EL CINE DE LAS ATOCHAS

PROPUESTA PARA UN CICLO VIRTUAL ·

Desde 2008, y hasta el pasado verano, A Coruña contó con un proyecto sociocultural que funcionó con total independencia de las instituciones de la localidad herculina. La ‘okupada’ Casa das Atochas nació con espíritu confrontador, para provocar la reflexión sobre los modelos de propiedad de la sociedad española, y la aceptación de un sistema que privilegia la vivienda como punto neurálgico de la cultura del confort.

En este sentido, entendieron que la cultura es política, de ahí la línea de sus actividades. El espacio procuró una agenda alternativa, abierta a la ciudad, en la que convivieron literatura, música, seminarios, talleres y, entre tantas cosas más, cine. Como complemento a su programación, y conscientes de que la experiencia no podía durar en el tiempo, sus responsables decidieron realizar un film colectivo que documentase el proceso.

En él, un conjunto de cineastas, escritores, periodistas y programadores culturales gallegos retratarían la vida del centro sociocultural con diferentes piezas, hiladas narrativa o metafóricamente. Explicar con brevedad lo que fue la propuesta no le haría justicia. En un intento de dar a conocer el proyecto, A Cuarta Parede mostrará durante el próximo mes los cortos que componen el trabajo, subiendo uno nuevo cada tres o cuatro días.

La idea es que esta sección, Procesos, funcione como una suerte de sala de cine virtual. Un espacio abierto al debate, en el que los creadores de cada fragmento explicarán su implicación en el proyecto y comentarán sobre su obra.

¡Un desalojo, otra ocupación!”, chillaban los asistentes a las manifestaciones convocadas contra el cierre del centro. Las Atochas ya no está abierta al público, no, pero el espíritu de esta experiencia revive estos días en un nuevo edificio, que en breve contará con una programación cultural semejante. La revista está documentando en vídeo el proceso de cambio del inmueble. Este material, montado, cerrará el ciclo que os presentamos, con un fragmento que quiere ser el epílogo de la película en cuestión.

Como hemos hecho desde el primer número, el vídeo irá acompañado de un extenso reportaje, que explique en profundidad el recorrido de la Casa das Atochas hasta llegar a los detalles de la realización del film.

27.11.2011 – Durante seis semanas, estuvimos dando a conocer las piezas que forman parte del proyecto, que se pueden consultar abajo.

Damos por cerrado el ciclo con la presentación de las dos últimas. La primera la podéis ver aquí. La segunda, un vídeo inicial que se hizo para presentar el proyecto, es ésta:

Más abajo, el resto de las piezas.

Esto no es más que un agradecimiento a los no conciliados.

A todas las gatas y gatos que se preocuparon por tener un espacio sin ningún tipo de intención o pensamiento empresarial. Una Casa en la que Lara Tigre vio filmes de Sembene, escuchó a Urro, compartió una cena con Lois Pereiro, debatió estrategias contra gente como Pablo Llorca y bebió con las amigas.

A las lechuzas y búhos que cada miércoles se reúnen en el Cineclub de Compostela.

Río arriba el tiburón (de río) tiene un trono de cemento que crece todos los días y va dejando río abajo cada vez más truchas de pie.

En Conxo, 3 de octubre de 2011, Lara Tigre.

Pd. En A Coruña, filmando la Casa das Atochas tapiada, P. y L.T. conocieron a un niño al que le habían robado el barrio. Hablaba como si fuese viejo.

Pd 2. No es fácil juntar una imagen con otra sin que parezca que cambias de canal en la televisión.  

Pd 3. Allí siguen el proyector, la bicicleta, la biblioteca o la guitarra, en una casa tapiada en la calle de Betanzos…

En el documental de los últimos años, la intensidad de títulos que subvierten la integridad del metraje original (remontaje, material encontrado, películas domésticas y biográficas, diarios y retratos, la paradoja del falso documental) determina trabajos experimentales que se atienen al desmontaje de las narraciones más trilladas antes que a la significación y objetividad históricas. Del cine de propaganda a la apropiación vanguardista, se rompió la barrera del simulacro del registro de la realidad a través de una expresión multimedia en expansión, que transgrede la ética de la imagen y la concienciación típicas de la no ficción.

En el film colectivo (perenne ‘work in progress’ sazonado por otras intervenciones artísticas) realizado sobre la Casa de las Atochas, el reto de conciliar creación artística y líneas de actuación sociopolíticas permitía trazar desde el inicio una indagación multidisciplinar, entendida a muchas escalas. Tal y como se lanzó en un primer momento, una exploración sobre “los procesos históricos, los movimientos civiles alternativos y las carencias de un audiovisual elaborado y exigente que intervenga en la realidad, al tiempo que retrate otras experiencias y formas de vida que arraiguen en la conciencia”. Una notable mezcla de materiales, formatos, puntos de vista y complejidades, que rompiese con los modos de tendencia panfletaria tradicionales y ofreciera una línea común de compromiso, tentativa de reflejo de experiencias socioculturales independientes, acompañado de la búsqueda de un lenguaje audaz, plural e iconoclasta.

Esta querencia aparentemente encontraba en el remontaje o apropiación -la piratería consumada- uno de los puntos de inflexión culminantes, al tiempo que un notable nexo con la idiosincrasia del lugar escogido. En este caso, una apropiación (fragmentaria, parcial) de la pieza de culto de la directora de vanguardia Maya Deren (1917-1961), Meshes of the Afternoon (1943), dibuja en su introducción (literal) en el espacio de una casa, golosas concomitancias con procesos políticos de intervención de corte autónomo y otorga -en la perspectiva poliédrica del proceso de construcción de un sentido narrativo, informativo y estético- un significado a la reveladora segunda vida de las imágenes.

Se trata de aprovechar una pieza rica y sugerente, adscrita a un proyecto pensado cómo móvil, dinámico, comunitario, lejos de ataduras y proyecciones estáticas, pasivas. La película quiere o quizás puede ser distinta siempre, una experiencia significativa, lúdica, liberadora. El trabajo está concebido como un ‘infiltrado’ a la inversa, un sujeto móvil y volátil -cual activista inquieto, hábil subversivo u honorable situacionista- entretejido entre las demás piezas como una marca de transición y desmembramiento de los modelos de representación vigentes, una recreación de los avatares en torno a la vivienda y los lugares del relato, que quiere huir de la pretensión totalizadora o de la infame solemnidad. En esta ocasión, podemos ver la parte de la pieza seleccionada en el orden que le da la propia Maya Deren.

José Manuel Sande

 

El lenguaje audiovisual es hoy imprescindible para llegar a ciertos sectores más o menos dinámicos de la sociedad. Información, divulgación, denuncia, crónica… en un momento en el que la información nos llega en exceso y la selección no es fácil para las receptoras. En el caso de la oKupación (en los textos anteriores ya se dice de sobra) la imagen que dan los medios de las oKupas está al servicio del poder económico y político (el poder político por lo general también obedece al económico).

El cine es directo y en la actualidad no hace falla ser una prestigiosa cineasta para desarrollar proyectos interesantes con más o menos medios. Tampoco creo en las normas del «gremio» y sí en la independencia y libertad total a la hora de desarrollar un trabajo en el tiempo, aun sin más material que un objetivo y un micro. La red permite divulgar (ya se sabe cómo funciona el negocio audiovisual, a más contactos, más premios y más reputación, y más dinero, y más y mejores críticas, etc.). Lo importante en una pieza es que comunique algo que pueda ser de interés, que no es lo mismo que le vaya a interesar a la sociedad en global, que normalmente prefiere consumir producto desgranado y dócil. ¡Añadir que el negocio es el negocio, la militancia es militancia y el trabajo trabajo! Imagino que se me entiende. ¡A mí me interesa contar lo que a la minoría que controla el poder quiere esconder! Sea a nivel local o a nivel global, sin alarde de gran pieza artística. Pero todo es interesante mientras no moleste o sea irrespetuosa, tendenciosa, malintencionadamente!!

Militancia es la de la gente que estuvo implicada en la Casa de las Atochas, muchas de estas personas esperan un juicio injusto a priori por denunciar las prácticas especulativas y mafiosas en lo que se refiere a la vivienda. Lo mismo que ocurre en Palavea ahora, donde echa a andar un proyecto parecido, abierto, con la intención de recoger esa nueva experiencia y así, darle continuidad al trabajo iniciado años atrás en el terreno de la oKupación.

Así, en esta pieza, lo realmente importante es la sinceridad con la que estoy seguro respondieron las entrevistadas y las reflexiones en voz alta, la autocrítica, el análisis, en definitiva, de unos hechos y la incógnita del qué pasará en adelante.

Una tarde de rodaje deprisa y corriendo con la ayuda de una cámara y un micro, de Miguel Castelo y de Rosabel Candal. En las conversaciones, sintetizada una idea: las personas implicadas en OKUPACIÓN que yo conozco en Galicia a lo largo de los años no tienen ese perfil que medios de desinformación nos intentan colar.

El vídeo es un arma de lucha contra el control y la represión, ¡¡¡pero ten tino que no te coja la policía en un callejón oscuro y solitario al final de la jornada o de la protesta con tu videocámara!!!

Xosé Bocixa

 

Esta pieza no acontece en A Coruña, sino en Compostela. De este tipo de “filmes conjuntos” siempre me gustaron los que se salían de la norma, por ejemplo en 11-S, me gustó mucho la pieza de Ken Loach sobre el golpe de estado en Chile. Siempre me ha intrigado el término de “casa encantada”, una excelente denominación para una casa okupa.

En Compostela ha habido una larga sucesión de estos locales, el cierre de una fue sucesivo de la apertura de otra y la que se clausura queda señalada con una marca que la identifica como predio que en su día fue ocupado. Esta señalización sirve de recuerdo de lo que fue. Se transforman en “placas” de monumentos, “carteles” de obras de arte o “vértices geográficos” de un territorio. Y es ahí donde incide mi atención, en esas señales de documentos, de condensadores de Historia, de transmisión de significados, como es, en definitiva, esta propia película.

Este interés entronca directamente con mi preocupación de puesta en valor de lugares que nadie sabe apreciar en toda su magnitud; hay un parentesco claramente marcado con mi mediometraje 36/75, que trata sobre los lugares de la memoria de la Guerra Civil. Finalmente hago referencia al papel de la dinamización cultural con un final lleno de humor. Un elemento este que, por lo que a mí respeta, es un excelente arma política.

Xurxo Chirro

 

No sé si debería hablar yo de esta pieza, porque en ella participó mucha gente: mi intervención fue la de repensar unas imágenes que me vinieron dadas y, otra vez, esto entronca con mis últimas preocupaciones: el “archivo revelado”. Después de muchas vicisitudes, llegaron a mis manos distintos archivos de imagen de diferentes cámaras. Hubo una primera versión apresurada, de un día para otro, para celebrar la presentación del proyecto en Compostela. Vi el material y sabía que daba para más. Me interesaba la inmediatez de las imágenes, su intensidad del presente del acontecimiento, la enunciación de la mirada, su nivel contemplativo y, como no, el humor que transmiten de los comentarios de los ‘cameraman’ ocasionales. Finalmente, también hay cierto juego virtuoso con la realización de un contracampo que habla, bien claro, de las interpretaciones y de los puntos de vista y del papel de las imágenes para documentar la incertidumbre de nuestros días.

Xurxo Chirro

 

Hay una parte del cine que tiene que ver con el conocimiento, con ser capaces de sacar conclusiones distintas sobre algo concreto a partir de observarlo desde una perspectiva diferente a la que podemos tener mayoritariamente. Perspectiva mayoritaria que muchas veces no tiene que ver con convicciones reales, sino que nos viene impuesta por otros criterios, fundamentalmente económicos.

Así, en lo referente a la ‘okupación’, se juzga mayoritariamente como una actividad ilegal sin más, sin entrar a valorar datos como que en Galicia tenemos una de las mayores densidades de viviendas desocupadas de Europa, sin cuestionarnos que el precio medio de un alquiler cuesta más del 60% de un salario mínimo, sin preocuparnos de los incumplimientos de las leyes patrimoniales, de la cantidad de inmuebles abandonados y de las condiciones en las que llegaron a manos personales, y así un largo etc.

Todo queda simplificado al hecho de que una serie de personas ocupen un edificio que no es suyo. Nos resulta inadmisible que alguien vulnere la propiedad privada, sin embargo muy pocas veces nos cuestionamos si las prácticas que se realizan con propiedades privadas van en nuestro propio perjuicio.

Por esta razón, la intención de este filme es colocarnos en otro punto de vista y pensar que quizás algo pueda cambiar en la percepción de quien la vea. No conseguiremos acabar con la especulación, pero el simple hecho de poder cuestionarse la realidad existente hace que haya merecido la pena.

Marcos Nine

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