THE HUMAN VOICE, de Pedro Almodóvar

Vi hormigón y plástico y mucho rojo, mucho rojo.  Y presencié el dolor, la desesperación, la rabia, el odio, el amor, la resignación y el esfuerzo por quererse a una misma otra vez y empezar de nuevo y salir adelante. Y sonreí, y se me ablandó el corazón y encontré el cine, el cine allí dentro. Y admiré cada plano, y quise poder pararla y volver a verla despacio, y poder ver todo otra vez, mil veces. Porque todo es especial y hermoso, y de él, y de ella, a su manera, a la de ambos. Y pasó sólo media hora y sentí muchas cosas y salí del cine Numax feliz para todo el día.

La lengua es una cuestión de identidad absoluta. Es difícil imaginar la obra de Pedro Almodóvar hablada en otro idioma que no sea el español, por más proyección y recorrido internacional que tenga. Porque él es el cine español. Porque Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Todo sobre mi madre (1999), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), Hable con ella (2002), Dolor y gloria (2019) y el resto de películas que conforman su larga filmografía se han convertido en un símbolo y representación clara de cultura, de vida y de libertad en este país. Es por eso que cuando se hizo público que Almodóvar estaba filmando en inglés, una preocupación, aunque pequeña, comenzó a generarse. Se sabía que antes o después el director daría el paso pero, ¿seguiría siendo el mismo? Y no sólo no defraudó, sino que demostró, una vez más, lo que es tener talento y magia para hacer cine. 

The Human Voice presenta una adaptación libre del monólogo teatral homónimo de Jean Cocteau. Protagonizado por una Tilda Swinton brillante, que encarna a una mujer destrozada por el abandono de su gran amor pero sin perder en ningún momento las fuerzas para salir adelante. Ruda y frágil al mismo tiempo, se desplaza por un hogar decorado al detalle pero desprovisto de techo, “decapitado”, dejando contemplar así cada uno de sus movimientos en esta falsa morada. Mientras tanto, atiende a una llamada telefónica con su amado, en la que podemos apreciar, a través de su monólogo impecable, como se derrumba y desconfigura con cada palabra. Almodóvar explota hasta la obsesión (como siempre) la dirección de arte y el vestuario en esta película. Consigue que queramos poder verlo a cámara lenta para poder apreciar todos los detalles y referencias a la perfección. Juega esta vez también con el espacio, aprovechando esta adaptación teatral para convertir la película prácticamente en una representación teatral filmada en una escenografía real de la que muestra al espectador todos sus secretos.

Parece que Pedro Almodóvar no pretende solamente experimentar y trabajar de manera distinta pero sin perder su esencia en este trabajo, sino hacer una declaración de intenciones respecto al mundo del cortometraje. Demostrando de este modo que este tipo de formato tiene valor y se pueden hacer cosas maravillosas a través de él. Es así como en los 30 minutos de duración de la pieza se construye y se destruye un universo de manera ejemplar, sin problemas de tiempo y sin dejar al espectador con una sensación agridulce, sino agasajándolo con una dosis perfecta de buen cine. Se podría decir que, The Human Voice, se convierte en una obra de gran importancia en la filmografía del manchego y deja con ganas de más, de saber qué puede seguir ofreciendo a través de este mundo corto pero intenso y magnífico.

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