OS VIVOS TAMBÉM CHORAM, de Basil da Cunha

Tras Miguel Gomes, Sandro Aguilar y João Nicolau, la productora portuguesa O Som e a Fúria há encontrado en Basil da Cunha una nueva tarjeta de visitas en el contexto de los cortometrajes. La productora fundada por Sandro Aguilar y João Figueiras en 1999, actualmente dirigida por el primero y por Luís Urbano, tiene responsabilidades reconocidas en la revelación de nuevos valores en el cine portugués en la última década y ha decidido apostar por este joven luso-suizo.

Hijo de madre suiza y padre portugués, Basil da Cunha (N. 1985) realizó sus tres primeros cortas en un régimen de auto-producción y auto-financiación. En 2008 se hace miembro de la asociación Thera Production, donde produce La Loi du Talion (2008). Prosigue su formación en cine en la Escuela de Artes y Diseño de Ginebra, donde fue alumno de Miguel Gomes y realizó À Côté (2010), un corto nominado al Premio del Cine Suizo en 2010, seleccionado para Locarno y vencedor del Premio de la Mejor Película Nacional en el Curta Vila do Conde 2010. El año siguiente, Basil da Cunha presenta Nuvem, que sería seleccionado para la Quincena de los Realizadores de Cannes, el Curtas Vila do Conde y para el Festival de Locarno, consiguiendo una mención honorífica del jurado del festival brasileño Cinesul. Sin embargo, con el reciente Os Vivos também choram, Basil da Cunha há vuelto a destacar en la Quincena de los Realizadores en el Festival de Cannes, donde fue distinguido con una Mención Especial del Jurado Illy para cortometrajes, y ha vencido nuevamente en la competición nacional de Curtas Vila do Conde.

En el texto que escribí el año pasado para A Cuarta Parede sobre el Curtas 2011, destaqué la película entonces presentada por Basil da Cunha como una de las tres películas, más allá del premiado O Nosso Homem de Pedro Costa, merecedor de una especial atención. Y escribí lo siguiente sobre la película Nuvem: “A pesar de cambiar de geografía, Basil da Cunha continúa en este corto la idea que ya estaba presente en À Côté: un protagonista que construye subjectivamente un mundo de alteridad que le permite combatir las contrariedades de la vida. Desde el punto de vista de la producción, el luso-suizo también reclama la diferencia en relación a lo convencional, apostando por un proceso de creación colectivo y por la improvisación de actores no-profesionales”.

Al recuperar este extracto, percibí que sirve perfectamente para hablar de Os Vivos também choram, lo que atestigua la coherencia estética que caracteriza la breve carrera de Basil da Cunha. Felizmente, así como sucedió con Nuvem en relación al anterior À Côté, también en el corto estrenado en Vila do Conde está visible una manifiesta evolución en la forma de filmar del joven luso-suizo.

Los medios de producción han mejorado considerablemente (Nuvem y Os Vivos também choram son co-producciones de la portuguesa O Som e a Fúria y de la suiza Box Productions), y con eso Basil da Cunha tiene margen para dar rienda suelta a su creatividad y excentricidad. El final escatológico “felliniano-kusturikiano” del corto es un buen ejemplo en relación a esa ruptura de las fronteras de la verosimilitud y de la racionalidad narrativa. Y es también ese cruce de espacios y tiempos -el físico de lo cotidiano y el onírico de la alteridad- que revelan a un cineasta que no teme en transponer y jugar con elementos de diversos y diferentes órdenes.

Más allá de la realización, Basil firma también el guión y el montaje (con Emilie Morier y Julien Rouyet), lo que demuestra una voluntad de intervenir en todos los momentos del proceso creativo. Como Pedro Costa, Basil da Cunha ha apostado por trabajar mayoritariamente con actores no-profesionales y comienza a constituir una familia de colaboradores que transitan de película en película (los actores Pedro Diniz, Carlos Marques y Dorin Dragos, por ejemplo, o el director de fotografía Patrick Tresch y el director de sonido Filipe Tavares), lo que ayuda en la consolidación de un modo de producción.

Con dos premios en la competición nacional del Curtas (no venció en 2011 probablemente solo por la presencia de Pedro Costa a concurso) y dos presencias en la Quincena de los Realizadores de Cannes, Basil da Cunha se perfila como un interesante cineasta en los últimos años del cine portugués de ficción. Original, creativo, descomplejado, libre de algunos “traumas” típicos del cine portugués, Basil da Cunha tiene todo lo que es necesario para dar el próximo paso a la dirección de largometrajes, para ahí confirmar las enormes expectativas en sí depositadas.

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