YOUTH, de Paolo Sorrentino

«No es La Gran Belleza«. Por supuesto que no lo es. Las comparaciones son ineludibles, tanto La Gran Belleza (2013) como Youth (2015) tratan el transcurso del tiempo, de cuánto ha pasado y de lo que queda por delante. En ambas se evalúa una vida en la que aún quedan asuntos pendientes, las dos tratan sobre la juventud y la vejez, el pasado y el futuro, la amistad y la soledad. Pero La Gran Belleza es, al fin y al cabo, una fiesta. Youth es calma, sosiego, quietud.

Un director de orquesta ya retirado, Fred Ballinger interpretado por el siempre formidable Michael Caine, pasa sus vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija y su mejor amigo Mick Boyle. Sorrentino es un director de lugares, no importa si se trata de la imperecedera Roma o de un hotel sumergido en lo más profundo de la naturaleza, sabe sacar a relucir toda su belleza, gracias de nuevo a una impresionante fotografía de Luca Bigazzi.

El director es además pretencioso en cuanto a planos y movimientos de cámara. Pretencioso como también lo son sus personajes. Es que las películas del napolitano no son otra cosa que un desfile de personajes; antológicos, extravagantes, contradictorios. Un octogenario director de cine que lucha en su empeño de sacar adelante una nueva película, un director de orquesta con un pasado homosexual que no le lleva flores a su mujer desde hace más de diez años, una masita muy especial, un joven actor que se prepara para interpretar a Hitler, una astuta Miss Universo, un monje que levita, un peculiar profesor de escalada, una popstar, la excéntrica actriz interpretada por la genial Jane Fonda y hasta el zurdo Maradona.

«El deseo es lo que nos hace estar vivos»

Esta es una película tierna, tanto en sus personajes como en su tema. Michael Caine aún tiene mucho que hacer con su vida, debe lidiar con el amor, la amistad, la familia y también su carrera profesional. Fred Ballinger está también acompañado de dos magníficos personajes, un Harvey Keitel viejo por fuera y joven por dentro; y el maravilloso Paul Dano, joven por fuera y viejo por dentro. Ellos nos enseñan cómo la edad es una cuestión de pasión, de actitud. Porque el observador y humilde Jimmy Tree decide no interpretar a Hitler, escoge el deseo en vez de el horror, porque «el deseo es lo que nos hace estar vivos«. Por eso Youth también trata sobre esa búsqueda de identidad; sobre cómo nos ve la gente y cómo queremos nosotros que nos vean los demás. Porque a Fred Ballinger solo lo van a recordar por sus Simple Songs, y al actor Jimmy Tree por actuar en una película de robots.

SET DEL FILM "LA GIOVINEZZA" DI PAOLO SORRENTINO. NELLA FOTO MICHAEL CAINE. FOTO DI GIANNI FIORITO

Por otro lado, cabe decir que los personajes femeninos son retratados como débiles, infantiles, o simplemente no tienen voz. Rachel Weisz tiene dos trabajos, hija y asistente de su padre, Jane Fonda ataca a Harvey Keitel y se niega a actuar en su película; pero posteriormente se retracta entre delirios en un avión, la masajista no habla porque no tiene nada que decir. Por  último, la esposa de Fred Ballinger es retratada en una sola escena, reduciéndose a un silencioso grito.

Youth es nostálgica, trata el arrepentimiento, la dulzura y amargura  que proviene de la conciencia de las limitaciones de nuestras cortas vidas. En este sentido cabe destacar el antagonismo entre Ballinger y Boyle, mejores amigos con concepciones de la vida muy distintas. «Qué hace a lo largo del día, Fred? Me dicen que soy apático, por eso no hago nada«. Fred se da por vencido, no quiere volver a lidiar con orquestas, y a pesar de echar de menos su trabajo, lo único que hace es sentarse y simular que dirige los sonidos que provienen de los cencerros que las vacas llevan al cuello. Mick, en cambio, quiere dirigir en una nueva película a Brenda Morel, ésta se niega. «…sabes que voy a hacer ahora Fred? Voy a empezar una nueva película. Dices que las emociones están sobrevaloradas, pero eso es mentira, las emociones son todo cuanto tenemos«.

De nuevo, parece que los personajes de Sorrentino hablan para nosotros. Las conversaciones parecen más monólogos que interacciones. Como si los personajes tuvieran las palabras escritas en frente de ellos mismos y esperan su turno para hablarnos. Además, una de las cosas que destaco aquí es el talento del director italiano para incluir historietas paralelas que aflojen la seriedad de la película y personajes secundarios que nos sorprenden, como la niña que se dirige a Paul Dano para hablar de su papel un una película que apenas nadie conoce.

Youth es una sucesión de días en un lujoso hotel en el que ricos y famosos se refugian, días que comienzan con el timbre que suena para que los trabajadores comiencen su jornada y que terminan con conciertos y espectáculos bajo las estrellas. Esta es una de esas películas en la que las ideas y palabras son el plato principal, y las acciones son el condimento. La palabra juventud en esta película significa vida, saber vivir, ya que si uno es capaz de mirar hacia el futuro, se mantiene una forma de juventud. Youth es intensa y filosófica, reforzada por unos diálogos profundos y a veces también ingeniosos, por una fotografía excelente, una banda sonora de la talla de Mark Kozelek y por la belleza de sus planos. Una película que trata sobre la vida y la muerte, la edad, la memoria, el pasado y el futuro, el compromiso y la traición.

 

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