Cinefilia & crítica en la red: Un debate digital (I)
En mayo y junio de 2006 Miradas de Cine publicó un completísimo dossier sobre crítica cinematográfica que analizaba, a través de más de una quincena de entrevistas y una decena de artículos de opinión, “el estado de las cosas” en el mundo de la crítica tras el primer lustro del nuevo siglo. En aquel amplio estudio, referencia indispensable para muchos de los cinéfilos hispanohablantes de la era digital, comenzaba a atisbarse (aunque aún de un modo tangencial) una de las cuestiones que más interrogantes ha suscitado durante los últimos años en el cosmos cinematográfico: la influencia de Internet a la hora de engendrar una nueva cinefilia, renovar la experiencia cinematográfica y reconstituir la práctica de la crítica de cine.
Así, en la primera entrega de aquel dossier Manu Yáñez Murillo afirmaba en su reportaje ‘Sobre una crítica internacional’ que Internet había “abierto la posibilidad de expresar reflexiones e impresiones desde una nueva tierra de nadie”. El australiano Adrian Martin, por su parte, consideraba que la red había redibujado el «mapa del cine global», dispersando el influjo de una “autoridad” que hasta entonces había estado “demasiado estrechamente circunscrita a un puñado de ciudades, revistas, festivales y críticos”. Mientras que Jonathan Rosenbaum, sin embargo, prevenía también de los riesgos que puede ocasionar la imprecisión de la criba que impone la red de redes: “algunos de los más valiosos críticos están perdidos para la historia porque sus artículos más relevantes no han aparecido aún online (…) y cuando dejamos que nuestra tecnología haga nuestras elecciones críticas por nosotros, llegamos a estar mutilados por las consecuencias”.
Desde la publicación de este dossier, hace ya media década, Internet ha ido introduciéndose con creciente frecuencia e influencia en las discusiones en torno al presente de la crítica cinematográfica, originando trabajos tan significativos como el reportaje ‘Film Criticism in the Age of the Internet: A Critical Symposium’, publicado por la revista Cineaste en otoño de 2008.
Con motivo del especial sobre crítica que publicamos en la sección Panorámica del presente número de A Cuarta Parede, hemos querido invitar a participar en un debate a colegas de diferentes medios especializados que, al igual que nuestra jovencísima revista, han nacido con y en Internet. Así, organizamos un debate digital a través de Facebook (con todas las ventajas e inconvenientes que ello constituye) en el que participaron Óscar Brox (Détour), Gerard Casau (Contrapicado), Fernando Ganzo (Lumière) y Elena Oroz (Blogs&Docs). El objetivo de este debate era el de deliberar juntos acerca de la función que desempeña la crítica en el panorama cinematográfico contemporáneo y el lugar que ocupa en el amplio terreno de la teoría fílmica, prestando especial atención al modo en que ha sido influenciada por las nuevas tecnologías digitales como indispensable fuente de información, canal de comunicación y plataforma de expresión.
De este modo, hemos editado dos extensos artículos que aúnan una selección de los principales asuntos y argumentos que surgieron durante el debate. En el primer texto, que incluimos a continuación, nuestros participantes analizan el modo en que Internet ha contribuido a la forja de una nueva cultura fílmica y a la mutación de la práctica de la crítica cinematográfica, propiciando la proliferación de nuevos medios digitales como los propios Blogs&Docs, Contrapicado, Détour o Lumière. Así, los cuatro explican los motivos y circunstancias que posibilitaron el nacimiento de sus respectivas revistas, así como, especialmente, el modo en que cada una de ellas incorporó las potencialidades que ofrece Internet. El segundo artículo, que publicaremos en nuestro próximo número, se centra en determinar las funciones que debe cumplir y los retos que debe asumir la crítica cinematográfica contemporánea, así como la discusión en torno a cuestiones como la disolución dun modelo de cine “único” o las consecuencias de la atomización en el campo de crítica provocada por la asequibilidad de la red.
Desde la dirección de A Cuarta Parede queremos agradecer la participación e implicación en esta iniciativa a Óscar Brox, Gerard Casau, Fernando Ganzo y Elena Oroz, a quienes cedemos la palabra a partir de este momento reproduciendo la primera parte de un debate en el que nuestra función se limitó a proponer e estimular temas de discusión, pero cuya evolución fue determinada por el compromiso y las inquietudes de los propios participantes.
En primer lugar, les pedimos que nos explicasen la coyuntura y motivación que originaron el nacimiento de las cuatro revistas, así como los objetivos y cometidos que habían asumido cada una de ellas:
ÓSCAR BROX: Détour surgió como la continuación de un proyecto de revista que acabaría frustrándose. Teníamos muy claro que queríamos crear un medio que aspirase a recuperar una serie de valores que se habían diluido en la escritura cinematográfica. Nuestra intención era la de devolver a la escritura el peso de las emociones y las intuiciones, hacer pública esa escritura íntima y privada y utilizarla como una herramienta perfecta para transmitir nuestra idea de lo que significa el cine. No confiamos demasiado en las líneas editoriales, por su potencial para acabar encerrando a una revista en unas coordenadas determinadas, por lo que preferimos fomentar el intercambio de ideas, el diálogo, la conversación y el pensamiento entrecruzado. Por experiencia, esta es la clase de vía que más ha enriquecido y contribuido a nuestra manera de ver y entender el cine.
ELENA OROZ: Blogs&Docs surgió en 2006 de la unión de dos blogs dedicados al documental (reserovoirdogs, de M. Martí Freixas y cinedocumental.com, mío). Ambos estábamos interesados en el documental de creación y creíamos que había un importante hueco que era necesario llenar. Así fue como creamos la primera revista dedicada al cine de no ficción.
No queríamos centrarnos en los estrenos de cine, ya que creíamos que lo más interesante estaba pasando fuera de las salas: en festivales, en museos, en proyecciones en centros cívicos o en algún programa televisivo. Por eso, desde el principio, decidimos «dilapidar jerarquías». En nuestro primer número, por ejemplo, hablamos de autores como Andrés Duque, Gustav Deutsch, Adán Aliaga o Joaquím Jordà.
Éramos un grupo de gente formada en el Máster de la UAB y la mayoría querían hacer documentales, no escribir sobre ellos. Por ello, en cierto modo, me gusta pensar que Blogs&Docs también ha sido una plataforma para gente que quería escribir sobre documental. Como empeño personal, también era importante para mí que escribieran mujeres en la revista. Queríamos ser un medio paritario y romper la dinámica de este país, donde el 95% de los críticos son hombres.
GERARD CASAU: Contrapicado nació a principios de 2005 con el nada heroico propósito de tener una coartada para acreditarse en el festival de Sitges, con un equipo de edición formado por Stefan Ivančić, Daniel Ureña, Carlos Balbuena y Enrique Aguilar. Yo comencé a colaborar en la revista a finales de 2006. Tras una serie de reorganizaciones internas, llegamos a la situación actual, con Enrique Aguilar y Albert Elduque como editores y un consejo de redacción formado por Cloe Masotta, Manuel Garín y yo mismo.
El nombre de la revista se mantiene, pero ha cambiado su apariencia y funcionamiento, además de matizar su filosofía para alejarla progresivamente del seguimiento estricto de la actualidad y centrarse en una idea más global de la escritura sobre cine. Uno de los puntos fuertes de la revista es la disparidad de voces que en ella habitan. Así, el primer número de esta nueva etapa tiene como texto central una serie de reflexiones sobre esa íntima revelación cinematográfica de la que habla Alain Bergala, algo que se puede leer como una declaración de intenciones.
FERNANDO GANZO: Respuesta típica: Decidimos crear Lumière porque no había ningún medio en el que tuviésemos ganas de participar. No existía gesto crítico fuerte alguno en la prensa española, ni un medio que abordase plenamente las películas que nos interesaban.
Respuesta atípica: Creamos esta revista para, entre nosotros, enriquecernos mutuamente a través de la escritura, lo cual venía a ser, a nuestro modo de ver, una forma de completar nuestra experiencia cinematográfica.
El momento determinante para el nacimiento de Lumière fue una edición del festival de Gijón en la que coincidimos varios de nosotros. Puede ser importante saber que, del núcleo que compuso la revista, todos éramos «de provincias», por lo que creo que el gesto de dar nacimiento a algo común tiene aún más significado. En consecuencia, nos propusimos una línea editorial en la que intentamos ligar una inquietud por las películas sobre las que trabajamos con una exigencia en el nivel de la escritura, permitiendo así la manifestación de pensamientos más sólidos, que vayan más allá del mero comentario individual de películas.
A continuación pedimos a nuestros participantes que nos explicasen el modo en que cada una de las revistas había incorporado las herramientas que posibilita Internet, así como las posibilidades y los desafíos que ofrece la red frente al papel.
ELENA OROZ: Una de las prioridades que establecimos al crear Blogs&Docs fue utilizar todas las potencialidades de Internet, algo que tuvimos muy en cuenta a la hora de diseñar nuestros contenidos. Así, optamos por hacer las entrevistas en vídeo, además de tener una sección (Docs on line) que sirva de escaparate a documentales que se pueden ver en la red o proyectos surgidos por Internet. También ideamos la sección Vlog. La idea fue simple: si las revistas en papel tienen una foto de portada, nosotros tendríamos un vídeo de portada. Con el paso del tiempo esta sección ha ido cobrando importancia y se ha convertido en un escaparate para creadores independientes que nos parecen fundamentales. A menudo son piezas híbridas, muchas veces más cercanas al experimental que al documental y que destacan quizás por su carácter lúdico.
ÓSCAR BROX: Al llevar poco tiempo de vida, todavía estamos descubriendo las posibilidades que ofrece la red para comunicar y difundir nuestros contenidos. Sin embargo, plataformas como Facebook o Twitter nos permiten crear una red que nos sirva como soporte y canal de todas las actividades que tienen lugar en la revista. El hecho de que sea un soporte que garantice la inmediatez fomenta que las revistas se desarrollen más rápido, pulan más rápido los defectos y puedan ofrecer contenidos más interesantes a medida que avancen número a número.
Es evidente que una revista digital no puede funcionar jamás como una revista en papel subida a la red, por lo que dedicamos un tiempo importante a trasladar la experiencia de la lectura de un formato a otro. No queremos fallar en ese punto, ya que fallar en la noción de lectura en Internet significa defraudar a quien escribe.
GERARD CASAU: Hasta ahora Contrapicado no ofrecía demasiadas posibilidades en lo que se refiere a feedback, algo que pretendemos que cambie con el nuevo diseño de la revista. En esta nueva etapa de la revista abriremos un blog que funcionará en paralelo a la web y servirá de apéndice y complemento a los contenidos de la revista. En él habrá textos más breves y espontáneos, ligados a lo que ocurre en presente, e incluso ajenos a lo estrictamente cinematográfico. Será un espacio orgánico, más adecuado para que se establezca el feedback y el diálogo. Las discusiones sobre cine siempre serán más interesantes en un bar y, aunque la tecnología todavía no nos permite servir cañas virtuales, nos gustaría que el blog fuera ese espacio orgánico en el que surgen digresiones sobre lo divino y lo humano.
FERNANDO GANZO: Pese a su gran utilidad, Internet no es más que otra herramienta. Al fin y al cabo, el punto fuerte de la crítica es la escritura. En nuestro caso la incidencia es aún menor puesto que el núcleo de la revista es el ejemplar en pdf que todo el mundo puede descargarse, imprimir y leer de forma corriente.
Lo que sí aporta Internet es una mayor exigencia, principalmente por tres vías:
a) Soportes: la posibilidad de incluir vídeos nos hace sentir la responsabilidad de hablar con los cineastas, de grabarlos y crear un trabajo de documentación.
b) Difusión: la inmediatez de las crónicas establece una relación distinta con el lector, permitiéndole intervenir a nivel de reflexión en plena evolución del evento.
c) Archivo: la posibilidad de un almacenamiento, de un posible servicio de documentación, siempre extensible. Es el caso de nuestro site Straub/Huillet.
A modo anecdótico, quiero señalar la constante imprecisión que ejercemos al responder este tipo de preguntas sobre la red, ignorando la aportación del correo electrónico, la más decisiva que ha dado Internet, la que más ha condicionado el trabajo cotidiano. ¡Cuánto tiempo nos pasamos contestando correos cuando podríamos estar viendo películas!
ÓSCAR BROX: Es cierto que el correo electrónico quita tiempo e impone cierta disciplina, pero es una herramienta imprescindible para reforzar ese sentimiento de pertenencia que necesitan redacciones deslocalizadas como las que forman la mayoría de revistas digitales. La comunicación por mail, chat o cualquier otro sistema promueve la posibilidad de unir lazos, ahondar en gustos compartidos y, sobre todo, explicitar los objetivos. Consolidando un grupo, generando los suficientes estímulos como para que sus miembros se identifiquen y hagan suyos los objetivos, porque así lo quieran, se consigue superar esa etapa crítica en la que la revista está sumida en el maremágnum de reivindicar su identidad.
ELENA OROZ: Coincido con Fer en dos aspectos que considero fundamentales: los costes y la cuestión del archivo: el mínimo coste y la flexibilidad de la herramienta permiten la creación de estas iniciativas amateur y que se puedan compaginar con nuestras múltiples actividades laborales y/o académicas.
Con Internet las fronteras son únicamente las lingüísticas y en nuestro caso tenemos bastantes lectores y suscriptores de América Latina. Conscientes de ello, en la medida de nuestras posibilidades, también tratamos de prestar especial atención al documental latinoamericano. La posibilidad de crear redes y realizar un trabajo más exhaustivo en este sentido es algo que tenemos en mente.
El archivo también nos parece un factor fundamental. Buena parte de nuestros lectores llegan al medio a través de los buscadores. La lógica por tanto no es la de la sustitución (un número por otro), sino la de la acumulación. Es algo que permite que los contenidos sigan «vigentes».
FERNANDO GANZO: Internet, en ese sentido, empuja a la exigencia de ser inquietos. Recuerdo la historia (tal vez con inexactitud) de que cuando Godard aún escribía en Cahiers du Cinéma hizo un viaje (creo recordar que a Canadá) y vio una película. Llamó a la redacción y dijo que iba a escribir sobre ella, pese a ser una película que seguramente no tendría difusión. Escribió sobre ella sabiendo que, probablemente, ningún lector de la revista habría visto la película, y que, en el mejor de los casos, tardarían años en verla. La película era Scorpio Rising.
ÓSCAR BROX: Sin duda los contenidos que generamos son los que, tarde o temprano, definen la identidad de nuestros respectivos proyectos. Frente a la inmediatez de Internet hay que recalcar el carácter abierto de las revistas. En ese sentido, considero una prioridad fomentar el feedback entre los mismos contenidos de la revista, es decir, que se muestre ese desarrollo o ese camino que tomamos y que modulamos en cada nuevo número. No se debe aceptar la cláusula del “ya está todo dicho”, porque de esa manera sólo abonamos el carácter consumible de nuestros contenidos.
ELENA OROZ: Me parece que la cuestión más problemática es la de la inmediatez. Es algo que nos hemos planteado de cara a renovar la revista y cambiar su periodicidad. Nuestra intención a partir de julio es que la revista sea bimestral, lo que nos permitirá privilegiar el análisis y ser más reflexivos. En este punto me gustaría citar algunas cuestiones que se planteaba el colectivo Zemos98, en lo que considero un certero diagnóstico de nuestro panorama cultural: “¿Es el overbooking cultural un nuevo problema de las ciudades contemporáneas? ¿Estamos reflexionando o estamos generando artificios reflexivos? ¿Debe el pensamiento crítico hacer marketing de sí mismo? ¿Por qué nos atrae lo nuevo? ¿Escribimos nuestra propia historia o generamos consumibles comunicativos? ¿Queremos llegar antes o ir más deprisa? ¿Cuesta cada vez más pensar?”.
De cara a una segunda etapa en nuestra revista, hemos tratado de responder a estas cuestiones asumiendo algunos de los retos de la crítica contemporánea:
• La necesidad de especialización, de ahí que abordemos fundamentalmente la no ficción.
• La necesidad de reflexión, de ahí nuestra nueva periodicidad.
• La necesidad de posicionarnos a partir de nuestro entorno más inmediato (de ahí la importancia que se presta al audiovisual estatal).
• Ofrecer nuevas perspectivas teóricas y críticas, trasladando los debates teóricos más importantes en torno al documental que tienen lugar fuera de nuestras fronteras a un contexto local.
Por su propia particularidad, en el documental convergen aspectos que son artísticos, sociales y políticos. Por ello, contemplamos las películas documentales como artefactos culturales en un sentido amplio.
Para leer la segunda parte de este debate, haz click aquí
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ÓSCAR BROX nace en Valencia en 1983. Tras licenciarse en filosofía se dedica a perseverar en la escritura. Además de ser co-editor de la revista Détour participa en revistas digitales como Miradas de cine o Shangri-La, y colabora con los libretos críticos de Avalon.
GERARD CASAU nace en Barcelona en 1985. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universitat Pompeu Fabra, actualmente está cursando el Máster en Estudios de Cine y Audiovisual Contemporáneos en la misma universidad. Busca profundizar en las posibles relaciones entre cine y música, sus dos pasiones. Forma parte del consejo de redacción de la revista on line Contrapicado y colabora regularmente en Rockdelux tanto a nivel escrito como con piezas para su web. Su firma también ha aparecido en publicaciones como Blogs&Docs, Dirigido por…, Miradas de Cine, Time Out Barcelona o Transit.
FERNANDO GANZO nace en Santander en 1982 y reside en París desde 2008. Es codirector de la revista Lumière y ha colaborado en publicaciones como Trafic y Vertigo. Investigador de la Universidad del País Vasco, es también autor de varios cortometrajes (el último de ellos, Je l’entends encore, una adaptación libre de Jean Cayrol), y de un largometraje (Les vieilles chansons).
ELENA OROZ nace en Soria en 1978. Estudia Comunicación Audiovisual con la intención de convertirse en periodista radiofónica hasta que en cuarto de carrera descubre que la realidad se ve mejor enmarcada en un monitor. Esto la llevó a cursar el Master en Documental Creativo de la UAB (donde quedó fascinada por Bill Nichols y sus modalidades de representación) y, desde entonces, su trabajo ha permanecido vinculado al documental: como productora, guionista, docente y crítica. Co-fundadora y co-directora de la revista on line Blogs&Docs, también ha colaborado con las publicaciones Secuencias. Revista de Historia del Cine, Cahiers du Cinema. España, el suplemento Cultura/s de La Vanguardia, y en los libros Cine directo. Reflexiones entorno a un concepto (Madrid: T&B, 2008), Realidad y creación en el cine de no-ficción (Madrid: Cátedra, 2010) y .doc (San Sebastián, 2010). Es co-editora de los volúmenes La risa oblicua. Tangentes, paralelismos e intersecciones entre documental y humor (Madrid: Ocho y medio, 2009) y Lo personal es político. Documental y feminismo (Pamplona: Gobierno de navara, 2011).