ZWAZO, de Gabriel Abrantes
Gabriel Abrantes (N. 1984) presentó en la 20.ª edición del Curtas Vila do Conde otra película que integra, con mucha coherencia, su recorrido singularísimo en el contexto del cine portugués. Viniendo de las artes plásticas, pero con formación académica en cine y artes visuales, Gabriel Abrantes comenzó haciendo cine en 2006 en contexto de galerias, para ser exhibido en exposiciones de artes plásticas, comenzando muy pronto a construir un universo estético y a desarrollar un proceso creativo muy singular: Olimpia I y Olimpia II (2007), un díptico correalizado con Katie Widloski; Gugg ‘n’ Tate (2008); Visionary Iraq (2008), correalizado con Benjamin Crotty; Too Many Daddies, Mommies and Babies (2009).
El recorrido sólido lo llevó a comenzar a producir y a realizar obras más dirigidas para la sala de cine, con una construcción narrativa más convencional -este adjetivo nunca tiene mucho sentido para hablar de la obra de Abrantes, pero no se me ocurre otro- y con una profundidad de campo y encuadres que ya exigían una pantalla de cine. Hasta al momento, el momento más mediático de su carrera lo consiguió A History of Mutual Respect (2010), correalizado con Daniel Schmidt, que ganó el Leopardo de Oro al Mejor Cortometraje Internacional en el Festival de Cine de Locarno en 2010 y el Premio al Mejor Cortometraje Experimental en el Festival de Melbourne de 2011, y además una nominación al Mejor Cortometraje en el Festival de Rotterdam.
Le siguieron otras obras que consolidaron el “estilo” de Abrantes, concretamenter Fratelli (2011), correalizado con Alexandre Melo, y Palácios da Pena (2012), correalizado con Daniel Schmidt, que confirmaron la coherencia plástica, temática, formal y estética revelada desde pronto: su capacidad de creación de “universos narrativos” que cruzan, a través de varios lenguajes, “visiones sarcásticas de la cultura, de la política y de lo cotidiano”.
Las relaciones humanas, sobre todo amorosas y de solidaridad, continúan marcando la obra del joven realizador. Y Zwazo no huye de esas preocupaciones: la historia de la película cruza la vida cotidiana de adolescentes y ancianos haitianos con la reconstrucción de su país después del terremoto de 2010 de fondo, con la tragedia griega Los pájaros, escrita por Aristófanes, que constituye una fuerte sátira a los defensores de las utopías políticas y sociales. La fascinación por la cultural popular, eminentemente oral, y su cruce con la cultura erudita, eminentemente escrita, o con formas de expresión artística más contemporáneas y radicales, más performáticas -en este caso, auto-referenciales al propio trabajo de Gabriel Abrantes-, hacen la película muy compleja desde el punto de vista reflexivo y subjectivo de cada espectador.
Con Zwazo, Gabriel Abrantes promete iniciar un trabajo más duradero en torno a la preocupante situación social y humanitaria de Haití, garantizando ya apoyos financieros para dos proyectos más: Tristes Monroes y Narciso, Edipo and Orpheus, ambos correalizados con Daniel Schmidt, fueron seleccionados para el Atélier Cinéfondation en Cannes y para el FIDLab, foro de co-producción promovido por el FIDMarseille. Los dos proyectos están próximos a Zwazo en lo que concierne a la reflexión del autor sobre la globalización y la geopolítica en el mundo contemporáneo.
Pero las preocupaciones sociales y políticas no son inéditas en el trabajo de Abrantes, que ya había filmado en realidades también periféricas como Luanda (Angola), Costa Rica o Amazonia. Ya en 2009, en una entrevista al Xornal de Letras, el joven realizador afirmaba que encontraba en el cine una forma de “pre-relleno en términos sociales”: “En el atélier, estoy haciendo un esfuerzo intelectual, pero la actividad social no es grande. El cine ha venido a cumplir ese espacio que fue la razón principal que me llevó a trabajar en arte”. El mismo año, en entrevista a la revista Rúa de Baixo, afirmó además: “Un trabajo político es aquel que intenta imaginar el mundo, retorcerlo y pervertirlo, para que sea posible reflexionar moralmente sobre lo que nuestro mundo debería ser”.
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