PUENTES, IDEAS A AMBOS LADOS DEL ATLÁNTICO

programa puentesEl programa Puentes impulsado por la EAVE, fomenta la coproducción de largometrajes entre Europa y Latinoamérica, con dos talleres presenciales al año

En 2009, la EAVE (European Audiovisual Entrepreneurs), una organización destinada a fomentar la cooperación, el trabajo en red y la formación entre productores cinematográficos de Europa y otras regiones del mundo, puso en marcha el proyecto Puentes, destinado a acercar ambas orillas del Océano Atlántico. “Si alguien tiene una idea de coproducción entre cineastas europeos y lationamericanos, ya sea por cuestiones de rodaje, de guion o de logística, nosotros podemos facilitársela”, explica Agustina Chiarino, coordinadora del proyecto desde Montevideo y representante de la productora Mutantes Cine.

Puentes se celebra dos veces al año, una en cada continente, y consiste en un taller presencial, de cuatro o cinco días de duración, al que asisten diez productores – cinco europeos y cinco latinoamericanos – que podrán desarrollar y orientar sus proyectos de largometrajes de ficción mediante el contacto con expertos, distribuidores, agentes de ventas e inversores potenciales. En sus inicios, era iniciativa itinerante que se hacía coincidir con distintos festivales, como el Bafici o el Festival de Gijón. Sin embargo, desde 2012, EAVE tomó la decisión de que el taller americano se desarrollase de forma independiente y, para ello, buscó la cooperación de la productora uruguaya Mutantes Cine, que desde entonces se ha convertido en su socio habitual. La cita europea, no obstante, continúa funcionando como al principio y aún el año pasado se integró en el Festival de Locarno.

Esto se lleva a cabo a través de sesiones de grupo, en las que todos los participantes, con la ayuda de moderadores, discuten las potencialidades de cada largometraje, desde cuestiones prácticas del rodaje hasta cuestiones relacionadas con el guion o el marketing. También se llevan a cabo encuentros cara a cara con distintos expertos, en los que se analiza lo que funciona y lo que no en cada propuesta. Finalmente, se celebran algunas conferencias abiertas abiertas al público, sobre cuestiones generales.

¿Quién puede participar en el programa Puentes? Solo productores residentes en Europa o Latinoamérica y con experiencia profesional acreditada, bien en el circuito comercial o bien en festivales. Deben haber desarrollado al menos un proyecto cinematográfico anterior y presentar una idea de largometraje de ficción, que será evaluada por una comisión mixta. Cortometrajes y documentales quedan fuera del ámbito de esta iniciativa. La solicitud puede realizarse a través de un formulario disponible en la página web de EAVE. En el mes de julio se abrirá el proceso de inscripción para el último taller de 2014, que se celebrará en Montevideo a finales de año, al que asistirán las diez propuestas seleccionadas.

Puentes es totalmente gratuito para las personas seleccionadas, incluyendo el viaje y la estancia, gracias al patrocinio de MEDIA Mundus y de entidades locales como la Universidad Católica de Uruguay o el Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay.

'Historia del miedo', que está siendo uno de los éxitos del cine latinoamericano en este 2014, se benefició del programa en 2011.

‘Historia del miedo’, que está siendo uno de los éxitos del cine latinoamericano en este 2014, se benefició del programa en 2011.

Siembra ideas, no dinero

Sin embargo, una vez finaliza la estancia, es cosa de cada productor aprovechar la información recibida para sacar adelante su trabajo. En palabras de Agustina Chiarino, Puentes “no aporta medios técnicos ni financiación, es un workshop de capacitación y de vínculo que estimula el desarrollo de los proyectos y ayuda a darles forma desde su inicio”.

Los datos oficiales de EAVE indican que, entre los proyectos que se convierten en realidad gracias a Puentes, el 84,6% se han exhibido en festivales internacionales y el 69% entraron en el circuito de distribución comercial. La organización asegura que Puentes es “uno de los programa más relevantes y exitosos para desarrollar coproducciones entre Europa y Latinoamérica”.

Este mismo año se han estrenado tres largometrajes que salieron adelante gracias al intercambio de ideas en Puentes 2011. Se trata de Historia del miedo, coproducción argentina, francesa, uruguaya y griega, dirigida por Benjamin Naishtat, que se estrenó en la sección competitiva de la Berlinale y que ha sido seleccionada para San Sebastián, Karlovy Vary e IndieLisboa, entre otros muchos festivales; de la hispano-mexicana Todos están muertos, de Beatriz Sanchís, premio del jurado en el último Festival de Málaga; y de Feirado, del director Diego Araujo y realizada entre Ecuador y Noruega, que se exhibió en la sección Generation 14 Plus de la Berlinale. Otros títulos surgios de Puentes, en sus cinco años de vida, son Tres, de Pablo Stoll (Uruguay, Alemania, Argentina y Chile), que se estrenó en la noche de los directores en Cannes 2012; Gloria, de Sebastián Lelio (Chile y España); Tanta agua, de Ana Guevara y Leticia Jorge (Uruguay, México, Holanda y Alemania) o Polvo, de Julio Hernández Cordón (España, Guatemala, Chile y Alemania), todas ellas premiadas en distintos festivales1.

Colaboraciones duraderas

Agustina Chiarino señala que “se busca la calidad de los largometrajes, pero también se presta atención a que el grupo de participantes pueda funcionar como equipo y sean capaces de mantener un rico intercambio entre ellos, Lo hacemos así porque nuestros talleres se centran en desarrollar proyectos concretos, pero también en cuidar y potenciar el perfil de los productores. Queremos crear vínculos y relaciones a largo plazo entre las personas que toman parte en Puentes, que puedan seguir dando frutos en el futuro. Una película, un rodaje, es algo puntual, pero de él pueden surgir contactos duraderos”. Habla por experiencia, ya que ella misma participó en el programa antes de ser coordinadora, con dos proyectos que salieron adelante, las ya mencionadas Tres y Tanta agua.

Desde Montevideo, Agustina Chiarino asegura que América Latina está viviendo un buen momento para sacar adelante proyectos cinematográficos, ya que “al contrario que en Europa, el modelo de subvenciones y financiación con fondos públicos está resurgiendo”. Incluso surgen iniciativas de cooperación entre países vecinos, que vienen a suplir la escasez de propuestas desde el otro lado del Atlántico, donde la crisis económica ha reducido drásticamente las coproducciones.

Países como Chile, Colombia o Brasil han puesto en marcha fondos específicos para coproducciones y producciones cinematográficas, que no solo ofrecen financiación, sino también exenciones de impuestos, siempre que se ruede en el país y se trabaje con técnicos y empresas nacionales.

Para los proyectos independientes, más de corte autoral, lo habitual es recurrir a convocatorias de ayudas y becas, que no son raras en Argentina y Uruguay. Sin embargo, no es raro el caso de las películas que comienzan a rodarse y luego nunca se terminan. Por eso, muchos festivales están poniendo en marcha iniciativas para el impulso de estos work in progress”, añade Chiarino. El Bafici, en Buenos Aires; el festival de Valdivia, en Chile, o los de Guadalajara y la Riviera Maya, en México, son algunos ejemplos.

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1 El listado de películas desarrolladas a partir de este programa, puede consultarse en este documento (en inglés).

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