PRIDE, de Matthew Warchus

De la industria audiovisual británica podría aprenderse mucho en este país. Empezando por su modelo de televisión pública de prestigio, o su forma de subvencionar proyectos con los fondos de la lotería, pero tampoco vayamos a aspirar a imposibles. Sencillamente, hay pequeñas lecciones que se podrían sacar viendo cómo se hacen las cosas por allí. Por ejemplo, como montar un blockbuster digno. Al parecer, por estos lares bastan unas cuantas bromas sobre estereotipos regionales... Ler máis