DAVID LYNCH: UN UNIVERSO EN MIL SOPORTES

Yo era pintor. Pintaba y asistía a la escuela de bellas artes. No me interesaban las películas. A veces iba al cine, pero yo solo quería pintar. Todos los años a final de curso se organizaba un concurso de pintura y escultura experimental. El año anterior había presentado una pieza y esta vez pensé: “Voy a hacer un cuadro móvil”. Esculpí una pantalla de 1,80 metros por 2,40 metros, sobre la que proyecté una película de animación stop-motion bastante rudimentaria. Se titulaba Six Men Getting Sick. Pensé que aquella sería toda mi carrera cinematográfica, porque hacer aquella película me había costado una fortuna: doscientos dólares. Sencillamente, no podía permitirme seguir por ese camino. Pero un alumno mayor que yo vio el proyecto y me encargó uno para su casa. Y así comenzó a rodar la bola. En adelante sólo me topé con semáforos en verde. Poco a poco, salto a salto, me enamoré del medio cinematográfico”. David Lynch narra así, con palabras escritas, sus orígenes en el cine, en 1966. Se trata de un texto contenido en las páginas de Atrapa al pez dorado (ed. Mondadori), un libro en el que el cineasta norteamericano reflexiona sobre todo lo que se le pone a tiro.

Desde entonces, su amor por la narrativa audiovisual ha dado lugar a obras cuya importancia no hace falta explicar, como Eraserhead, Mulholland Drive, Carretera perdida o la serie de televisión Twin Peaks. Sin embargo, no se trata de una relación monógama. Lynch nunca ha dejado de cultivar su faceta de artista plástico, aunque haya quedado eclipsada tras su éxito como director de cine. Es escritor, fotógrafo, músico, compositor, escultor, diseñador de dibujos animados y más recientemente grabador, e incluso tiene su propia marca de café. Testimonio de tanta variedad puede verse, hasta el próximo 12 de julio, en el Espacio Normal de la Universidade de A Coruña, a través de la exposición Action Reaction: el universo creativo de David Lynch.

Posible gracias a la colaboración entre el vicerrectorado de cultura de la UCD y la empresa de gestión cultural Arte contemporáneo Gacma SL, esta muestra repasa todo el trabajo creativo de Lynch, prestando especial atención a las conexiones entre su cine y sus obras plásticas. Tal y como explica Antonella Montinaro, comisaria de Action Reaction, “Lynch crea una poética personal de la compilación: muchas de sus pinturas son totalmente intercambiables con planos de sus películas y todas sus obras participan de una misma idea, transgredir la normalidad a partir de abstracciones y laberintos narrativos”.

Lynch empezó primero a dibujar y a pintar, después fotografió, y luego pasó a dar movimiento a sus lienzos con el cine. A partir de mediados de los noventa comenzó a trabajar con todo tipo de soportes de impresión: grabado, fotograbado clásico, colografía, serigrafía y monotipos. Las características de su fecunda y cambiante producción permiten abordar su amplio campo creativo en un discurso expositivo donde también quedan reflejadas las deudas con algunos de sus principales referentes artísticos: Francis Bacon, Edward Hopper, Jackson Pollock o surrealistas como Salvador Dalí y Max Ernst.

'Paris Suite IX', una de las piezas de la exposición

El viaje hacia el universo creativo de David Lynch que se emprende en esta exposición se divide en dos partes, una dedicada a la filmografía, que contiene memorabilia, fragmentos audiovisuales y curiosidades, y otra dedicada a una selección de obra gráfica. “También hay una black box donde se proyectan algunos de sus primeros cortometrajes enteros y varios apartados de interpretación, como el de los colaboradores habituales, que es muy importante en el caso de una obra cinematográfica, en tanto que trabajo de equipo. Por ejemplo, es fundamental Badalamenti para la música”, explica la comisaria.

La zona dedicada a la obra gráfica muestra dos series, Paris Suite, inspirada en dibujos que el autor realizó en papeles post-it durante los años setenta y ochenta; y Women, ilustraciones monocromáticas, puntuadas con palabras, que presentan la iconografía clásica del artista. Ambas son utilizadas por Lynch para describir sus creaciones como un proceso de acción y reacción. “Para él, este proceso encuentra su máxima expresión en la estampación, durante el trasvase de la tinta de un material rígido a uno flexible y al revés”, dice Antonella Montinaro.

El área que se le reserva al cine está compuesta por siete cubos de aluminio repartidos en el espacio abierto de la sala de manera laberíntica, por los que el visitante tiene que realizar su propio viaje. Puede encontrarse desde el plano secuencia inicial de Eraserhead a una selección de diálogos famosos de Twin Peaks, pasando por fotocromos de Elephant Man o Carretera perdida, y por fotos de escenas de Blue Velvet.

La relación entre todos los trabajos del autor de Missoula resulta evidente en su cualidad hipnótica y alucinada. Para Montinaro, las piezas de Lynch “siempre exploran territorios similares y desconocidos, como el de la infancia, esencialmente la plasmación de los diversos elementos residuales, de aquellas visiones que el artista tenía de pequeño sobre la extrañeza que se intuía debajo de las apariencias cotidianas”.

En resumen, y según la comisaria: “Lynch es un artista posmoderno con un espíritu renacentista. Ha planteado la concepción de un universo propio a partir de distintas disciplinas. Considerarlo solo un director de cine resulta netamente insuficiente, ya que es alguien que manifiesta una serie de conflictos y tensiones a través de diversas formas de expresión que se interconectan permanentemente entre ellas”.

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La exposición Action Reaction: el universo creativo de David Lynch puede verse en el espacio Normal de A Coruña hasta el 12 de julio.

Paralelamente, se está organizando un ciclo con las siguientes películas:

5 MAYO ERASERHEAD CABEZA BORRADORA, 1976.

19 MAYO THE ELEPHANT MAN EL HOMBRE ELEFANTE, 1980.

26 MAYO BLUE VELVET TERCIOPELO AZUL, 1986.

9 JUNIO LOST HIGHWAY ESTRADA PERDIDA, 1997.

16 JUNIO MULHOLLAND DRIVE MULHOLLAND DRIVE, 2001.

23 JUNIO DOCUMENTAL SOBRE DAVID LYNCH: LYNCH (ONE) BLACKANDWHITE, 2008.

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