dar a ver este cine.

Nos juntamos varios, cada uno proponía películas y pedirmos el aula de vídeo de la facultad. Durante el primer año proyectábamos VHS que era un tortura ver, con copias que poco más de si daban, malísimas. Todo pirata, claro. Haciamos los carteles, los imprimíamos, los pegabamos por toda la ciudad y avisabamos a la prensa. Dos veces por semana (martes y jueves) llenábamos las aulas de vídeo por la tarde.

Cuando teníamos la programación echada a andar, un colega de clase, Sepi Bazarra, nos animó a usar el proyector de 35mm que había en el auditorio de la facultad. Si soy sincero, casi no sabía que las películas se hacían en celuloide ni qué era eso. Pero como pintaba bien, allá fuimos. Preparé los estatutos y demás para darle al asunto una entidad legal y nos cerramos una Semana Santa, para hacer la memoria con la que fuimos a pedir apoyo a la Universidad (las películas en 35mm costaban dinero). En esa memoria ponía que traeríamos a Jim Jarmusch.

La chica de la fábrica de cerillas (Aki Kaurismäki, 1990)

Hasta 2003 agotamos el catálogo de 35 y 16mm de películas de repertorio con derechos de exhibición para España, todos los del Goethe Institut en 16 o 25mm. VOSE o experimentales (ahí descubrí a Hans Richter, Viking Eggeling, Alexander Kluge, por ejemplo) y los ciclos que pudimos hacer con la Alianza Francesa (Bresson, Renoir, Godard…). Antes de marcharme a terminar la carrera a París en 2003, para ver las películas que aquí no había forma (Internet era poco menos que una quimera en la Compostela universitaria del 2000), llegamos a un acuerdo con la Sala Yago, el único cine que seguía funcionando en el casco viejo, para proyectar ahí.

Cuando volví en 2004 el vínculo con la Universidad casi no existía, no quedaban prácticamente películas en circulación en celuloide que no proyectáramos ya, aún no había ediciones en DVD de casi nada y el Cineclube tenía una deuda importante con la Sala Yago. Busqué la manera de saldar la deuda (lo conseguimos a los pocos meses), comenzamos a proyectar alguna cosa bajada de internet haciendo nosotros los subtítulos a gallego. Llegó un momento en el que desde la nueva dirección de la facultad, en la que comenzamos a trabajar como cineclub, se comezó a dar prioridad a externalizar el auditorio en el que proyectábamos antes que a nuestra actividad.

Bajo propuesta de la asociación A Gentalha do Pichel, decidimos mudar nuestra sede a un nuevo local que estaban construyendo en Santa Clara, y así hasta hoy. Yo dejé de pertenecer al Cineclube en 2007, cuando me marché a Barcelona.

El Cineclube de Compostela comenzó a proyectar fuera del circuíto de exhibición tradicional para poder profundizar y dar continuidad a un proceso de búsqueda en la programación de cine, muy parecido a lo que puede hacer una filmoteca. Agotado el catálogo comercial y con una inquietud aún viva, el cambio tecnológico de los inicios y mediados de los años 2000, la única forma de ofrecer un programa coherente y subtitulado a gallego era trabajar en las márgenes de los circuítos de distribución y exhibición convencionales: donde estes no llegaban. El paso de la etapa de estudiante y la llegada al mundo laboral (en el mejor de los casos) también marcó el fin de un modelo de trabajo con el que nos iniciaramos y la necesidad de una reorientación en la práctica.

Tierra Negra (Ricardo Íscar, 2005)

Tierra Negra (Ricardo Íscar, 2005)

Todo esto generó tensiones, sobre todo externas, e incluso tuvimos un juicio (que perdimos) por una demanda que nos puso el también cineasta Pablo Llorca, de aquella productor de Tierra Negra de Ricardo Íscar. El director, descontento con el tratamiento que le daba la productora a su film, nos animó a proyectarlo en el Cineclube con un montaje diferente al del corte final. El productor nos demandó y, a pesar de la complicidad con Íscar, tras el juicio tuvimos que ingresar la cantidad que solicitaba como drechos de exhibición. En ese momento entendíamos que el director debería ser libre de decidir el uso que le da a su trabajo, y diría que, en este caso concreto, debía tener origen en alguna discusión previa entre producción y realizador.

El Cineclube trabaja desde que proyecta en vídeo con entrada libre en todas sus sesiones, nadie percibe ingresos por su trabajo ni tampoco se busca un financiamento para generar estes ingresos, entiendo que por un posicionamiento concreto al respecto. Hacen un trabajo colectivo titánico para proyectar cada película, desde la búsqueda, selección bibliográfica para la hoja de sala, programación de la película y subtitulado al gallego de cada proyección. Para mi defienden un modelo en el que el intercambio que proponen no es monetario, sino de trabajo: el trabajo de la película por el trabajo de mostrarla. A mi parecer solo son mejorables las condiciones técnicas en las que se exhibe cada película, pero esto obligaría a reformularlo todo desde un punto de vista económico. No tener estes condicionantes es lo que les permite centrarse más en la selección de películas, que para mi es una de las programaciones regulares no estacionales de referencia a nivel estatal.

Foto: tourdescinemas

Foto: tourdescinemas

NUMAX es fundamentalmente un proyecto laboral, de empleo autogestionado. Nace de una idea muy básica de juntar una serie de profesionales (hoy somos dos realizadores, dos diseñadores gráficos y una librera además de otras dos personas socias en período de prueba) con afectos y afinidades compartidas para hacer juntos lo que cada uno hacía por su cuenta. La única manera de construír un espacio que reuniera sala de cine, librería y laboratorio de gráfica y vídeo donde no lo había, pasaba por la inversión importante de dinero que no teníamos y que tampoco daba para pedirle a nuestra gente próxima.

No fue un crowdfunding como este se entiende habitualmente (un intercambio comercial diferido: a cambio de un adelanto de una cantidad de dinero, se ofrecer uno o varios productors en una especie de producción bajo demanda, lo que puede tener sentido para según que cosas), sino que es una forma de financiamineto múltiple y cruzado que se fundó en la confianza: a la promesa de crear y gestionar un espacio del que la ciudad carecía, en cooperativa de trabajo asociado, con un tope salarial, en la que nos comprometemos a reinvestir el 100% de los beneficios en la mejora de los servicios y de las condiciones laborales y nunca repartirlos entre las personas socias, pediamos otra promesa: la de un aval de entre 1000 y 5000€ que en caso de que el proyecto se viniese abajo se ejecutaría por parte proporcional de la parte del crédito de 300.000€ que quedara por devolver.

Numax_sociosfundadoresEn poco más de tres meses conseguimos el compromiso de 182 avalistas y la cooperativa de servicios financieros Coop57, que fue quien posibilitó este proceso, nos dio el dinero para empezar las obras. A día de hoy, un año después de abrir, ya devolvimos más de la mitad del préstamo y la responsabilidad de cada avalista es inferior al 50% de la cantidad que avalaron.

Por eso siempre decimos que NUMAX sería imposible sin el tejido social que lo soporta. Cada día agradecemos el apoyo de nuestros avalistas, que ahora se junta al de las más de 700 personas abonadas que vienen a NUMAX e que permiten mantener el pie este proyecto. Es un proyecto único a nivel estatal si tenemos en cuenta que no depende ni fue impulsado por ninguna institución y tiene varias áreas de actividad independientes (cine, librería, laboratorio de gráfica, de vídeo, distribuidora de películas, comunicación) que trabajan para clientes externos y se juntan para proyectos concretos o crear sinergias que refuerzan el proyecto de manera global.

NUMAX Distribución acabó surgiendo de manera natural, después de comenzar a interesarnos por películas que no tenían distribución en España para poner en nuestra sala, lo que hacía muy complicada su exhibición. Poco a poco fuimos aprendiendo desde cero en que consiste el trabajo de una distribuidora: hacer que las películas se conozcan, crear un interés alrededor de ellas y acercárselas a las salas para que las vean. Abarca desde la creación del trailer, la elaboración de una nueva sinopsis, el diseño o la adaptaciónd e un cartel y de toda la imagen gráfica que se empleará en la promoción y en sus adaptaciones (banners, anuncios en prensa), la síntesis de las críticas publicadas sobre la película, el subitulado, la creación del DCP para distribuír en el territorio, la contratación de publicidad, la campaña de comunicaicón, el tráfico de copias… Esto además de las negociaciones para la compra de derechos con los productores o los agentes de ventas internacionales, que siempre demoran infinito, mucho más en nuestro caso que tenemos una experiencia muy pequeña por no decir ninguna. Puede ser un trabajo realmente generoso, pues si la película termina por funcionar, después de un trabajo de muchos meses detrás para lanzarlo, es muy reconfortante, sobre todo cuando como en nuestro caso controlamos todos los procesos que enumeraba antes internamente. En el fondo, somos un eslabón más de la cadena que hace posible que una película exista.

El hecho de partir de cero tanto en la exhibición como en la distribución nos permite detectar muy bien todas las necesidades de los dos sectores, que se agrandan de una manera crítica en el caso español, donde el desarrollo institucional de la ley del cine referido a la exhibición independiente no existe (salvo la reciente excepción de Euskadi y las tentativas de la Generalitat de Catalunya) y el apartado de distribución es raquítico y está orientado a reforzar a las películas de más éxito (se pide, por ejemplo, un estreno en salas comerciales en un mínimo de 15 provincias diferentes para poder optar a competir en las ayudas, lo que conociendo el panorama de exhibición independiente o en VO no deja de ser utópico).

La verdad es que la valoración de este primer año es muy positiva a varios niveles. La librería trabaja con más de 10.000 títulos catalogados, el laboratorio entregó más de 60 encargas entre gráfica y vídeo, además de centralizar toda la operativa y logística del día a día, producir y adaptar continuamente nuestra imagen gráfica y los contenidos que luego se transmiten por las redes sociales o en el propio espacio. Vamos cada vez aproximándonos más a la medida real de nuestro trabajo, y donde empezamos cinco personas, ahora somos siete trabajadores, todos indefinidos y con el mismo salario.

Además, conseguimos ir desarrollando líneas que teníamos abiertas de antes de la apertura pero que no era posible poner a andar desde el inicio, como NUMAX na escola, NUMAX Distribución, la Aula Os Ollos verdes o una pequeña área de comunicación. Y, en cuanto al Cine NUMAX, cumplimos el objetivo de ser parte de la red internacional Europa Cinemas al año de abrir. Esto tiene una importancia fulcral, ya que nos garantiza un apoyo económico estable y periódico en el tiempo siempre y cuando consigamos mantener los umbrales de programación y asistencia que conseguimos en este 2015-2016. Hoy estamos cerca de nuestros primeros 40.000 asistentes, que son los responsables de que podamos trabajar con relativa comodidad a la hora de programar películas tanto con distribuidoras grandes como con las más pequeñas. El reto más difícil es mantener la confianza de la gente y continuar trabajando como desde el primer día para hacer posible que este proyecto se consolide en la ciudad, y continuar trazando redes con otras salas y proyectos amigos.

Charles Burnett na súa visita a NUMAX o pasado mes de abril

Charles Burnett en su visita a NUMAX el pasado mes de abril

Los festivales de cine son básicos a la hora de crear y consolidar públicos, y la relación con salas afines como entendendemos que es el Cine NUMAX, debe trabajar de una forma en la que la sala y el festival se potencien entre si. Desde el inicio mantenemos una colaboración con el (S8) Mostra de Cinema Periférico de A Coruña, donde acudimos cada año con una muestra de filmes y libros de cine de la Librería NUMAX; con el Play-Doc de Tui, patrocinando su publicación sobre Charles Burnett, a quien tuvimos en Compostela para una Aula Os Ollos Verdes e incorporamos Killer of Sheep (1978) a nuestra programación durante dos semanas; con el festival WOSINC, colaborando desde el estreno de Los Hongos; con el festival de teatro, danza y arte en acción Escenas do Cambio, donde la Librería NUMAX fue la librería de referencia del festival, celebramos una proyección en el Cine NUMAX e hicimos el libro del Festival desde el Laboratorio; con el Festival de Róterdam IFFR, convirtiéndonos en sede durante un fin de semana junto con otras salas independientes europeas para acercarle al público local de forma simultánea el estreno de cuatro películas en premiere; con Curtocircuíto, donde nos incorporamos como sede del festival y acogimos de nuevo a Aki Kaurismäki, a Jørgen Leth, a Joao Salaaviza, fuimos los responsables del vídeo promocional del festival y de una parte de la asistencia técnica; con Novos Cinemas de Pontevedra, haciendo también trabajo de asistencia técnica. Para nosotros estas sinergias son hermosas y muestran una escena viva y deseosa de trabajar en común para enriquecer los proyectos de manera mutua.

Esperamos con ganas también que este año se pueda materializar la colaboración con Cineuropa, la muestra de referencia en Compostela que hace 30 años en noviembre y que el año pasado no pudo ser por cuestiones de presupuesto del festival. En este caso concreto estimamos que es especialmente importante poder trabajar juntos, pues el público natural de NUMAX y Cineuropa es afín a los dos proyectos y somos conscientes que sin el trabajo de los últimos 30 años de Cineuropa sería muy difícil que un proyecto como el nuestro pudiera tener la acogida tan positiva que tuvo en la ciudad durante este primer año.

Comments
One Response to “RAMIRO LEDO: DEL CINECLUBE DE COMPOSTELA A NUMAX”
  1. Xose dice:

    Fun estudante en Compostela durante a época do Cineclube de Compostela na facultade de Xornalismo. Grazas ó voso traballo descubrín filmes e realizadores que aínda hoxe en día me acompañan. Kaurismaki, Chabrol, Murnau e outros graváronse nos meus ollos e memoria.

    Agora resido fóra de GZ, mais na próxima viaxe á Compostela, penso visitar o voso local.

    Outra vez, grazas polo voso traballo!

    Con afecto e admiración dende Barcelona,
    Xose