아가씨 (THE HANDMAIDEN), de Park Chan-wook

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La mirada fragmentada

아가씨 (The Handmaiden, 2016) supone el retorno del cineasta coreano Park Chan-wook después de su aventura americana. Si Stoker (Park Chan-wook, 2013) supuso una decepción para sus seguidores al ser una película muy cuidada visualmente pero absolutamente vacía, su largometraje más reciente demuestra que Park no estaba carente de ideas, sino que el encorsetado sistema estadounidense le había impedido desarrollar esa obra en sus propios términos. De vuelta al familiar entorno de la industria surcoreana, el autor decidió enfrentarse a un desafío doble: adaptar al contexto histórico asiático la novela Fingersmith (Sarah Waters, 2002), ambientada originalmente en la Inglaterra victoriana, y presentar a sus compatriotas una película erótica en una industria conocida por los rigores de su censura. Por desgracia, el futuro de Park Chan-wook se perfila ahora incierto ante su entrada en la lista negra del gobierno surcoreano, destinada a impedir que los artistas que hayan alzado su voz contra el Estado reciban nuevas ayudas a sus creaciones.

Al estilo de 羅生門 (Rashōmon, Akira Kurosawa, 1950), pero desde una perspectiva distinta, la película se divide en tres partes para narrar los puntos de vista de sus tres protagonistas: la doncella que da nombre al film, la joven japonesa adinerada y el Conde Fujiwara, que urde el plan para arrebatar a esta última su fortuna. A través de toda una serie de vueltas de tuerca, la compleja trama de relaciones y sentimientos encontrados se irá desembrollando para desvelar un relato sobre la pobreza, la soledad, la perversión y el voyerismo.

Para darle una nueva capa de profundidad a la fuente literaria, Park sitúa la trama de la película en la Corea de los años treinta, en un tiempo convulso en que el país se halla bajo el yugo de la colonización japonesa. Así, Hideko, objeto de la estafa en la que se centra la película, se convierte en un doble enemigo, puesto que su riqueza y su nacionalidad se convierten en los recordatorios perfectos de las miserias a los que los protagonistas coreanos se han visto y se ven sometidos.

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Sin embargo, en el universo cinematográfico de Park Chan-wook nada es tan sencillo como parece en un primer momento, y lo que se presenta como un fraude aparentemente fácil adquiere unas ramificaciones insospechadas. Bajo este prisma, The Handmaiden encaja a la perfección en la narrativa de la violencia a la que el cineasta coreano nos tiene acostumbrados, aunque en este caso su depuración visual alcanza nuevas cotas con una estética tan exquisita como sobresaliente. El trabajo de su director de fotografía habitual Chung Chung-hoon y de su directora de arte Seong-hie Ryu son impecables, aportando como resultado una bellísima imagen de lo grotesco. Con todo, merece una mención especial el trabajo sobre el guion, que firman de forma conjunta el propio cineasta y la guionista Chung Seo-kyung, con quien ya trabajara en 친절한 금자씨 (Sympathy for Lady Vengeance, 2005), 싸이보그지만 괜찮아 (I’m a Cyborg, But That’s OK, 2006) y 박쥐 (Thirst, 2009). Su estructura es en sí una delicia, aunque la sensibilidad en la construcción de los personajes y la fragmentación de la información son las que hacen que el relato fluya y se retroalimente continuamente ante nuestros ojos con nuevas connotaciones.

La película funciona como un juego de miradas, un acto de voyerismo a distintos niveles que se van entretejiendo para dar complejidad al relato: el patriarcado asfixiante, la pobreza subyugante, la lascivia grotesca, el deseo oculto y los celos inesperados. Los personajes se acechan y se espían entre sí, mientras que nosotros nos convertimos en el espectador último de una historia que se basa en la observación objetualizada del otro. Sustentada en la imaginería y la narrativa erótica del Japón de los siglos XVIII y XIX, The Handmaiden saca el máximo partido a este juego de apariencias a través de lo que dicen y, fundamentalmente, de lo que sus tres protagonistas callan: la actriz Kim Min-hee, conocida en España por su trabajo en 지금은맞고그때는틀리다 (Right Now, Wrong Then, Hong Sang-soo, 2015), la estrella Jung-woo Ha – 추격자 (The Chaser, Na Hong-jin, 2008), 황해 (The Yellow Sea, Na Hong-jin, 2010) o 암살 (Assassination, Choi Dong-hoon, 2015)– y la debutante Kim Tae-ri en el papel de la sirvienta.

The Handmaiden es sin duda la película más perfecta de Park Chan-wook, un mosaico bellísimamente cruel que le ha valido el Premio Vulcan para su directora de arte en el Festival de Cannes y el Premio del Público en el Festival de Sitges, y que viene a demostrar que el particular y perverso universo del cineasta todavía tiene muchas facetas que desvelar.

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