GOING SOUTH, de Dominic Gagnon (II)

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Esta pieza ha sido elaborada durante el taller del Seminario de Crítica Feminista que organizamos en Play-Doc, Festival Internacional de Documentais de Tui 2018

Ojalá fuese sólo cine

Fue lo que afirmó una de las ponentes del taller de crítica feminista que transcurrió durante la 14 edición del Play-Doc. Como si el cine, o la cultura en general, pudiese, en algún caso, independizarse de la diferencia sexual. Tampoco en el caso de Going South (2018), la última película de Dominic Gagnon (Canadá, 1974) y segunda parte de una tetralogía que explora los cuatro puntos cardinales de Internet. Gagnon descarga y articula diversos vídeos procedentes de YouTube para componer un collage perturbador sobre una sociedad diluida, líquida, en última instancia.

En este sentido, Going South es una efectiva película de terror. No obstante, después de una primera aproximación a lo que es un auténtico retrato antropológico de la época que atravesamos, la ambigüedad del criterio de selección y del tratamiento diferencial de los diversos materiales -trans incluídxs- termina por cuestionar la intención de su autor. Casi nadie se levantó de la butaca; puede ser porque sus imágenes impresionan e incomodan, francamente: Going South da morbillo. Sin embargo, en los grupos de amigas siempre hay una aficcionada a YouTube. Esta persona, cuando hay un ordenador, insiste en poner un vídeo. Y un vídeo lleva a otro vídeo. YouTube da para tres mil películas pero esta particular parece tener una firma.

Precisamente, autor fue el concepto a través del que significar tal firma y afirmar la libertad del director frente a su contexto económico, social y político, inaugurando la Modernidad cinematográfica. Hoy es incluso un valor capaz de sustituir a la propia película: un fetiche de quien se limita a las lecturas estéticas, un nombre tras el que esconder las condiciones que rodean a la película. Dominic Gagnon performa polémica. Hay quien dice que es un inconformista. Cuando le preguntaron en el coloquio pos-visionado del Play-Doc por qué hacía las películas que hace respondió que porque él era libre. Gagnon pudo hacer Going South porque puede disfrazar su mirada de autoridad y vender su autoría; no obstante las mujeres quedamos excluidas del estatuto de autoras pues, removiendo en el acervo ilustrado, quedaríamos excluidas del quehacer intelectual.

Going South es el acto masturbatorio de un hombre canadiense. Por cierto: ¿a quién le importaría el cine si solo fuese cine?

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