«ICEBERG ES FRÍA Y CONTEMPLATIVA, NO QUERÍA QUE LA GENTE SE APIADASE DE LOS NIÑOS»

Con junio llega el verano, y con él la temporada de cine comercial en las salas. Aunque no en todas. A mediados de mes los españoles tendrán la oportunidad de comprar su entrada para ver una de las películas más interesantes del año: Iceberg, del salmantino Gabriel Velázquez. Se trata de una obra silenciosa que te grita al oído sin apenas hablar. Contemplativa al más puro estilo de la vanguardia sueca, la cinta entrelaza las vidas de cuatro adolescentes con el agua del río que baña las entrañas de la provincia natal del director, Salamanca. Carente de adultos, la historia se centra en las desventuras de unos jóvenes que hacen gala de la reflexión roussoniana: “La adolescencia es como un segundo parto… En el primero nace un niño y en el segundo, un hombre o una mujer. Y siempre es doloroso”. En el caso de la película charra asistimos al segundo alumbramiento. Y lo hacemos de un modo chocante, lleno de traumas y frustraciones.

Tuve el placer de conocer a Gabriel y a su equipo en la pasada edición del FICXixón, y luego, a principios de este curso, les recibí en mi nueva casa, Rótterdam. Fue antes de que la película hiciese las Américas (Cartagena de Indias, México D.F.), antes incluso de que el póster luciese los laureles del Premio a Mejor Película y Premio Jurado Joven del Festival de Cinéma Espagnol de Nantes. Ahora es un alivio saber que estos “artesanos del celuloide” van a ver su obra anunciada en las marquesinas españolas, pero en aquel momento lo único que se daba por hecho era la premier en el Matadero de Madrid. Con todo, Ga (para los amigos) ya estaba exultante con el caminar de la película. En este contexto, y con la confianza que dan un par de pintas de cerveza irlandesa, me senté a hablar con él. Rescato a continuación el grueso de aquella conversación que tuvo lugar en enero.

En Gijón me dijiste que estabas muy contento con la película, era el primer festival al que la llevabas. Ahora en Rótterdam, ¿cómo estás?

Últimamente estoy excitado con mi vida. Estoy flipando. Decir que estoy en la misma sección que Kaurismäki (SPECTRUM) es un honor. De hecho, quizá es coincidencia, quizá destino, pero gracias a las buenas críticas que he escuchado de su última peli (Le Havre) y de las comparaciones que algunos colegas hacen con mi primera película en solitario, Amateurs, la he vuelto a revisar y debo decir que Amateurs está de puta madre (risas). Todo esto me está dando una energía enorme, suficiente para creer en un próximo proyecto y ahora lo tengo claro… Voy a hacer la próxima película. Me influyó el estreno en Gijón, la mención especial que obtuvimos del jurado. Venir a Rótterdam es un sueño hecho festival. Gracias a la presencia en el IFFR, Iceberg ha ganado en popularidad y ha sido seleccionada en Cartagena de Indias, DF y Nantes.

La primera vez que leí una crítica sobre Iceberg lo que más me llamó la atención fue un comentario: “Los Kids del Tormes… los Kids de Iceberg”. Fue una nota previa a su estreno en el Festival Internacional de Cine de Gijón, un aventurado guiño realizado incluso antes de ver la cinta. Supongo que a estas alturas, y aunque las comparaciones son odiosas, habrás escuchado todo tipo de valoraciones.

A día de hoy le busco paralelismos con otras obras y no los encuentro, pero sí que me han convencido un poco de que tiene algo de El globo blanco de Jafar Panahi, Donde está la casa de mi amigo de Abbas Kiarostami, y ya más occidental, trazas de Last Days y Elephant de Gus Van Sant. Acerca de Larry Clarke, en este montaje definitivo no encuentro tanta relación, sí que se notaban más guiños en otras versiones en las que había diálogo por un tubo y hasta peleas con cutter.

La edición de esta película has dicho que ha sido para ti un proceso doloroso. ¿Por qué?

Para mí ha sido un proceso que ha reafirmado la confianza que tenía en mí mismo como cineasta y como persona. Se puede decir que hasta antes de Iceberg me estaba buscando a mí mismo, y su montaje final es el que me ha terminado de definir. Algunas cosillas en las que estoy trabajando, a parte de la promoción de la película, es la versión en DVD. El montaje fue muy largo, muy duro y doloroso, pero ese trabajo no va a ir a parar a la basura, la edición comercial incluirá como extras los otros dos montajes “definitivos” que resultaron de todo el proceso de minimización de la película. Para mí es un buen ejercicio coger las tres versiones y verlas de seguido una noche cualquiera, me lo paso como un enano. Espero poder compartir esa sensación con los espectadores.

Precisamente llama la atención esa falta de música, la falta de diálogos, ese silencio que aparentemente no dice nada, pero que a veces lo dice todo.

Es una peli fría, contemplativa, no quería que la gente se apiadase de los niños compartiendo sus emociones. No busca la empatía del espectador. Pretendía que fuese dura. Es algo innato salmantino. La poca música que hay en la película es típica ancestral salmantina, la compuso un amigo que vive en México al que le mandamos instrumentos originales fabricados por un artesano de la región, los embalamos y cruzaron el charco. En la melodía suenan tambores, flautas, gaitas, panderos cuadrados y “lo redondo”, un artefacto muy especial que sirve para ahuyentar lobos y que también es tradicional australiano.

La edición decías antes que fue dura, pero también lo fue el casting. Visitaste casi todos los colegios de la provincia de Salamanca en una especie de maratón. Le dedicaste mucho tiempo. Al igual que en Sud Express y Amateurs, en Iceberg cuentas con actores no profesionales.

Para mí el casting es una búsqueda de personajes, no de actores. La verdad es que yo no sé encontrar actores, pero se me da bien dar con el personaje en carne y hueso. Hay una anécdota muy buena en Amateurs relacionada con Nieves (Paco Luque), uno de los dos personajes principales. Hicimos casting con actores profesionales, pero no nos terminaban de convencer. Así que dividimos al equipo en grupos, cogimos cada grupo una cámara y nos tiramos a la calle en Madrid en busca del Nieves perfecto. Al final me lo encontré en un parque de Vallecas, jugando a las cartas. Le hice una prueba in situ y luego le convoqué para ensayar y finalmente protagonizar la película. La verdad es que es un personaje de Dreyer que te cagas.

En el caso de Iceberg recorrimos todos los colegios de la provincia. Hubo casting también en Madrid, a través de YouTube, MySpace y vía Tuenti (de hecho tuve que cancelar la cuenta porque no daba abasto). Buscaba perfiles muy concretos, chavales de 11 años de edad, y la verdad que estaba un poco acojonado porque no era tarea fácil (de ahí lo de las redes sociales). A veces al recorrer las colas me daba cuenta de que la mitad de los chavales no deberían estar allí, que quizá no deberían ni entrar a hacer la prueba. No obstante, por el carácter de la película y la edad de los aspirantes, quise que todos tuvieran la experiencia, que pudieran grabarse y pasarlo bien. Quería devolverle algo a la ciudad que tanto me ha dado.

Lo último que te ha dado Salamanca ha sido un estreno por todo lo alto en el Teatro Liceo. Ya has dicho que la película es “dura”, quizá un tanto difícil para el espectador no habituado a ese manejo contemplativo del lenguaje cinematográfico. Con todo, ¿crees que es una peli para todos los públicos?

Aquí mi compañero Manuel -montador del filme, presente en la entrevista- dice que Iceberg le gustó hasta a su madre (risas). El pase en Salamanca fue apoteósico, me felicitaron hasta los políticos. Envolvieron el estreno con la etiqueta del evento cultural del año en la ciudad. El concejal de Cultura me comentó: “has arriesgado y has acertado”, lo que me quita un peso de encima porque el Ayuntamiento de la ciudad había puesto parte del dinero para producir el proyecto (también la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Cultura). He de decir que los apoyos llegaron ya con la producción en marcha, me tiré a la piscina sin tener muchos recursos y sin haberse fallado aún las subvenciones. La rodamos en tres semanas y justo cuando la acabamos de rodar llegó el dinero. Fue un salto de fe, por así decirlo, porque en realidad no sabía si iba a poder terminarla.

Pues la terminaste y además has viajado con ella, la vas a estrenar y estás pensando ya en la próxima. Antes me decías que la vas a hacer sí o sí. ¿Puedes ya dar algunos detalles o es top secret?

¿Sobre la próxima peli? Te cuento que está inspirada en Jota y Simón, los dos macarrillas que aparecen en Iceberg interpretados por Víctor García y Juanma Sevillano. Se trata de hacer una película de acción sin acción sobre el lado salvaje de la juventud. De hecho ya sé hasta en cuántos planos la voy a rodar, pero no te lo digo para no joder con cábalas y esas cosas (afirma entre risas).

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Con premier madrileña en la Cineteca del Matadero de Madrid (31 mayo), el 15 de junio Iceberg se estrenará en toda España con el respaldo de Pirámide Films.

FOTO GABRIEL VELÁZQUEZ: Helena Exquis.

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