El gran momento del audiovisual gallego

XXII Mestre Mateo © Academia Galega do Audiovisual

XXII Premios Mestre Mateo © Academia Galega do Audiovisual

Desde hace un tiempo, me preguntan de manera recurrente acerca del gran momento que vive el audiovisual gallego. Vaya por delante que poco importa lo que yo opine; en todo caso, siempre me he tropezado con dificultades para dar una respuesta breve y contundente.

No soy amigo de triunfalismos, sobre todo si se trata de una reacción ante los éxitos (hace falta aquí redefinir la idea de éxito) de unos pocxs. Me gusta poner en valor y celebrar con frecuencia, pues la vida está para disfrutarla, pero solo si acto seguido volvemos a pensar en cómo seguir construyendo y avanzando en clave comunitaria. ¿Qué sentido tiene celebrar uno solo? ¿No es la congregación el objetivo último de una celebración? Ante el triunfalismo efímero, haríamos bien en resguardarnos en las pequeñas alegrías del día a día y en el júbilo de las conquistas grupales, generadoras de estabilidad y bienestar colectivo a largo plazo.

Sin embargo, más allá de mis inclinaciones, hay algo detrás de los fuegos artificiales que me hace sentir incómodo con afirmaciones como ‘momento histórico’ o ‘fórmula del éxito’.

Uno recoge lo que siembra. Lo sembrado desde finales de los años 80 hasta la primera década del siglo XXI incluye la creación del CDG, del Arquivo da Imaxe, de la Televisión de Galicia, del CGAI, de la Escola de Imaxe e Son da Coruña, de CREA, de AGADIC o de las ayudas de talento que destacan por primera vez la figura de lxs creadorxs y fomentan la producción independiente. Todas estas iniciativas impulsan la creación de un caldo de cultivo y de un marco que propicia que hoy estemos recogiendo los frutos que todxs celebramos. Pienso que es necesario y urgente analizar la situación en la que se encuentran las entidades mencionadas y preguntarse si estamos aprovechando estas maravillosas conquistas puntuales para fortalecernos como sector y sembrar responsablemente los frutos del futuro.

Hoy tenemos más voces, una mayor pluralidad y una mayor diversidad (aún queda mucho camino por recorrer), pero también menos dinero y una mayor precariedad. Os doy un dato de sobra conocido: las visionarias ayudas de talento, cuna del Novo Cinema Galego, responsable en gran medida de que hoy en día cualquier persona de la industria cinematográfica del ámbito nacional e internacional escuche ‘película gallega’ y aumente automáticamente su nivel de atención e interés, nacen en el año 2009 con un presupuesto de 400.000 euros. Hoy en día le dedicamos menos de la mitad: 176.000 euros. Nada más que añadir. O sí: la marca NCG no va a durar toda la vida.

Otro dato: la Filmoteca de Galicia (antiguo CGAI) lleva sin director/a casi 5 años y atraviesa el peor estado de su historia. Si queréis saber más, podéis consultar el artículo escrito por Martin Pawley y Xurxo González en la conmemoración del 30 aniversario de la institución, donde hablan, entre otras cosas, de ‘humillante precariedad’.

Me pregunto cuánta gente que se dedica profesionalmente al sector audiovisual en Galicia piensa para sí: ‘Hostia, se supone que estamos tan bien… Se supone que estamos en el mejor momento de la historia de nuestro audiovisual, pero a mí no me da para pagar el alquiler’. El barco salvador de las plataformas rueda mucho en Galicia, pero, ¿cuánto talento local emplea? Sí, las productoras gallegas ya no dependen exclusivamente de la TVG y pueden acceder a firmar con Netflix o Amazon, pero con tal motivo: ¿Cuánta ficción propia está produciendo la TVG? Por cierto… ¿Dónde se curtieron lxs técnicxs que empleamos ahora en las series de las mencionadas plataformas y en las producciones de cine independiente? Pues resulta que muchxs en ficciones producidas por la TVG que ya no se hacen. ¿Dónde están formándose lxs técnicxs de mañana? ¿Y lxs actores y actrices? ¿Qué va  a pasar cuándo explote la burbuja de Netflix? ¿No sería más adecuado, pensando en la sostenibilidad del sector a largo plazo, que existiera un balance entre la producción propia y la coproducción nacional e internacional con otras productoras y plataformas?

A día de hoy, la Academia Galega do Audiovisual sigue siendo la única academia en Galicia que no recibe financiación por parte de la Administración Pública y toda la gente que forma parte de su directiva trabaja sin cobrar un céntimo. Al igual que la directiva de CREA (hablo de CREA y no de otras asociaciones porque es la que mejor conozco), y que, aun así, organiza cada año el Conecta, Conecta+, ConectaLab y el ciclo de masterclases, fruto de las cuales tuvimos la suerte de tener en nuestra tierra, compartiendo su conocimiento con nosotrxs, a gente como Lucrecia Martel, Icíar Bollaín, Isaki Lacuesta, Carla Simón, Joao Pedro Rodrígues, Rocío Mesa, Mikel Gurrea, Pilar Palomero, Chema García Ibarra, Laura Ferrés, Celia Rico, Pablo Berger, Ana Pfaff, Ariadna Rivas, Neus Ballús y un largo etcétera. Hablamos de trabajadorxs cuya obra está reconocida a nivel internacional. Estas actividades cuentan con el apoyo puntual de AGADIC, DAMA, SGAE o de alguna Diputación. Un apoyo que la directiva busca y negocia. Una búsqueda y una negociación que lleva tiempo, e insisto, no ven un céntimo. La pregunta es obligada: ¿No sería más adecuado que toda esta oferta, crucial para el desarrollo del sector, no se sostenga en el voluntarismo de un grupo de personas?

Un voluntarismo que también veo en muchos cineclubs y festivales de cine de nuestra comunidad que, en muchos casos, sobreviven con presupuestos ínfimos.

Nuevo apunte: la Escola de Imaxe e Son da Coruña arriba mencionada era antes la EIS. Ahora es un IES. ¡Necesitamos un lugar público para la reflexión, el pensamiento crítico y la acción con urgencia! ¡Necesitamos alfabetización audiovisual en las escuelas! En un mundo en el que estamos rodeados de sonidos e imágenes, las herramientas que les inculcamos a nuestros niños y niñas para que puedan enfrentarse a ellas son nulas. Apenas asoman la cabeza algunos esfuerzos puntuales desde la Academia del Cine o desde el programa ‘Cine en curso’, del que solo se benefician cuatro centros de enseñanza en toda Galicia, y que se sostienen, nuevamente, por el voluntarismo de profesorxs y cineastas. Por cierto, los fondos Next Generation EU terminan el 31 de diciembre de este año 2024.

Por lo tanto, celebremos bien alto los Cannes, Berlines, Goyas, Hierros, Feroces, Róterdams o Conchas, pero no dejemos que el ‘brilli’ nos nuble la vista. No se trata de ir en contra de nadie, sino de exponer en términos objetivos el diagnóstico de un paciente que tiene algún día bueno, pero que necesita de muchos más cuidados.

Unos cuidados que deberían ser vistos como una inversión de país y que son bien merecidos. Hemos hecho y estamos haciendo mucho con muy poco. Demostramos con creces que a nada que el apoyo sea estructural, estamos aquí para doblar los codos y hacerlo con determinación y destreza. Promovemos como nunca antes nuestra lengua, cultura e identidad gallega por todo el mundo. No hablamos de intangibles, sino de cuestiones que tienen un valor estratégico y que también se pueden medir en términos económicos. Según los datos del Instituto de Estudios Económicos de Galicia (IEEG), la industria cinematográfica gallega contribuye de manera significativa al PIB de la región, generando empleo y atrayendo inversiones, tanto locales como extranjeras. Queremos seguir en esa línea, contribuyendo al conjunto de la sociedad, pero queremos hacerlo con dignidad y de manera sostenible, sin vivir de unas rentas que no tardarán en agotarse. Si queremos cultura, marca, innovación y orgullo de país, el audiovisual gallego puede ser un instrumento de primera magnitud. Fue capaz de demostrarlo en los últimos años. No obstante, esto no durará si pretendemos que se mantenga en la endeble precariedad en la que sobrevive. Necesitamos un entorno favorable, que recupere las bases del sector y le dé soporte a largo plazo. El primer paso es quitarnos la venda de los ojos. Los fuegos artificiales son preciosos, pero su brillo acaba en segundos y luego no habrá quien prenda la llama.

Conecta Lab 2024 © CREA

Conecta Lab 2024 © CREA

Comments are closed.