A virxe roxa, de Marcos Nine

A virxe roxa, de Marcos Nine

Puedes leer la versión original de este texto en inglés.

A virxe roxa, de Marcos Nine, narra la historia de Aurora Rodríguez Carballeira, nacida en Ferrol a finales del siglo XIX. Al crecer, Aurora comenzó a interesarse por las sociedades utópicas, e incluso trató de crear una. Dedicó todas sus energías a criar a su hija Hildegart (cuyo padre era un cura que nunca reclamó su paternidad), a la que veía como el prototipo de la “nueva mujer”. A los 14 años, Hildegart hablaba inglés y francés, y se matriculó en la universidad en Madrid para estudiar derecho y humanidades. Dos años después, Hildegart comienza a escribir libros sobre sexualidad femenina, se une a partidos políticos y empieza a ser independiente de su madre. Surge el conflicto, ya que Aurora siente que ella es la única que puede controlar la vida de su hija/creación. Finalmente, Aurora asesina a Hildegart cuando esta tiene solo 19 años.

Trabajar con imágenes de archivo es diferente a grabar acontecimientos en directo. Ambas fuentes son la versión del artista de la realidad, pero en el caso de las imágenes de archivo tenemos la realidad filtrada a través de dos autores: el creador original y el que las selecciona con posterioridad. Marcos Nine no tiene material filmado o fotografías de la vida de Aurora Rodríguez, ni pudo entrevistar a nadie que la conociera. Usa fragmentos de grabaciones que muestran acontecimientos reales, pero no pertenecen a vida de Aurora. Muchos ni tan siquiera fueron grabados en España. ¿Es A virxe roxa un documental o corresponde a un formato fílmico completamente nuevo?

A virxe roxa es una de las películas más arrebatadoras que he visto en los últimos años, y esto se debe al modo en el que Nine utiliza las imágenes. Las experiencias son el resultado de cómo procesamos la información sensorial. En el cine, lo que vemos y oímos da forma a nuestras experiencias. El proceso pasa rápidamente por varias fases. La primera es el contacto (me gustó, no me gustó, no me interesó lo más mínimo). Luego, reconocer la imagen o el sonido. El reconocimiento lleva a asociaciones, recuerdos, emociones y finalmente a la consciencia que da como resultado lo que conocemos como experiencia. Nine emplea las imágenes y el sonido para ofrecer una experiencia emocional de lo que podría haber sentido Aurora Rodríguez.

La película no resulta apresurada porque la narración tiene un ritmo lento. Es sorprendente la rapidez con la que reconocemos una imagen, en menos de un segundo. Nine nos proporciona tiempo más que suficiente para generar esta experiencia. La narración funciona como una meditación guiada que ayuda al espectador a transitar por 20–30 imágenes en cada minuto. A continuación, destacaré los dos segmentos emocionalmente más intensos de la obra: la concepción o creación de Hildegart y su muerte o destrucción. En los dos segmentos, Nine contrasta imágenes que se repiten.

El padre de Aurora acaba de morir. Ella decide crear una supermujer. La secuencia comienza con una imagen de un relámpago que evoca el descubrimiento. A continuación, el primer leitmotiv de imágenes: una persona en una máquina que transporta figuras parecidas a robots, o primeros planos de cabezas con electrodos. Todo esto sugiere la creación de una persona biónica. El leitmotiv se descompone con planos de mujeres jóvenes sonriendo y desfilando, o siendo llevadas triunfalmente por hombres. Más relámpagos. Más robots. Chicas bailando y haciendo ejercicio. Sin duda, ellas son para Aurora las mujeres del futuro. Saltamos a escenas de hombres con la mirada en el suelo, siendo guiados como un rebaño hacia algún lugar indeterminado. La imagen de una serpiente aparece fugazmente en la pantalla. Volvemos a ver a los hombres. Un pistón, una imagen sugerente, seguida de un dibujo de los órganos sexuales de una mujer. Los hombres entran en un montacargas. Este segmento termina con un científico mirando esperma en el microscopio. Observamos el momento de la concepción con el que comienzan una serie de acontecimientos extraordinarios.

A virxe roxa, de Marcos Nine

El segmento más tenso del film es en el que Hildegart empieza a ser independiente de su madre. Aurora se convierte progresivamente en una amenaza. Esta parte arranca con las imágenes de una oruga que finalmente se convierte en mariposa. En el minuto 65 vemos especímenes de mariposas en unas vitrinas. Aurora está decidida a retener a Hildegart a cualquier precio. En el minuto 64 vemos bailar a Isadora Duncan. No hace falta saber que es Isadora, la gran iconoclasta de la danza moderna, para apreciar la libertad y gozo que transmite su baile. Aurora teme que Hildegart acabe codiciando la libertad. A continuación, vemos imágenes de maletas y gente subiendo y bajando escaleras. Hildegart intenta marcharse a Londres para trabajar con H.G. Wells. Los siguientes minutos son especialmente densos en imágenes. La tensión no deja de aumentar. El leitmotiv de esta sección es una bailarina de ballet clásico y pájaros volando. La bailarina aparece en 11 ocasiones, lo que nos proporciona tiempo suficiente para identificarla. Se trata de Odette, la reina de los cisnes, en el Lago de los Cisnes. Va a morir. La imagen de Odette se alterna con las de un ceramista, un pájaro carpintero, un pájaro enjaulado, una mujer enjaulada, pájaros volando, una mano con un arma de fuego, más pájaros, una madre y su hijo, pájaros, una mujer que duerme agitada, una animación de Aurora apuntando con el arma a su cabeza, una mujer en una jaula, una mano liberando un pájaro, quizás un momento de duda por parte de Aurora, un arma siendo cargada, otra animación de Aurora sosteniendo el arma, relojes, alguien que duerme desasosegadamente, Aurora con un arma, un péndulo superpuesto sobre la persona que duerme, una bailarina de ballet, pájaros volando, alguien subiendo las escaleras, diferentes puertas que se abren, una flor, pájaros que vuelan, el arma, la bailarina, pájaros que vuelan, un arma, la bailarina que cae muerta. Finalmente, una mujer sangrando con un disparo en la cabeza. Hildegart ha muerto. Dos disparos en la cabeza, uno en el corazón y en la mejilla.

Volviendo al tema de cómo se conforma nuestra experiencia, el uso repetido de imágenes como la de la bailarina y los pájaros volando nos ayuda a formar historias en nuestra mente. Naturalmente, la banda sonora en los minutos 66 y 67, en los que oímos las voces de Hildegart y Aurora discutiendo, hace que nuestra mente retorne y visualice el conflicto. Cuando vemos a la bailarina, ¿estamos viendo el deseo de Aurora de ser la coreógrafa de su vida? ¿O quizás a Hildegart, que siente que no hace otra cosa que interpretar un baile en la vida de su madre? Esto se refuerza con las imágenes de pájaros y mujeres en jaulas. Los pájaros también pueden interpretarse como la expresión del miedo de Aurora o el deseo de Hildegart. Entonces, las imágenes se tornan más amenazadoras con la introducción de las armas. No oímos los disparos, pero la historia no deja de contarse. Vemos a la mujer que recibió los disparos sangrando. La destreza de Nine a la hora de escoger y disponer las imágenes crea tensión emocional.

Las imágenes en otras partes del film están igualmente bien escogidas y organizadas, pero la información sobre el pasado de Aurora, el posterior juicio y su muerte en un sanatorio psiquiátrico no provocan la misma implicación emocional. Al terminar la película sentí que conocía a Aurora, aunque vi muy pocas imágenes de ella y ninguna de su vida. No me gustó Aurora. No sentí pena por ella. Me enfadé con Aurora por destruir la infancia de Hildegart. La intensidad de mi reacción sobre A virxe roxa es testigo de la habilidad de Nine para crear una realidad usando el valor expresivo de las imágenes.

A virxe roxa, de Marcos Nine

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