THE ASSASSIN, de Hou Hsiao-Hsien

Hou Hsiao-hsien vuelve al cine ocho años después de su anterior largometraje. Según la producción del director en estos últimos años, encontramos puntos de contacto con los filmes anteriores, ya que The Assassin (2015) recupera la ambición formal de dos obras tan pretenciosas como Millennium Mambo (2001) y Tiempo de amor, juventud y libertad (2005), supone un homenaje a una cinematografía (en principio) ajena a la suya pero de gran influencia en su estilo como antes fueron Café Lumière (2003) y El vuelo del globo rojo (2007) y sirve de reflexión sobre la transmisión de la tradición, como los cortometrajes para obras colectivas The Electric Princess House en Chacun son cinéma (2007) y La Belle Epoque (1992), en 10+10. 

The Assassin es un filme histórico adscrito a la wuxia china, consistente en relatos que combinan el melodrama histórico con las artes marciales, la espada, la brujería y los héroes. El género, procedente de la literatura, alcanzó un notable desarrollo en el cine y la televisión, y desde el notable éxito internacional de Tigre y Dragón (2000), parece que se convirtió en un rito de paso hacia la madurez para la mayor parte de grandes autores no sólo chinos, (como Zhang Yimou o Chen Kaige), sino también taiwaneses (Hsiao-hsien, Ang Lee) o hongkoneses (Wong Kar-wai). (1)

Película de arrebatadora belleza formal, The Assassin es una contribución muy personal al género, resultando una cinta por momentos mucho más cercana al drama histórico que el director cultivaba en los años 90 que al resto de aproximaciones a la wuxia de sus contemporáneos. Hou-Hsiao-hsien confesaba en una entrevista que prefería hacer una película en la que los personajes non volasen, que no pudieran desafiar las leyes de la gravedad. Este apego por mantener los pies en la tierra lo aleja de las fantasías de aventura que Lee y Kaige cultivan en Tigre y Dragón o La Promesa (2005).

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La precisa ambientación y reconstrucción de escenarios históricos, las cuidadas y detallistas planificación y fotografía, el trabajo sobre el lenguaje y la enunciación hicieron que algunos  tacharan la película de fría y esteticista. Pero la aproximación del director taiwanés no pretende epatar al público mediante la espectacularidad de las imágenes (como si pretenden hacer los filmes de Yimou, Lee y Kaige) sino procurar una atmósfera previa de veracidad que le permita buscar la espontaneidad y la naturalidad en el momento de la filmación.

La cinta de Hou Hsiao-hsien se basa en uno de los relatos más célebres del escritor chino Pin Xian, Nie Yinniang (extraído de sus Cuentos de los Extraordinario) que narra la vida de una chica secuestrada de su seno familiar por una monja y entrenada para convertirse en una de las más grandes asesinas de la época de la dinastía Tang. El referente literario le sirve al director taiwanés de marco inicial a partir del cual exponer su reflexión sobre la wuxia. El inicio, filmado en blanco y negro, es una transposición casi literal del cuento; el paso a color marca el despegue del relato original para introducir un nuevo desarrollo de los acontecimientos más cerca da la historia medieval china. Pero, al contrario de lo que sucede con las terribles películas reaccionarias de Zhang Yimou, The Assassin es una obra capaz de reflexionar sobre la muerte en términos morales.

Mientras Hero (2002) justifica el homicidio y el asesinato selectivos como método de protección social y La maldición de la flor dorada (2007) deshumaniza a los soldados en las masacres (filmados más como insectos que como personas) la cinta que nos ocupa pone sobre la mesa una seria reflexión sobre la legitimidad de quitar una vida, y precisamente se separa de su referente literario en la primera negativa de la protagonista a llevar a cabo un asesinato que le había sido encomendado. Así, el asesinato no tiene tanto que ver con el hecho de matar a alguien como con la observación, el estudio y el planteamiento de cómo, cuándo y por qué debe morir.

Los objetivos de las muertes que le encarga la monja a la protagonista, las intenciones políticas del gobernador militar de Weibo y sus asesores, la identidad de la otra asesina enmascarada se apuntan de modo muy sutil. La escena central del filme tiene lugar en la cámara privada del gobernador Tian Ji´an y su esposa, vigilados por la protagonista de la película entre las luces tenues y los reflejos. Más allá del espectacular efecto estético que consigue Hsiao-hsien, el uso de las cortinas y telas como elemento de distorsión de la visión subraya la compleja trama de intrigas de corte, vigilancia y observadores silenciosos.

Así, el difuso triángulo entre el gobernador, su esposa y la asesina queda establecido y las decisiones que cada un de ellos tome tendrá consecuencias en el ámbito personal y político,  tengan que ver con enviar a la provincia a un posible conflicto armado, asesinar una concubina por asegurar la descendencia propia o cumplir con la misión de un asesinato encomendado por el bien del imperio. En la misma escena central podemos encontrar una prolongación de la historia de amor entre los múltiples personajes que Shu Qui y Chang Chen interpretan en Millennium Mambo y Tiempos de amor, juventud y libertad, ya que la elección de los actores no parece casual.

Así, The Assassin mezcla los conflictos entre la capital del imperio y las provincias, las intrigas de corte, el melodrama de corte moral y el metadiscurso sobre el propio género de la wuxia en cada escena, siendo una película de gran densidad discursiva cuyo minimalismo en la puesta en escena (a parte de los decorados y el vestuario) da como resultado una obra difícil, poco obvia, áspera por momentos, pero muy generosa de cara a relecturas y nuevos visionados, con un discurso sobre las implicaciones de provocar una muerte normalmente ajenos no solo a su género, sino extensibles a casi todo el cine de acción oriental.

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1 Si bien Ashes of Time precede en más de cinco años al filme de Ang Lee, su recuperación y remontaje en forma de Ashes of Time Redux tiene algo que ver con la aceptación de la wuxia en este milenio por el espectador occidental.

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