VILA DO CONDE 2013: REI INÚTIL Y GAMBOZINOS

El pasado mes de junio se celebró la vigésimo primera edición del festival Curtas Vila do Conde, en donde el gran premio del festival fue a parar al cortometraje Carosello (Jorge Quintela, 2013). Nuestro colaborador habitual Paulo Cunha siguió durante varios días la competición portuguesa, y allí detectó una serie de constantes que esta semana nos va a explicar a lo largo de tres artículos consecutivos. El primero de ellos, que publicamos a continuación, sitúa los cortos Rei Inútil (Telmo Churro, 2013) y Gambozinos (João Nicolau, 2013) en la estela de la obra de un cineasta ya canonizado como Miguel Gomes.

Una Cierta Tendencia en el Cine Portugués Contemporáneo

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La presencia de Rei Inútil y Gambozinos en la competición nacional del festival confirmó la buena salud de una tendencia que en última década parece estar en pleno proceso de consolidación dentro del cine portugués contemporáneo. Títulos como Kalkitos (Miguel Gomes, 2002), A Cara que Mereces (Miguel Gomes, 2004), Rapace (João Nicolau, 2006), Tony (Bruno Lourenço, 2009), Canção de Amor y Saúde (João Nicolau, 2009) o A Espada e a Rosa (João Nicolau, 2010) comparten una misma productora, O Som e a Fúria, y una serie de relaciones personales y profesionales: así, Telmo Churro fue asistente de dirección, co-guionista, script y asistente de sonido en películas de Miguel Gomes, João Nicolau y Bruno Lourenço; Bruno Lourenço fue co-guionista y asistente de dirección en diversos filmes de Miguel Gomes y João Nicolau; João Nicolau, a su vez, fue montador, co-guionista, director de fotografía y actor en varias películas de Miguel Gomes; y finalmente el propio Miguel Gomes colaboró también con João Nicolau y sería el denominador común de todos estos nombres.

Siendo autores de la misma ‘familia’, cada uno tiene particularidades que lo distinguen y semejanzas que lo identifican: en un texto sobre Rei Inútil, el crítico Luis Miguel Oliveira subrayaba que “os ares de família (Gomes, Nicolau) são evidentes, no humor ou na relação entre a realidade e a sua irrisão” (1). De hecho, la principal característica de esta ‘familia’ es su peculiar forma de mirar lo cotidiano, enfatizando características poéticas y fantasiosas que lo hacen más interesante, como si fuese una aventura permanente. Por ejemplo, la secuencia inicial de Rei Inútil recuerda mucho a los créditos de A Cara que Mereces, con el jardín, la lluvia, la novia, el impermeable y la misma actitud ajena y contrariada de los protagonistas. La secuencia del duelo en la escuela, que precede la conversación con el profesor Manuel Mozos, también recuerda las conversaciones telefónicas de Rapace. En otros momentos, el humor verbal es la piedra de toque que evidencia la genealogía del autor, como el diálogo dentro de la iglesia entre el ‘creador’ y la ‘criatura’, la conversación en el parque entre el Rey inútil y el Estudiante inútil, o el diálogo con el profesor de Historia.

Mientras tanto, en Gambozinos, Nicolau regresa al universo y a la lógica infantil para definir las reglas de un mundo que surge confinado en un campamento veraniego: en medio de la amistad y de la rivalidad, del amor y el desamor, de las victorias y las derrotas en las pequeñas cosas de la vida y en las grandes batallas de la civilización, un chaval de 10 años vive obcecado por los ‘gambozinos’, esos seres míticos que existen en el imaginario infantil, alimentados por la ingenuidad y la superstición popular. A propósito del título de este corto, Nicolau señala que el fenómeno del cine no es muy diferente del fenómeno de los ‘gambozinos’, al ser “una experiencia colectiva y exponencial de la imaginación”.

Esta concepción del cine es común entre los miembros de la tendencia, que entienden el cine como un ejercicio de imaginación colectiva en el es posible, como en la infancia, romper con lo ‘real’ o con sus reglas y convenciones sociales y normativas para soñar despierto. El mundo de la imagen sería entonces una realidad alternativa altamente fantasiosa, un deseo de evasión de lo real en la búsqueda del sueño, en el que felicidad es potenciada precisamente por el dispositivo cinematográfico. El cine es así fantasía e imaginación, pero también un ritual: igual que las narrativas de estas películas, el dispositivo cinematográfico tiene que ser ritualizado de manera que permita una transformación ‘verosímil’ de lo vivido hacia lo imaginado.

Se trata entonces de una tendencia en proceso de consolidación que ya ha merecido un creciente reconocimiento nacional e internacional, conquistando varios premios y menciones en el circuito de festivales. El jurado de Curtas Vila do Conde 2013, por ejemplo, también ha premiado estos dos títulos, distinguiendo Rei Inútil como mejor película de la Competición Nacional y Gambozinos con una mención especial en la sección Curtinhas. Este reconocimiento sirve para garantizar las condiciones de trabajo y financiación de estos cineastas, así como para reafirmar un núcleo temático y estilístico de películas que, en conjunto, van ganando cada vez más consistencia.

(1) Oliveira, Luis Miguel (2013): “Nos últimos dias de Vila do Conde viu-se a luz”, Público, 15 de Julho de 2013:

< http://www.publico.pt/cultura/jornal/nos-ultimos-dias-de-vila-do-conde-viuse-a-luz-26825506 >

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