GUY MADDIN: MÍMESIS Y AUTOFICCIÓN

Un ojo bien abierto mira fijamente al espectador: es el ojo rasgado de Un chien andalou (Luis Buñuel, 1929), el ojo de la cámara en Человек с киноаппаратом (Dziga Vertov, 1929), el ojo muerto que abría Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958) o el ojo congelado -y a punto también de morir- que cerraba Vai~E~Vem (João César Monteiro, 2003). Si hay una imagen que se repite regularmente a lo largo del cine moderno, sin duda es esta: la mirada agredida, exaltada,... Ler máis