THREE BILLBOARDS OUTSIDE EBBING, MISSOURI, de Martin McDonagh

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¿Cómo se gestiona la ira?

Con tan solo tres películas a sus espaldas, el guionista, cineasta y dramaturgo Martin McDonagh ha cosechado –desde que presentara su oscarizado cortometraje Six Shooter en 2004–  casi una cincuentena de premios internacionales. La cifra crece de forma exponencial si nos centramos en la lista de galardones acumulados por su último film, Tres anuncios en las afueras (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri), el cual ha acumulado 116 reconocimientos de acuerdo a las cifras recogidas por Internet Movie Database (IMDB). Entre ellos destaca sin duda el premio al mejor guión en el Festival de Venecia, en los Globos de Oro y en los BAFTA, pero también las menciones a las interpretaciones de Frances McDormand y Sam Rockwell.

Western moderno, relato mordaz de la América profunda, Tres anuncios en las afueras sigue la lucha desesperada y casi estéril de una mujer que urge a las autoridades a resolver la violación y el posterior asesinato de su hija. Para ello decide alquilar tres vallas publicitarias de una carretera secundaria, en las que interpela y responsabiliza al jefe de la policial local por la falta de avances en el caso. Aunque este punto de partida podría percibirse como el inicio de una revisión de la figura de la madre coraje, tan del gusto de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense, Martin McDonagh opta por una vuelta de tuerca en la que se esboza a un personaje protagonista femenino que no solo presenta una conducta reprobable sino que es despreciada por la mayor parte de la comunidad que la rodea, incluida su propia familia.

El germen de esta idea surgió hace dos décadas, cuando el creador inglés atravesaba el sur de Norteamérica: «Vi algo muy similar a lo que vemos en las vallas hace unos 20 años, cuando viajaba en autobús por América, y pasó fugazmente  –fue casi como si no lo hubiera visto–. Pensé “¿Quién ha puesto eso ahí? ¿qué tipo de ira o dolor o historia ha dado lugar a esto?”. Esa imagen permaneció en mi mente y simplemente la he ido rumiando» (1). A partir de estos carteles, que el cineasta alega haber replicado de forma casi literal, el largometraje de McDonagh se afana en responder a una única pregunta: ¿cómo se gestiona la rabia? Desde múltiples puntos de vista, que colindan con el de la madre de la joven asesinada  –interpretada magistralmente por la siempre soberbia Frances McDormand–, la película presenta varios arquetipos de la América rural que dan origen a una reflexión sobre las implicaciones y las consecuencias del odio, sobre la todavía profunda división del país en lo tocante a temas raciales y sobre el discurso de la violencia –tan arraigado y alimentado en el imaginario de Estados Unidos–. Martin McDonagh ofrece un prisma con múltiples facetas en el que se van reflejando las distintas formas de duelo de los personajes, pero siempre teniendo presente que estas son presentadas y confrontadas a la de la protagonista. Mildred es el epicentro de la historia, porque su osadía al señalar como culpable a un moribundo hará que la mayoría de los habitantes del pequeño poblado de Ebbing se posicionen en su contra, pero también por el hecho de que su personaje sea un ser humano reprobable, con un carácter difícil de sobrellevar, una lengua envenenada y una falta de empatía mayúscula.

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Aquí es precisamente donde subyace el mayor acierto de la película, en desechar la imagen de una madre impecable y afligida para mostrar a una mujer imperfecta, casi rota, que utiliza los anuncios publicitarios para lidiar con su propia culpa, con su parcela de responsabilidad en la atroz muerte de una hija con la que los vínculos afectivos se habían roto. Idéntico tratamiento se dará al resto de habitantes de Ebbing, con sus luces y sus sombras, con la salvedad quizá del joven empleado de la agencia publicitaria de gesto amable, y de la madre alcohólica y fagocitadora del descerebrado oficial Dixon. En un relato poblado de psiques complejas y fascinantes, donde todo se transmite a través de los gestos y de las acciones –magistral es el momento en el que el hijo de Mildred coloca el cuchillo en el cuello de su padre como recuerdo de una acto muchas veces repetido–, el arco narrativo más controvertido es sin duda el de Dixon. Interpretado proverbialmente por Sam Rockwell, este policía representa todos los prejuicios de la América profunda sureña: racista, machista, borracho, violento y descerebrado, Dixon representa lo visceral, la acción y la reacción sin que medie ningún tipo de juicio. Supone además una cruda reflexión sobre las fuerzas policiales del país, porque por más que el personaje de Woody Harrelson se presente como un hombre justo, el film explora una faceta de la justicia y el poder que adquieren tintes trágicos cuando las autoridades no condenan actos violentos que transcurren dentro de la propia comisaría o a sus puertas.

Martin McDonagh nos regala con Dixon uno de los momentos más vibrantes de la cinta, cuando con el arma en la mano se adentra en el edificio de enfrente para agredir brutalmente a Red Welby, quien alquilara originalmente las vallas a Mildred. Con un plano secuencia estudiado al milímetro, la escena se convierte en metáfora hiperbólica de la vida en Ebbing: un lugar en que un oficial violento puede salir impune de sus agresiones a plena luz del día. El cineasta procura de forma palpable, en un delicado equilibro que se mantiene durante toda la película, mostrar también el lado más humano de los personajes más oscuros. Dixon es un juguete roto, una víctima de una madre disfuncional y manipuladora, que mina su autoestima y con el que juega a su antojo. Pero ¿es esta razón suficiente para resarcir a este individuo de todas sus atrocidades? El cineasta ofrece a Dixon una redención difícil de asimilar. ¿Puede un acto de bondad y valentía borrar décadas de abuso? ¿Puede un hombre zafio y brutal cambiar sus códigos vitales tras un momento de revelación y ser perdonado por la comunidad?

Tres anuncios en las afueras deja muchas preguntas en el aire que invitan a la reflexión, pero esta es la que provoca el mayor bache del metraje, por más que la pericia como actor de Rockwell permita que el estado emocional del espectador se ponga en sintonía con el de Dixon. No ocurre lo mismo con la figura de la madre encarnada por Frances McDormand, puesto que Mildred mantendrá su obstinada cruzada hasta las últimas consecuencias. Al igual que ocurre con el resto de caracteres, el cineasta también se detendrá en las facetas más vulnerable de esta madre agresiva, pero si con Dixon se apela a la empatía, con Mildred se mantiene una frialdad en armonía con sus propios actos. La actriz y el cineasta acordaron que dejarían de lado cualquier sentimentalismo y  McDormand se tomó su papel como una cruzada, hasta el punto de negarse a acudir a los ensayos porque no quería confraternizar con el enemigo: los policías eran su némesis y ella estaba en pie de guerra (2). Para ello, la oscarizada actriz construyó a Mildred inspirándose en John Wayne, un acercamiento que el compositor Carter Bruwell subrayó al dotar a su partitura de las características de un spaghetti western.

En contra de todo pronóstico, a pesar de la crudeza de lo narrado, a pesar del duelo descarnado entre Mildred y sus conciudadanos en un entorno que parece dejado de la mano de Dios, McDonagh encontró lugar para la esperanza, puesto que en lugar de centrarse en el odio y en la ira, quiso poner el acento en los pequeños actos que permiten dar lugar al cambio. Tres anuncios en las afueras puede ser imperfecta en la forma de redimir a determinados personajes pero es profundamente certera y magistral en el desarrollo de toda una serie de reflexiones morales que acompañan al espectador largo tiempo después de haber abandonado la sala de cine; quizá porque el cambio no radique en esas almas rotas y en pena sino en nosotros mismos al convertirnos en portadores de su mensaje.

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(1) Stolworthy, Jacob.»Three Billboards director Martin McDonagh: ‘If Frances McDormand had said no, we’d have been f**ked'» en Independent, 12 de enero de 2018. https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/films/features/three-billboards-film-martin-mcdonagh-interview-frances-mcdormand-in-bruges-seven-psychopaths-a8153356.html

(2) Utichi, Joe. «Golden Globe Winner Martin McDonagh On ‘Three Billboards’, Strong Women, And Why Formulas Are “F–king Boring”», en Deadline Hollywood. 8 de enero de 2018. https://deadline.com/2018/01/three-billboards-outside-ebbing-missouri-martin-mcdonagh-interview-news-1202234358/

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